Capítulo uno: Mi amigo, el mago de otro mundo.

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Antes de empezar, permíteme hacer una pequeña introducción:

Comencé a idear historia allá por octubre o por ahí por la simple razón de escribir algo con magos y pasar el rato. Eso y para poder escuchar la banda sonora de Mahoutsukai no Yoru en bucle mientras escribía. Así que, si eres de los que le gusta escuchar música mientras lee, esas canciones van muy bien para este relato. Y bueno, esta es la primera vez que subo un relato a internet y las críticas serán bien recibidas.

Así que, espero que te guste esta historia y que te diviertas leyéndola tanto como yo cuando la escribo. (Aunque corregir faltas y todo eso sea un pelín pesadete, pero gente, es lo que toca)

roachetmk5

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Un día frío de otoño un joven entraba al portal de su edificio cargado con varias bolsas de la compra. Después de subir en ascensor hasta el quinto piso, se dirigió hacia la puerta con una "B" en la parte superior. Nada más abrir la puerta con llave, escuchó una voz enfadada proveniente de su habitación.

-Oh, así que hoy ha venido.

El joven dejó las bolsas de la compra encima de la cocina y se dirigió hacia el fondo del pasillo donde se hallaba su cuarto y su inesperado invitado.

Sentado en su silla, rodeado de ropa sucia y demás objetos, con el mando de la consola en la mano y lanzando maldiciones a los monstruos de la pantalla había un chico joven, rondando algo más de la veintena como él.

Este "intruso" vestía una túnica simple raída decorada con un mosaico floral en el cuello y las mangas. Era de un azul claro y le venía un tanto grande por ser de complexión delgada. Tenía una tez pálida de expresión serena y un pelo lacio castaño, lo suficientemente corto para tener un flequillo que le cubría la frente. Sus ojos anclados en la pantalla eran de un color gris oscuro sin llegar a ser completamente negros, un rasgo común entre los que practicaban su profesión.

-¡Hey, Damián! - Saludó alegremente si apartar los ojos de la pantalla y el joven dejó caer un suspiro desde el marco de la puerta.

-Te lo he dicho mil veces ¡Cuando vayas a venir a casa avisa! Siempre vienes cuando no he ordenado mi cuarto.

-Pero si tu cuarto siempre está desordenado. ¡Llevo viniendo aquí desde hace un año y todavía no he logrado ver el suelo de esta habitación!

El joven lanzó una risa mientras que Damián se habría paso entre las cosas para llegar a su cama deshecha y sentarse.

-Sí,sí, me gustaría ver tu habitación, que a saber cómo la tendrás con tanto libro y tanta arma, listillo. Pero bueno, dejando mi vagancia a un lado ¿Qué te trae por aquí, Lex?

-Oh, pues lo de siempre, tenía tiempo libre y he decidido pasarme a disfrutar de tu aparato magic- ¿! Pero qué...?¡

En la pantalla de la televisión un troll salió inesperadamente de un rincón y de un golpe lanzó al personaje hacia un precipicio cercano. A continuación, aparecieron las letras de "HAS MUERTO" en la pantalla.

-Ah... otra vez me han vuelto a tirar, sería mucho más fácil si los trolls no estuvieran escondidos.

-Los trolls no están escondidos, se ven a la legua. Ah, claro que se me olvidaba que no ves tres en un burro -Dijo Damián sarcásticamente.

Al instante, unos calzoncillos sucios volaron hacia su cara y por mucho que Damián luchara para quitárselos, una fuerza invisible los mantenía adheridos a su rostro.

-Seré miope, pero mi magia es más precisa que el ojo de un halcón.

Diciendo esto Lex chasqueó los dedos y los calzoncillos cayeron al suelo, dejando a Damián sin aliento después de su intensa lucha contra la prenda.

Los huesos del rencorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora