En un lugar remoto.

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Dentro de ese lugar pude darme cuenta que casi todos los que estaban ahí eran de mi edad, o mas jóvenes.

Unas personas pasaban y nos decían los horarios de todo, las reglas y donde íbamos a dormir, pero no cuanto tiempo íbamos a estar ahí.

Llegue a lo que iba a ser mi habitación, era un espacio mediano, había una cama, un inodoro a unos metro de la cama, un ropero dentro de la pared, que no se para que pusieron.

Sobre la cama había unas ropas todas blancas, me habían dicho que debía usarlas todo el tiempo, no entendía por que, pero una de las reglas era no preguntar, sobre nada, yo obedecía no quería causar problemas y así comenzó mi estadía en ese lugar.

Las primeras dos semanas fue todo lo mismo, nos levantábamos, desayunabamos, teníamos unas horas libres, almorzábamos, de nuevo otras horas, e íbamos a dormir.

No hablaba con los demás, no era muy sociable que digamos.

Sin embargo tuve que buscar alguien para no entrar en la locura.

Termine siendo "amigo" de un chico que era un par de años mas chico que yo.

Su nombre era roman, y el también era como yo, no era muy sociable, pero compañia es compañia.

Un día mientras estábamos en el comedor hablando el dijo:

-hay menos gente -

-que?... No te das cuenta que esta hasta el techo - dije yo.

-no enserio, me di cuenta el otro día, cada día desaparece
alguien -

-somos como 400 personas ahora en este lugar, como podes darte cuenta si falta alguien?-

-yo a diferencia de vos me fijo quien esta a mi alrededor, lo suficiente como para darme cuenta si falta alguien -.

El tenia razón, yo no muestro interés en los demás, pero tampoco iba admitirlo, le estaba por decir algo pero sonó la campana y todos se empezaron a ir.

-me tengo que ir- dijo el.

Y se fue, me quede solo de nuevo, deambule por el lugar unas horas hasta que fue hora de volver a mi habitación.

En medio de la noche me dio hambre y se me ocurrió ir hasta la cocina a buscar algo, nos habían dicho que estaba prohibido, caminar de noche por el lugar, pero que era lo peor que podía pasar así que lo hize.

Logre llegar hasta el piso de abajo. Luego escuche la voz de un hombre, me di vuelta y una porra me golpeó en la cara.

Era un vigilante, luego de pegarme, me agarro de atrás de la nuca, como un perro, y me llevó para mi habitación, yo enojado por el golpe, me solté y le pegue en la mandíbula.

El se enojo, y me volvió a pegar con la porra, y me mantuvo contra el piso, y por una radio llamo a mas vigilantes, vinieron dos mas, el les dijo lo que paso, y uno de esos dos dijo, -ah con que un peleador, EH?-.

Y entonces los tres comenzaron a pegarme, yo pedía ayuda, algunos salieron de sus habitaciones para ver que pasaba, y los vigilantes los hecharon, luego de la golpiza, me levantaron y me llevaron hasta mi habitación, abrieron la puerta y me tiraron dentro, mi cabeza se golpeó muy fuerte contra una esquina de la cama.

Cerraron la puerta y yo quede malherido dentro, recuerdo que se me calleron unos dientes, y entonces me desmaye.

A la mañana siguiente la voz de roman me despertó, el estaba afuera preguntando como estaba, yo me levantate del piso y fui a la puerta, la abrí, roman me vio y dijo:

-no era que te habían pegado los guardias?-pregunto.

Yo le dije: -no ves como tengo la cara?-

Él respondió: -si te referís a lo feo... Siempre te ves así - y se río.

- no ves como me la dejaron?!-

-hombre, no tenés nada -

Yo, ya enojado fui hasta el espejo y dije: -no ves que....-.

Me vi en el espejo, y no tenia nada. Solo unas manchitas oscuras bajo el mentón nada mas, yo no entendía, me habían pegado duro y no me hicieron nada, y entonces me acorde de los dientes, me di vuelta y ahí estaban tirados en el piso, después volví al espejo, abrí la boca y no me faltaba ni uno, yo no entendía nada.

Entonces sonó la campana del desayuno, y roman dijo:

-David es la hora vamos -.

Yo fui despacio detrás de el, con los dientes todavía en mi mano, pensando que pasaba.

Como una semana después de eso roman vino a mi agitado, me dijo que tenia que mostrame algo, yo lo heche al principio, pero el insistió y al final lo seguí.

Fuimos a una parte alejada del patio, y le pregunté que quería, el me señalo unas piedras, y dijo que mirará.

Luego el puso las manos en el aire, en una posición como queriendo atrapar una pelota con miedo a atraparla, y puso una cara chistosa, estuvo así como 10 minutos, luego le pregunte que estaba haciendo, el volvió a la normalidad y me dijo que lo estaba distrayendo, después volvió a poner esa posición rara.

Entonces de la nada una de las piedras empezó a flotar en el aire, y después otra, yo no creía lo que veía, el con una voz de alguien cagando, me dijo -viste lo que puedo hacer - y entonces la piedra mas grande, lo suficiente como para aplastar nos, salio volando para arriba y casi me cayo encima, yo me asuste, Roman me pidió perdón y dijo que no hizo a propósito, antes que pudiera decirle algo una campana como la que ponían para despertarnos sonó, eran como las 2 de la tarde y en ese momento teníamos el tiempo libre, pero al ver que todos se estaban yendo a dentro hicimos lo mismo, la vuelta fue silenciosa.

Al llegar adentro habían unos agentes vestidos a lo SWAT pero con la insignia que tenían los camiones que nos llevaron a ese lugar, vinieron hacia nosotros y le dijeron a Roman que fuera con ellos, el obedeció y los siguió, uno se quedo atrás y me dijo que me fuera a mi habitación.

Los Hijos del ForasteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora