Veía en aquel espejo de cuerpo completo su figura con aquel traje de color aperlado con pequeños detalles celeste en partes que quedaban totalmente estéticas, una pieza de vestir que se ve que le metió todo el cariño que pudo la diseñadora en esas dos semanas que tuvo para hacerlo, una pieza de vestir que simplemente le quedaba de maravilla resaltando partes de su cuerpo que el había ignorado por bastante tiempo, todas las mujeres que le ayudaron a ponerle aquel traje simplemente lo miraron con una mirada indecente porque tampoco es que ese traje dejara nada a la imaginación, ellas sabían que este estaba a punto de unirse en matrimonio con otro individuo, y eso lo respetaban así que solo se conforman en verle aunque tampoco sea lo más ético que pueden realizar,pero vamos son demonios y encima estan en una edad que sus hormonas estan al cien ¿Qué esperan de ellas?.
Y saber a la perfección que nunca tendrían oportunidad con aquel hermoso joven de cabellera rubia y sonrisa radiante.
__Muchas gracias a todas ustedes, sin su ayuda yo no estaría listo a tiempo.__ Agradeció el joven demonio a las contrarias las cuales simplemente se sonrojaron agachando su mirada hacia el suelo intentando evitar el contacto visual con aquel individuo que tanto les llamo la atención desde el primer momento en que lo vieron y tocaron su musculoso cuerpo.
__N-no hay nada de que agradecer su alteza, nosotros estamos contentas de que nos confiara la tarea de alistarlo para un día tan importante para usted como para todos los de los dos reinos.__ Dijo una joven de cabellera magenta con orbes de color miel mientras levantaba su mirada del suelo solo para que el contrario no tuviera la idea errónea de que ella estaba siendo grosera aunque se arrepintió al instante pues el joven se acercó un poco hacia su lugar.
__Claro que si, hay mucho que agradecerles pues hay cosas que han hecho por mi que necesito pagarles de algun modo.__ Cada palabra que soltó fue como un pago para ellas, con eso les bastaba, pues la mayoría a los que sirvieron alguna vez nunca apreciaron su esfuerzo, y que este joven les quisiera hasta pagar aunque no era necesario, las hizo saber que este joven sería un gobernante justo, que sabe apreciar el esfuerzo y que sobre todo será un buen líder para ellos.
__Repito su majestad no hay necesidad de que nos pague de algún modo, nosotros nos sentimos felices de servirle.__ Pronunció por segunda vez la joven, que al parecer era como la jefa de todas la jóvenes que se encontraban ahí, pues era la que daba la voz a ese grupo.
Y antes de que siquiera Meliodas pudiera llegar a contestar hacia esa frase, dos toques sonaron en la puerta de aquella habitación, para que después sonara un -"voy a entrar"-, y posteriormente a eso dejar apreciar a la fémina de cabellera rubia y de una fuerza envidiable, la cual portaba un elegante vestido color plateado rozando un poco el blanco que cubría la mayoría de su figura aunque había un corte en un costado de la falda larga del vestido.
__Meliodas, la limosina nos están esperando.__ Menciono Derierie con un tono de voz suave, algo inusual de escuchar por parte de ella si se lo preguntaban.
__Oh si, voy.__ Se alejo del grupo de chicas para ir al lado de Derierie la cual solo lo veía con una sutil sonrisa.
Ella sabe con exactitud que Meliodas volvio al reino de los demonios en un estado mental horrible gracias a la traición de esos desgraciados que tanto le dijeron alguna vez que estarían a su lado siempre siendo amigos, entre otras cosas más, y claro aunque Meliodas se los haya hecho a ellos también en un pasado, no lo culpa después de todo, claro que lo odio en su momento pero después de reflexionar se dió cuenta que ella también lo hubiera hecho si estuviera en la misma situación que el estuvo, tal vez abandonar a tu familia y compañeros de equipo que siempre peleaban a tu lado no sea lo correcto pero como siempre dicen :"el amor te apendeja" y vamos aunque seas el guerrero más fuerte, caes en tan famosa frase.