-Narra Omnipresente-.
Las calles de aquel reino se encontraban repletas de personas, las cuales buscaban algunas cosas que comprar para la cena de aquella noche. Ese día era un día festivo para el reino y todos los ciudadanos lo celebraban a lo grande, y claro, el capitán de los 7 pecados capitales no se podía quedar atrás con la festividad, pues según sus cálculos, el al ser el único con taberna en aquel reino, fácilmente conseguirá que muchos de los ciudadanos vayan esa noche a por algo de alcohol esa noche.
El chico de cabellera rubia después de unos cuantos minutos más caminando de tienda en tienda por fin se detuvo, pero solo para ver si le faltaba por comprar algo y al chequear que no le faltaba nada por comprar, empezó a caminar directo hacia la salida del reino, puesto a que su taberna estaba fuera de este y sólo había entrado para comprar algunos cuantos suministros que les faltaban.
Unos pasos más adelante después de la salida del reino el rubio ya se encontraba frente a la estructura que tan bien conocía, se acercó con tranquilidad hacia la puerta con bolsas de suministros en mano y cuando ya estaba ahí delante de la puerta de entrada a punto de abrirla, escucho unos cuantos susurros provenientes de diferentes voces, voces que sabía perfectamente a quienes les pertenecían , su curiosidad le ganó y como dice el dicho : "la curiosidad mató al gato".
Meliodas se apoyó un poco contra la puerta para poder escuchar mejor la conversación ajena, sabía que estaba haciendo mal pero su curiosidad era mucho más grande que su arrepentimiento por hacer eso, sumado a ese sentir de arrepentimiento había algo que le decía en su interior que no debía escuchar aquella conversación, que se iba a arrepentir, pero ya era demasiado tarde para eso, ya lo era para él y ya no habia marcha atrás.
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__¡Wow, Ban!, muchas gracias por ayudarme con aquel monstruo de hace rato , eres el mejor. _ Habló una voz fémina perteneciente a una chica de cabello de color blanco tirando un poco a plateado. La cual halagaba al otro, el cual simplemente sonríe con una sonrisa orgullosa, su ego había sido alimentado por aquellas palabras.__No se como podría pagarte por haberme ayudado con eso.
__No es para exagerar princesa, solo hice lo que cualquier hombre haría al ver a una dama en apuros.__ Responde con un tono coqueto y modesto el joven de cabello celeste.
__Je, si así pensara aunque sea un poco Meliodas, las cosas entre nosotros serían muy diferentes.__ Dice algo "entristecida" la tercera princesa del reino de Liones.
__¿A qué te refieres con e-__Ban es interrumpido por unas voces que venían bajando desde el segundo piso al primero.
__Sin dudas Meliodas es un idiota, el cual cree que somos sus "amigos " y que elizabeth es su "novia".__ Dice aquel castaño mientras flotaba al lado de otra chica igual castaña que el, solo que un poco más oscuro.
__Si que es un tremendo idiota y pensar que él cayó en nuestras patéticas y mediocres mentiras.__ Dice la joven castaña perteneciente a la raza de los gigantes con un tono de asco en su voz.
__Y sumado a eso, no te olvides que tenemos planes sobre que sólo lo estamos usando para derrotar a su raza y después asesinarlo sin piedad alguna cuando el acabe el trabajo sucio por nosotros.__ Comenta la hechicera del equipo con veneno en su voz,- la cual recién había llegado gracias a un hechizo de teletransportación- y olvidando así un pequeño detalle importante sobre el rubio.
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Meliodas al escuchar aquello sus ojos empezaron a soltar lágrimas ¿Cómo era posible aquello? Después de todo lo que hizo por ellos, ¿es así como le pagaban? Con comentarios llenos de mierda sobre su persona, planes que atentan contra su vidas y más mierdas que solo le perjudican a él.