Sólo Tú Me Salvas ©

Capítulo XI 🎡

~Leev~

Luego del sorprendente viaje a Vancouver continúa mi vida como normalmente lo es, ahora sin trabajo pero las actividades a realizar son las mismas: regresé a la academia, ya terminaron las vacaciones y por otro lado, Dorian ha estado muy ocupado en su trabajo.

Cada noche me acuesto pensando en lo mucho que cambié en ese viaje. Empezando porque ya no soy una niña, debo decir que la culpabilidad se fue y los sentimientos malos también. Solo hemos compartido dos veces en la semana y fue muy corto el tiempo. Lo extraño, extraño sus abrazos y su cuerpo dentro de mí.

Dorian es tan... Ni siquiera sé cómo definirlo. Me vuelve loca.

No tengo sueño, mis ojos están clavados en el techo y mi mente se pierde en recuerdos. Esta noche no será la mía. Tengo muchas ganas de ver a Dorian, pero seguro está ocupado y no quiero interrumpir nada de lo que hace. Pero pensándolo bien ahora debe estar durmiendo.

Me estoy sintiendo un poco desesperada y lo necesito a él. Intento alejar cualquier sentimiento de desespero en mí, pero no puedo del todo. Definitivamente tengo que hacerlo o si no mi cerebro va a carcomer mis sentidos.

No logro contenerme y busco en todas partes hasta que recuerdo que en una de mis mochilas hay "un poco" de yerba. Fumo la yerba dejando expuesto mi corazón. Mi visión se empieza a distorsionar y mi mente ya se relaja por completo.

Todo me es gracioso, hasta lo más mínimo ¡Me siento tan bien! No quiero que mi tranquilidad sea dependiente, pero no puedo evitarlo.

Mi cerebro ya no queda satisfecho con una dosis mínima, por lo tanto tengo que fumar cantidades mucho más grandes.

¿Por qué un puerco cruza el andén? Porque no tiene cola.

Estoy muerta de la risa, río a carcajadas. No llevo la cuenta del tiempo, pero estoy segura que han pasado más o menos dos días, no, dos horas. El caso es que ya pasado tiempo el tren.

Alguien abre la puerta. Si es un ladrón puede hacer lo que quiera, de todas formas en estas condiciones no tengo fuerzas para defenderme. Me divierte saber que me van a robar. Este ladrón está mirándome fijamente y se parece a Dorian, que lindo ladrón, puede ser un holograma con una expresión que todavía no puedo definir, pero que me hace sentir como un payaso.

~Dorian~

Todo mi mundo queda en shock, lo volvió a hacer. Tengo una serie de sentimientos alborotados, entre ellos dolor, furia y desesperación. Es increíble la capacidad que tiene de cambiar mi vida, es como una máquina de control que hace lo que quiere conmigo.

Liv se acerca con su ceño fruncido, está analizando mi silueta. Cuando llega a mí, pasa su mano como espantando una mosca y choca con mi mejilla - ¡Oh, mierda! - Abre los ojos de par en par - ¿Eres Dorian? - Pregunta cómo una niña pequeña en la etapa de "¿Por qué?".

La cargo en mi hombro y con la otra mano llamo a Dafne - Necesito de tu ayuda urgente, no estoy pidiendo nada, es una orden - Cuelgo con furia, es el sentimiento que más me invade.

- Ladrón, creo que tengo síndrome de Esmotolco - Ríe fuerte - ¿Es así?

- Es Estocolmo y cállate - Bajo el edificio ardiendo en ira y conduzco hasta mi casa.

Dafne llega diez minutos después de nosotros, baja corriendo y Liv está dormida en la cama - ¿Qué está ocurriendo? - Pregunta asustada.

- Ella es una persona muy importante para mí, se llama Liv, no me cuenta nada. A duras penas logré descubrir su círculo social y no puedo seguir permitiendo esto - Estoy frustrado - Está drogada, quién sabe con qué, pero a decir verdad con esos ojos tan rojos es yerba - Suspiro muy fuerte.