Capítulo seis: Balik-ru la tierra sin demonios. (Con sorpresita)

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Holiwis, resulta que ahora me ha dado por hacer los capítulos un poco largos, así queeeee pillaros algo de comer y leedlo con tiempo. Que este capítulo tiene ciertas sorpresillas al final.

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En un valle rodeado de montañas, se alzaba una peña y sobre ella el Castillo Moshoilse o traducido al español como, el Castillo de las Mil Luces era una fortificación que se posaba vigilante en una peña sobre la ciudad de Nikaia. El castillo se había construido con piedra blanca de una montaña cercana y estaba rodeado por una pequeña muralla en caso de invasión. Desde lejos, lo que más se distinguía eran sus cuatro torreones, llenos de arcos, ventanas y balcones. Sin embargo, el lugar al que nos debemos dirigirnos no se encuentra en estas ostentosas torres, sino en la parte baja del castillo.

Al entrar en el portal Lex y Adara se vieron completamente cegados por un fulgor blanco, provocando que cerraran los ojos con fuerza. Cuando los abrieron se encontraban en una habitación con las paredes de piedra y estantes en las paredes. Lex se soltó de la mano de Adara, y ensimismado en sus pensamientos, empezó a escribir en su cuaderno mientras hablaba.

-Como siempre, el portal me ha devuelto a mi taller. Y parece que hemos llegado los dos juntos, parece ser que si las dos personas mantienen un leve contacto físico durante el trayecto, las dos acaban en el mismo lugar, interesante, interesante...

Mientras el mago se quedaba ensimismado con su nuevo descubrimiento, Adara se puso a deambular observando más de cerca el taller del mago, a pesar de que conocía el lugar por haber estado espiando a Lex en él, no había visto las cosas con más detalle.

La habitación era amplia, tres de las cuatro paredes estaban cubiertas con estanterías pobladas de libros, botes de cristal, algunas hierbas y minerales de casi todos los tipos. Cada cosa estaba etiquetada y colocada debidamente. En comparación a la leonera de Damián el taller de Lex estaba mucho más ordenado, tanto, que era incluso agradable a la vista. Nada que ver con los talleres de los magos oscuros, donde había restos de sus experimentos inhumanos y rezumaba un olor a putrefacción y químicos insoportable. En este caso la habitación olía a hierbas aromáticas, entre ellas, Adara reconoció el olor de la menta y el romero.

En el centro de la habitación había una mesa cuadrada grande con varios pergaminos, velas y unas cuantas armas. Adara, se acercó a una de las estanterías y vio un bote de cristal con muchas conchas marinas, tenía un trozo de pergamino pegado en el que había escrito "Recuerdos de casita" en el idioma de Kigash. Y al lado había dibujada una cara sonriente.

"Definitivamente soy una idiota. No me puedo creer que durante este último mes haya estado pensando que este hombre era un mago oscuro. Es decir, mira este cuarto, los magos oscuros lo dejan todo patas arriba y aún menos, se molestarían en hacer esta clase de cosas."

Al ver que Adara estaba observando fijamente el tarro, Lex guardó su cuaderno y se dirigió a ella, y la chica al percatarse de su presencia se giró hacia él.

-Este es el taller de magia más ordenado y acogedor que he visto nunca.

-¿En serio? Vaya, muchas gracias. Siempre intento que cada cosa esté en su sitio para así poder trabajar mejor. Soy el mago de la corte, tengo que ser lo más eficiente posible.

-Te lo dice una experta en talleres mágicos, todos los que he visto han sido un completo caos. De hecho creo que esta es la primera vez que veo uno en buenas condiciones.

Lex le iba a contestar con un "Eso porque todos los que has visto eran los talleres de magos oscuros, no como un servidor" Pero pensó en que lo mejor era hacerse el adulado por si se lo tomaba como que le estaba restregando el fracaso de la noche anterior. Y Lex deseaba entablar una buena relación con esta sujeto, así que lo mejor era guardarse las puyas para cuando estuviera con Damián.

Los huesos del rencorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora