Los Hijos del Forastero

El Motin.

7

El día había llegado, todos estábamos listos y preparados para dar el golpe.

Karina me había dicho que los agentes iban a ir por mi ese día, y por eso yo di como señal el momento en que me sacaran.

Los minutos parecieron horas, pero por fin sonó el timbre que indicaba que alguien estaba entrando en la zona.

Karina me aviso que eran los agentes, yo los escuchaba caminar por el pasillo, cuando llegaron a mi puerta uno dijo:

-ya estas tranquilo?-

Yo no dije nada y quede en silencio, ellos entraron y me pusieron las esposas, luego salimos.

Como lo habíamos planeado todos empezaron a hacer escándalo mientras avanzábamos por el pasillo y también a arrojar cosas, los agentes se mantuvieron impunes ante lo que hacían, por un segundo todo parecía perdido hasta que alguien arrojo un zapato hacia unos de los agentes y le dio en la cabeza.

Con esto el tipo enloqueció y empezó a gritarle y amenazar al que le había tirado el zapato.

Mientras estaba distraído me libere y los ataque a los dos.

Logre neutralizarlos y empecé a liberar al resto, fue muy fácil con mi nueva fuerza, arrancaba las puertas de la pared como si nada.

Para hacer tiempo solo libere a algunos, incluyendo a Karina.

Cuando la libere, aunque estaba enfrente mio ella uso su telepatía para decirme -al fin nos conocemos de frente- y se fue.

Seguí adelante en el pasillo y llegue a la sala de control golpee a los guardias de adentro y abrí todas las celdas.

Todos empezaron a salir por montones y yo fui detrás de ellos.

Cuando llegamos a donde hacían los experimentos, todo era un caos.

Los otros usaban sus poderes para matar a los cirujanos, volaban por el aire brazos y piernas, y también cabezas, los que podían controlar el fuego lo usaron para quemar todo lo que podía ser quemado.

Yo busque a Mariana y la encontré.

Estaba en una mesa de operaciones, los cirujanos por el motín se habían ido y la dejaron ahí atada.

La libere y le dije que se adelantara y ella se fue, había algo que yo tenía que hacer primero.

Busque y busque por varias habitaciones buscando a Roman.

Y al final lo encontré.

Estaba en lo que parecía ser la morgue, lo habían abierto como a un pescado, le faltaba un brazo y una pierna.

Jure ahí mismo que lo vengaría.

Seguí corriendo por los pasillos y encontré al resto tratando de derribar una puerta gigante de acero, pregunte que hacían a uno de ellos y el me dijo que el panel central de todo el lugar estaba detrás de la puerta.

Enseguida me puse a ayudarlos y tras varias embestidas logre derribar la puerta, del otro lado había un tipo que en cuanto entramos saco un arma y se dio un tiro.

Fuimos directo a la consola principal y empezamos a destruirla y apretar todo y logramos abrir todas las puertas del lugar y todo el mundo empezó a escapar.

Nos abrimos paso a través de todos hasta el patio y luego a fuera de las rejas.

Lo habíamos conseguido eramos libres, ya no iban a volver a experimentar con nosotros ni a encerrarnos en celdas ni nada.

Pero en mi mente llegó el pensamiento de cuanto íbamos a estar libres.