Viper observaba con atención al chico de larga trenza, entrenaba a las dos chicas que se habían inscrito hace unos días, por lo que podía ver, el azabache parecía seguir sufriendo.
Tal vez una persona que no sabía observar bien lo vería como un simple maestro entrenando a sus pupilos, pero ella que observadora podía notar con facilidad lo incómodo que el chico se sentía ante aquella situación.
A su mente llegó la vaga idea que tuvo aquella vez: el darle el consejo el chico de no ser tan tonto y empezar a sacar al menos algo provechoso de aquel suplicio.
Tal vez debería darle el consejo gratis, como recompensa por darle nueve botes de su bebida favorita. Aunque igual podría cobrar de nuevo. Ella no se iba a oponer si el chico quería pagar.
Vio como una de las chicas de cabello castaño se tiraba a los brazos de Fon fingiendo que había dado un golpe mal y por eso había tropezado. Giro los ojos con desagrado, ese tipo de personas no le agradaban nada, eran chicas sin dignidad.
Estuvo viendo con detalle como entrenaba a las chicas, desde principio a fin, cuando se dio cuenta que el entrenamiento había acabado decidió desviar su mirada, fingiendo que no había visto nada.
-Hola Mammon- saludo Fon con cortesía, las chicas habían ido a cambiarse por lo que el muchacho tendría un pequeño respiro.
-Hola chico dragón- murmuró, el apodo lo hizo con toda la atención de molestar al joven.
Fon sonrió entre avergonzado y resignado, no era la primera vez que la ilusionista le decía chico dragón, y por más que tratará de decirle que tenía nombre, está lo ignoraba, no aceptando ni siquiera que le mencionara el real.
-Te vi entrenar a ese par de chicas- el que Mammon iniciará una plática fue demasiado raro para el, demostrándolo en su mirada anonada - no eres tan mal maestro como yo creí que eras- claro que era un buen maestro, siempre y cuando no le enseñará a ella
-¿Gracias?- dijo con voz bajita, tratando de entender si lo último era un alago o una especie de insulto. Con esa chica nunca se sabía.
-Pero, serías mejor si no sufrirás tanto cuando enseñas- Fon frunció un poco la mirada, no comprendiendo la situación. Viper no planeaba explicarle al chico con detalles por lo que le dio un último consejo, si con eso no entendía, entonces el joven era un tonto - deberías dejar que tu padre las entrene un día para que se den cuenta que aquello que te apasiona no es un juego, eso o deja de dar clases muestras gratis, cobra por ellas, si te van a hacer sufrir, mínimo deberías ser recompensado de alguna manera-
La chica estaba acostumbrada a que después de dar un consejo de ese estilo las personas se ofendiera con ella por decirles la verdad, por lo que desvió la mirada a un punto en blanco. No queriendo ver otra cara de decepción.
Si la chica no hubiera apartado la mirada hubiera notado el no tan leve rubor que subió por las mejillas del muchacho, y el leve brillo que apareció en sus ojos.
"Para que se den cuenta que aquello que te apasiona no es un juego", las palabras no abandonaban su mente, era la primera vez que alguien le daba esa clase de consejo, pero lo mas importante era que se lo daba una persona que para empezar aborrecía las artes marciales y que no buscaba algún beneficio (como salir con el).
-¿Quieres ir por leche de fresa?- las palabras salieron de los labios de Fon sin pensarlo realmente.
-¿Que?- pregunto Viper, volteando su cabeza a la dirección de Fon, viéndolo como si estuviera loco.
Fon se quedo mudo un rato, asimilando lo que había dicho, evaluando su situación.
-Dije que si quieres leche de fresa-
