Auto Azul [YoonMin]

Domingo 6

Pasan los días pero no me llevan

Lo cierto es que Min YoonGi recuerda toda su vida. Salvo el desenlace de ésta y cómo es que se apareció allí, en ese auto azul.

Hijo de un matrimonio de Daegu bastante feliz, hermano menor, y copropietario de una preciada colección de cómics. Padre de Min Holly, un juguetón cachorro, y amante del café. Asistió hasta sexto año de secundario en Daegu y se mudó a Seúl para iniciar una carrera universitaria como arquitecto.

Era en su segundo año que descubriría, como una revelación epifánica, que todas esas notas en su teléfono, libretas repletas de estrofas, escritos al margen de cualquier papel, le estaban anunciando que su pasión estaba en la composición y, mejor aún, en rapear ante un público eufórico.

No era por presumir, pero él estaba seguro que si tuviera vida suficiente para una batalla de rap ante ese tal RM y ese tal J Hope los destrozaría con un único ¡Ddaeng!

—Estás alardeando. —Le dijo entonces la vocecita suave de un friolento JiMin a su lado—; siempre mencionas eso del ddaeng y el give to me o el tal Tony Montana, pero no quieres enseñarme si es verdad que eres tan bueno.

Ah, valedecir que JiMin nunca dejó de visitarlo. Y si bien YoonGi piensa en un "nunca" no sabe cuánto hace que son una especie de amigos y compañeros de coche. Lo que sabe es que JiMin vuelve casi al anochecer, trae consigo una mochila y dentro su comida y una manta para dormir con él luego de hablar por horas.

YoonGi reconoce que si estuviera vivo le hubiera gustado presumirle a su amigo, Kim TaeHyung, el hecho de que duerme con un chico tan hermoso como lo es JiMin. No indaga por qué es que está tan consciente del atractivo del rubio vivo ni por qué le alegra en demasía verlo sonreír por algo que él dice.

—Mi talento no debería cuestionarse. —Se encoge de hombros y se aparta de JiMin al ver que están demasiado cerca uno del otro.

Los dos estaban sentados en el asiento trasero y pese a que JiMin siempre le dice lo mal que se lleva con el frío no se aparta. No hay que ser un genio para entender que un alma sin cuerpo no genera calor. Incluso aunque la primavera esté ya cerca y el sol choque más fuerte en el capó despintado del auto azul. A YoonGi le da un escalofrío imaginario de pensar en su segunda primavera así, muerto y sin querer arrojarse "al fin el fin del fin".

—Si me muestras tu gran talento te enseño el mío. —Propuso JiMin, sacándolo del temor de lo incierto.

Pero él no está dispuesto a recordarse que ya no. Que no es ni será. Entonces, dice:

—No te mostraré mi pene, JiMin. No seas pervertido .

Las mejillas rojizas del chico enternecen a YoonGi.

Casi olvida que éste es el cumpleaños más extraño que tuvo en su vida.

Oh, es verdad, ni siquiera lo está.