La mañana en Malfoy Manor se presentó serena y ordenada, como siempre. Los primeros rayos de sol penetraban a través de las pesadas cortinas doradas que enmarcaban las ventanas de la habitación de Draco. El joven se despertó al sonido suave del reloj de pared que marcaba las siete. Se incorporó lentamente, estirándose antes de salir de la cama y dirigirse al baño para prepararse para el día. La amplia habitación, decorada con tonos de plata y azul oscuro, reflejaba el refinado gusto de los Malfoy. Las paredes estaban adornadas con tapices de seda que representaban paisajes mágicos en tonos sombríos, y una alfombra de terciopelo azul cubría el suelo, proporcionando una suave sensación bajo los pies.
Draco se dirigió al armario, un elegante ropero mágico que se alzaba contra una pared. Al abrir sus puertas, el armario se iluminó con una luz suave y cálida. Las estanterías interiores estaban repletas de ropa perfectamente ordenada, desde trajes formales hasta túnicas más casuales. Draco pasó su mano por el aire, y el ropero comenzó a mostrar diferentes conjuntos, cada uno con su propio estilo y color. Finalmente, eligió un traje de mañana de un gris plateado impecable con detalles en plata y una camisa blanca bajo la túnica. La elección fue finalizada con una corbata a rayas plateadas y grises que complementaba el conjunto.
Alfie, el elfo doméstico más antiguo y fiel de la familia Malfoy, estaba al lado del ropero, observando cada movimiento con su característica lealtad y precisión. Era un elfo de tamaño pequeño, con una apariencia algo envejecida, pero con una presencia digna. Su piel era arrugada y de un tono grisáceo, y sus grandes ojos amarillos brillaban con una sabiduría acumulada a lo largo de los años. Su túnica estaba algo desgastada, pero la mantenía pulcra y en orden. Alfie se inclinó con una reverencia profunda al ver a Draco.
"Buenos días, joven amo," dijo Alfie con su voz aguda y chillona, mientras ayudaba a Draco a vestirse. "Espero que haya tenido una buena noche."
"Buenos días, Alfie," respondió Draco, sintiéndose agradecido por la presencia constante de su fiel elfo. "Todo está bien, gracias."
Con su atuendo ahora impecable, Draco se dirigió hacia el comedor. Mientras caminaba por los amplios pasillos de la mansión, sus pensamientos se dirigían hacia la llegada de la familia Parkinson. Recordaba vagamente a Pansy Parkinson de la historia original: una niña mimada y a menudo rebelde. Sin embargo, estaba decidido a hacer una buena impresión, especialmente dado el valor de la alianza que su padre había estado cultivando con la familia Parkinson.
Al llegar al recibidor, Draco vio a sus padres esperando. Su madre, Narcisa Malfoy, estaba radiante en un elegante vestido negro de seda que caía en pliegues suaves hasta el suelo. Su cabello rubio estaba perfectamente peinado en un elegante recogido, y su sonrisa, siempre tan cálida y acogedora, añadía una luminosidad a la atmósfera. Su presencia era un equilibrio entre la gracia y la autoridad.
Lucius Malfoy, de pie junto a ella, estaba vestido en un traje de un azul oscuro casi negro, que contrastaba con su cabello platinado. Sus ojos grises, fríos y penetrantes, observaban a Draco con una mezcla de orgullo y expectativa. A su lado estaba Héctor Parkinson, el padre de Pansy, un hombre de aspecto robusto con un aire militar. Su cabello estaba bien cuidado, y su uniforme negro ajustado reflejaba un sentido de autoridad y disciplina. Tenía una barba corta y perfectamente arreglada, y sus ojos oscuros y calculadores se movían con precisión, observando el entorno.
Detrás de Héctor, Pansy Parkinson, de ocho años, estaba ligeramente escondida. Aunque aún era una niña, ya mostraba signos de una belleza notable, con grandes ojos oscuros y un cabello castaño que caía en ondas suaves. Su rostro mostraba una mezcla de timidez y curiosidad, y su postura era algo rígida, como si estuviera tratando de comportarse de acuerdo con las expectativas de su padre.
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Harry Potter & El Príncipe De Slytherin [Draco Malfoy]
Fanfiction"Escucha, Draco. Ser un mago de sangre pura no es simplemente un título que se hereda, ni se trata solo de la sangre que fluye por nuestras venas. Significa abrazar un legado que se extiende a lo largo de generaciones, un linaje que se remonta a los...