8.

70 9 10
                                        

No pasó nada en todo lo que quedaba del fin de semana, pues el domingo, a causa de las bajas temperaturas, Jungkook enfermó y apenas podía moverse del frío y la calentura, así que ese día se puede resumir en Minhyuk cuidando de un niño pequeño.

Para el lunes se encontraba mucho mejor, aunque envuelto en cobijas y con la nariz roja del frío, para Min esa era una imagen muy adorable de él.

El juego había acabado, ese día Yutaro iba a ir por él, Jungkook, a pesar de lo que estaba empezando a pasar con el hermano de Jisung, quería volver con él, contarle lo feliz que estuvo esos días y lo mucho que lo extrañó.

Pero clara fue su sorpresa cuando solo llegó Jisung con algo de ropa para él y una nota de que tenía que salir por unos días y que había perdido las llaves, así que tenía que quedarse allá.

Eres grande Yutaro.

Más sorpresa se llevó cuando los días se convirtieron en semanas, tuvo que hacer trabajos domésticos en esa casa para no ser solo un bulto de harina andante, y a pesar de que el mayor le dijo que no era necesario, para él si, tenía que dejar de ser un estorbo.

Pero cuando ya estaba todo hecho, cuando los dos que vivían ahí estaban metidos en sus asuntos, él se sentía solo, solo y abandonado, no sabía nada de Yutaro, solo lo había dejado ahí y ya, habían pasado semanas y nada de él. Cuando todo eso pasaba por su cabeza, se sentaba en el suelo del cuarto, abrazaba sus piernas y lloraba hasta que Minhyuk lo encontraba.

–¿Por qué lloras pequeño? —se sentó a un lado y lo rodeó con sus brazos.

–Y-Yutaro no me q-quiere, me d-dejo aquí y no ha vuelto p-por mi... —dijo con las palabras entrecortadas por los hipidos.

El mayor no sabía que contestar, él no era la mejor manera de decirle que pasaba con el chico, era mejor que él lo averiguara por si mismo, ya que era muy complicado de explicar.

–Te prometo, te juro que él volverá por tí, solo tienes que esperar un poco más de tiempo, mientras tanto, quiero hacerte una pregunta...

El menor dejó de llorar y le prestó atención.

–¿Qué consideras que es Yutaro? ¿Es solamente un conocido o es algo más?

–Pues... —se quedó pensando por unos segundos, ¿que sentía por él, después de abandonarlo por semanas?.

–Si no sabes con certeza está bien.

–No, si lo sé. —tragó saliva— lo quiero, y mucho, pero... Lo quiero como a un hermano.

Después de eso, solo había un silencio cálido, ambos se abrazaron y así se quedaron por algo de tiempo, hasta que rompieron la distancia y se besaron.

A diferencia de los anteriores, este no era un misterio, este eran los sentimientos yendo a flote, podían sentirse, semanas de tensión entre ellos para al final hacer desaparecer todo con un beso.

A medida que iba subiendo, Jungkook no sabía que hacer, los nervios crecían cada vez más y el miedo también, pero, por alguna razón, no sentía asco, no tenía ganas de llorar o de escapar, solo disfrutaba de las sensaciones sin ningún tipo de dolor.

Cuando sintió que esos labios bajaban de su boca a su cuello, dejó toda tensión olvidada y, por primera vez, pudo disfrutar de ese momento que hacía solo unos meses era un tortura diaria con la que sufría noche y día.

(Aquí no hay limones, lo lamento mucho. Tome una lima y siga leyendo.)

No estaba drogado, no estaba ebrio, estaba despierto, sobrio, acostado y con una sábana cubriéndole el cuerpo, miró hacia un lado y al ver a Minhyuk dormir se dio cuenta de que no era una pesadilla, había pasado, y le había gustado.

Learn To Live; JK Bottom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora