Capítulo 3

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M E L A N Y

Es increíble que para mi primera entrevista de trabajo, haya llegado tarde y lo peor de todo es que la gerente de la tienda era nada más y nada menos que la señora Gilda Ordóñez la madre de Cecilia, la chica popular de todo el instituto y que se la pasaba molestando a mi amiga. La señora Gilda es una señora regordeta, de tez blanca con algunas arrugas en su rostro- a pesar de las cirugías-cabello rubios hasta los hombros. Sería una vil mentira si dijera que es una señora amable como lo es Sara la madre de Claudia, ella tiene un mal carácter y lo peor era que no toleraba absolutamente nada. Ella estaba sentada al frente de mí, con una expresión de molestia en su rostro, como si yo fuera un fastidioso mosquito, mi garganta estaba seca, mis manos sudaban del nerviosismo.

Ella leyó mi expediente en voz alta, e hizo una mueca de desagrado.

-Melany Susena Almarez Rogers-pronunció- especialista en protección de niños, especialista en estética y diseño... -me miró con una mueca que a cualquiera le hubiera hecho creer de desagrado, pero a mí me pareció maquiavélica.

-Pero no tiene título -sonrió- creo que necesita más que eso, si quiere trabajar aquí

Lentamente estiró su mano hacia mí con mi expediente en mano.

-Pero yo puedo hacer más cosas que solo esas -dije - he hecho bastantes cursos y...

No termine de hablar porque la vaca con esteroides que tenía al frente me interrumpió:

-A decir verdad las fotos de su "trabajos" -hizo énfasis en la última palabra- son impresionantes pero...

Diablos siempre ahí peros.

-¿Perooo? -le insistí.

-No tiene título universitario, lo siento mucho. Ya puede irse, tengo mucho trabajo verdadero por hacer.

Tome mi expediente de mala gana y me encamine a la puerta, gire la perilla y salí hacia el pasillo con pesar.

Estúpida vieja ojalá te mueras.

Salí al vestíbulo en donde mi tía Elena estaba sentada esperando, su cabello estaba recogido en un chongo chino, su vestido blanco combinaba excelente con sus sandalias doradas. ¿En qué momento había llegado hasta aquí?

Me detuve en seco cuando la observé hablando con un sujeto vestido de gala y me sorprendió aún más cuando por una milésima de segundos, el tipejo le sonrió y le guiño un ojo.

La rabia entro como un veneno por todo mi cuerpo, la ira, la indignidad, la rabia, el coraje no se comparaba con nada que antes haya sentido.

Caminé unos cuantos pasos hasta quedar enfrente de los dos y hablé automáticamente

- ¿Que hace este tipejo que se hace creer Mack Anthony, sonriendo y guiñando te el ojo de esa manera? -hablé entre dientes.

Nunca me había puesto tan eufórica en mi vida, y eso que tenía muchos traumas, y problemas psicológicos que supuestamente me habían quedado cuando paso lo que pasó. Y nunca de los nunca mi estado había sido igual a este. Mi pecho subía y bajaba con rapidez, los puños los tenía pálidos de tanto que los presionaba, y podía jurar que en ese momento mi cara estaba roja como un tomate.

El mal espécimen que estaba sentado al lado de mi tía, la única familia que tenía, que me había quedado, además de mi abuela que quedó en estado vegetal después de un ACV, comenzó a ponerse nerviosa y lo sabía, porque siempre que se ponía nerviosa miraba para ambos lados, tragaba saliva, y apretujaba las manos.

El tipo la miró, mi tía lo miro. Ambos se quedaron mirando fijamente como tratando de comunicarse con sus miradas.

Y ninguno dijo nada y estalle.

White Mask©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora