6. Tirador

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Collin caminaba hacia su casa, era un día bastante despejado y tranquilo así que decidió que sería mejor planear una investigación dentro de un ambiente que le pareciera cómodo. Lo primero que vino a su mente fue su cuarto, tenía un pizarrón de corcho donde podría poner los apuntes que tuviera y, si llegaba el caso, podría poner fotos y unirlas con hilos de colores como lo hacía todo el tiempo en el pizarrón que tenía en el club junto a Wander. A pesar de que el sol aún estaba en el cielo, no había nadie en las calles. Todo se veía tan desierto y solitario que Collin se sintió algo asustado. ¿No deberían de haber niños jugando en el patio de aquella casa? ¿O no debería estar el Sr. Uris sentado enfrente su casa, leyendo el periódico en una tumbona de plástico? Alejo el pensamiento de su cabeza y siguió caminando. Probablemente los padres estaban preocupados y no dejaron salir a los niños afuera, al patio. Y el Sr. Uris pudo haber pensado lo mismo y había decidido no salir. Después de todo, alguien acababa de morir, y en una comunidad tan chica como Gillien Lake el miedo se contagiaba muy fácilmente.

Siguió caminando, pero cuando el silencio se volvió tan remarcado se dio cuenta de algo. No había ningún auto cerca, ni siquiera había algún peatón caminando por allí. Tampoco se escuchaba el trinar de los pájaros, y las hojas de los árboles se agitaban y caían sin hacer ningún ruido. Era como si el mundo tuviera un botón de silencio, y alguien lo hubiera presionado, dejando todo callado y solitario. Collin nunca había pensado antes que el silencio podía ser amenazador, pero este lograba eso y más. Seguía adentrado en sus pensamientos cuando vio una sombra por el rabillo del ojo: Alguien (O algo) lo estaba observando, pero había algo extraño con aquel brillo intermitente...

"Oh Dios... ¡Me está fotografiando!"

Los pensamientos de Collin corrían a toda velocidad. Alguien lo estaba acosando. "No." Pensó "No me está acosando. Me está examinando, como si yo fuera un animal"

El cerebro de Collin trabajaba rápidamente, tratando de encontrar alguna solución. ¿Debería correr lejos, gritando por ayuda? ¿O tal vez esconderse? Ambas opciones parecían malas en ese momento, pues cada resultado que llegaba a su mente era desastroso, llegando al punto de pensar que podría morir al igual que Lucy.

No. Tenía que ser positivo. Si no había nadie afuera de las casas de aquel solitario vecindario, no podría pasar desapercibido, pero tal vez esconderse no era una mala idea después de todo. Pero tenía que hacerlo discretamente y, si su plan no llegaba a funcionar, tal vez podría tratar de atacar al extraño y dejarlo fuera de combate. Su fuerte no eran los golpes, Wander era mejor para eso. Él hubiera preferido tener un arma de larga distancia, como una pistola o un arco. Pero la única arma de la que disponía estaba en el cobertizo de su casa, la cual aún quedaba a unas cuadras de distancia. Así que no quedaba otra opción más que apegarse al plan y rezar por que funcionara.

Siguió caminando, como si no se hubiera dando cuenta de la presencia de su acosador, y caminó directamente hasta la esquina, escuchando atentamente. Podía escuchar claramente los débiles chasquidos de la cámara, cada foto escuchándose más cerca.

Estaba en la esquina de la calle Sunrise cuando oyó otro Clic-Clic. Dobló hacia la derecha y siguió caminando.

Clic-Clic.

Miró a ambos lados de la calle y cruzó.

Clic-Clic-Clic

Cuando cruzó escuchó otro Clic-Clic, seguido del sonido de un auto acercándose. Se giró, asustado, esperando escuchar el golpe del auto y ver el cuerpo de su acosador tirado en el pavimento, desangrándose. Pero lo único que encontró fue un auto deportivo rojo pasando por la calle, mientras una cámara fotográfica Nikon estaba tirada en medio del camino. El auto pasó arriba de ella, pero la cámara no se dañó.

Bittersweet Tragedy  [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora