Si Kyoya pensaba que era demasiado malo que su alma gemela estuviera en Japón no sabría en que grado de malo pondría que ahora estuviera dando clases de Italiano en su escuela.Algo de todo eso no le cuadraba al menor de los Hibari, para empezar el no recordaba que en el nuevo plan de estudio estuviera la clase de Italiano, tal vez el tal Dino tenía algo que ver o es que todo era obra de Reborn, el tío del herbívoro Tsunayoshi Sawada. A él no le sorprendería que aquel tétrico hombre se estuviera aburriendo y quisiera pasar el rato atormentando a su sobrino y a su singular grupo.
Aún recordaba que el mes pasado había avergonzado a Gokudera y a Yamamoto, todo porque le faltaba algo de alegría en la vida de esas jóvenes almas.-Te ves muy distraído Kyo- le dijo su hermano mayor. Había entrado a la sala desde hace un buen rato y en todo ese tiempo no vio a su hermanito moverse.
El de ojos azules miro a su hermano, se parecían demasiado, eran como dos gotas de agua, su más grande diferencia era la altura, la edad y el color de ojos, tal vez si tuviera el mismo color de ojos podía fingir venir del pasado y no reconocer que él era Hibari Kyoya, pensando eso recordó el pequeño, pero no tan pequeño detalle que ahora para Dino el era Fon, espera que el rubio nunca cruzará caminos con el verdadero Hibari Fon.
-Son alucinaciones tuyas- respondió después de estar meditando un rato su situación.
Aún seguía debatiéndose si era buena idea contarle su mentira a su hermano. Sabía que Fon no lo juzgaría, probablemente solo le diría que decir mentiras era malo, pero entendería la situación.
-Yo...- murmuró no muy convencido, el de ojos rojizos también tenía un debate mental en su cabeza, hace unos días había visto al alma gemela de Kyoya en el dojo, sabía lo que eso significaba para el menor, pero ocultar las cosas tampoco era buena idea- Kyoya... Hace unos días... En el dojo yo... Vi a Dino Cavallone- lo ultimo lo dijo tan rápido que por poco el menor no lo entendía.
Los ojos azules se abrieron con algo de asombro y miedo, podía a lo lejos medio escucha el parloteo de su hermano mayor, decía cosas como: sé que lo odias, no te lo quería ocultar, significa algo para ti y un montón de tontería que iban por el mismo camino.
-El cree que yo soy Hibari Fon- lo dijo aún más rápido que la confesión de su hermano.
Fon cayó de inmediato, no sabía que era peor, si el hecho de que su hermano ya se había topado con aquel rubio o que le haya huido por primera vez a alguien, ocupando su nombre como medio de escape.
Hibari sabía lo que estaba pensando el mayor, lo conocía muy bien, pero para el menor había algo peor que eso: hace unos días había corroborado que el rubio no era el herbívoro que a él le hubiera gustado que fuera, de haberlo sido hubiera sentido un poco de desprecio por aquel sujeto.
Ahora sólo sentía curiosidad y ganas de enfrentarse a Dino en otra batalla.Fon analizó a su hermano, se había perdido de nuevo en sus pensamientos y estaba sobándose las muñecas. Mirando con atención noto que estás tenías pequeñas marcas en estas. Frunció el seño, tenía el presentimiento que ambos se estaban perdiendo algo importante.
...
Dino caminaba por los pasillos de la escuela, iba a pasos cautelosos, asomándose por los pasillos antes de caminar por ellos. No es que le tuviera miedo a algo, pero por ahí decían que más valía prevenir que lamentar. Y en su caso no quería que su lamento terminará con el recibiendo un golpe con un par de tonfas de nuevo.
El día anterior había hecho enojar al prefecto de la escuela, por lo que esté le había dado un golpe en el brazo con una de sus tonfas, el no pudo esquivarlo por lo que ahora tenía una bonita hematoma en su brazo izquierdo. Lo único bueno es que Romario había estado cerca, por lo que los otros golpes pudieron ser desviados con ayuda de su látigo. Lo malo es que por el semblante del menor podía apostar a qué su pelea iba a continuar en algún momento.
