Advertencias: Asesinato. Relación obsesiva-tóxica. Violencia. Leguaje soez. Muerte de pesonaje.
Género: AUCrimen, Romance, Drama.
Pareja: CapHydra & Tony Stark
Longfic (10 mini capítulos)
Series en las que se basa: Dexter & Happy Sugar Life
Notas: Este fanfic fue hecho para el Special Stony Challenge Fanwork 2019. El reto consistía en All Serie. Dedicado a Millenium por darme un empujoncito con la idea♥ espero te guste. Créditos de la portada a Millenium (@HeissenSaudade ) porque yo jamás haría algo tan hermoso.
Caramelos
[Una vez su padre había dicho que el amor era como un frasco vacío que se iba llenando de miles de sensaciones. Steven Rogers jamás había sentido un sentimiento como el que describía su madre cuando hablaba del romance de juventud que tuvo con su padre o de cuando su alcohólico padre relataba sus aventuras en el trabajo.
Si el amor era como un frasco vacío, ¿el suyo estaba roto?]
Capítulo I. Frasco vacío
Steven Rogers siempre había sido un niño callado, incluso hasta sombrío, a la vista de sus padres quienes intentaban ignorar los síntomas característicos de alguien diferente.
Su padre, Joseph Rogers, trabajaba para la policía y era uno de los mejores detectives que tenían. Su nivel deductivo era de alto rango y resolvía los crímenes de homicidios más rápido que cualquier otro. Steven tenía pocas aficiones, pero entre las más sanas estaba la de visitar a su padre a la comisaría.
Lo que producía una enorme curiosidad en el niño, de ese entonces seis años, era el enorme frasco lleno de caramelos que su padre siempre tenía encima del escritorio.
—¿Quieres uno campeón? —le preguntó su padre con una radiante sonrisa, acercándole el enorme frasco al pequeño Steven.
—Vaya, debes amar mucho a tu hijo para ofrecerle uno de tus caramelos Joseph. Eres un maldito tacaño. —se burló un compañero de trabajo con apariencia regordeta mientras volvía a teclear con prisa en su computador.
—Amor... —murmuró Steven sacando un caramelo azul del frasco —¿Tú me amas?
Joseph alzó una ceja ante la extraña pregunta y volvió a colocar el frasco sobre su escritorio, él sabía bien que su hijo era anormal, pero no era capaz de exponerlo frente a todos. En su interior, aunque no quisiera aceptarlo, lo veía como una decepción.
—Claro que te amo Steven, ¿qué padre no ama a su hijo?
—¿Y los hijos también tenemos que amar a nuestros padres?
Tras ese cuestionamiento... Joseph ya no quiso contestar, mejor dicho, no tuvo las fuerzas para contradecirlo.
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Conforme pasaron los años la situación de su padre empeoró. Se volvió adicto al alcohol, este era su segundo amor después de su trabajo, el cual había perdido hace tiempo. Aquel detective prodigio ahora no era más que un recuerdo imaginario.
Steven y su madre, Sarah, sufrían maltratos día tras día. El pequeño Rogers pasaba sus noches contando los nuevos moretones que aparecían sobre su blanca piel, pero no podía llorar. El dolor no le afectaba, incluso le gustaba presenciar las rabietas de ese hombre. La furia era un sentimiento que le encantaba.
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—Nadie en esta maldita casa me respeta. —se quejaba mientras sorbía de la botella de whisky irlandés. Steven se limitaba a escucharlo, ya tenía alrededor de 20 años y estudiaba para ser un detective como su padre.
Joseph le miraba con envidia, su hijo era uno de los mejores estudiantes que la academia había tenido.
—Te has de creer especial Steven solo porque te llenan de premios y medallas, ¿verdad, pequeño mierdecilla? Pero yo sé lo que eres. Lo he visto en esos ojos desde que naciste, adoras el caos y la destrucción. No creas que no me daba cuenta de los malditos cadáveres de animales que ocultabas en el garaje, jodido psicópata.
Steven indiferente dio vuelta a la página de su documento, ya que la semana siguiente tendría el examen para convertirse en detective.
—¿Te crees mejor que yo? Pero te apuesto a que no tienes las agallas para matar a una persona, eres solo una basura presuntuosa con problemas mentales, jodido crío. ¡Me molesta tu estupor de mierda, reacciona maldita sea! No importaba cuántas veces te golpeara y rompiera los malditos huesos, jamás te vi llorar... ¿de qué estás hecho, demonio?
Inmediatamente, como por arte de magia, Joseph se estrujó el pecho con dolor y la pesada botella de whisky cayó al suelo, derramando su líquido por toda la alfombra.
—¿Q-qué d-demonios sucede?
—¿Todavía me amas, papá?
Con aspecto imperturbable observó el último respiro de Joseph. Ya no lo admiraba, se había convertido en un saco de estiércol justo como las demás personas. Esperaría algunos minutos y después llamaría a la comisaría, fingiría la nostalgia que había estado practicando durante semanas y trataría de ser normal.
—¿Por qué nadie dijo que «llorar» es tan difícil? —se mofó.
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En el funeral asistieron cientos de personas que Steven y Sarah no conocían ni en fotografía, dándoles condolencias vacías. Junto al ataúd lloraba el hombre rechoncho que Steven conoció cuando visitaba a su padre en la comisaría, cargaba un enorme frasco de caramelos con él.
—Eran los favoritos de tu padre. Él decía que el amor era como un frasco vacío, se iba llenando de sensaciones diferentes y coloridas. Es una lástima que remplazara estos dulces por el maldito licor. —se lamentó, depositando el frasco sobre el ataúd en lugar de aquellas flores que todos llevaban consigo.
Steven observó el rostro demacrado de su padre y sonrió de lado.
¿Qué clase de caramelo fue él en el frasco de su padre?
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Dos años más tarde, su madre se «suicidó» al no soportar su vida sin Joseph. Al menos, eso fue lo que todos deseaban que fuera la realidad. Steven ya era mayor de edad así que se quedó en la casa de sus padres y recibió el poco dinero de los seguros de vida de ambos.
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Si el amor era como un frasco vacío, entonces... ¿el suyo estaba roto? Había llegado a esa conclusión después de asesinar a sangre fría a un hombre que lucía similar a su padre. Era interesante observar las caras de terror que las personas eran capaces de crear cuando se enfrentaban a la muerte inminente.
Guardó la navaja de su padre, uno de los pocos recuerdos que apreciaba y limpió cualquier rastro de evidencia en la escena del crimen. Tenía sus ventajas ser un detective policial.
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CARAMELOS
Fanfiction[Una vez su padre había dicho que el amor era como un frasco vacío que se iba llenando de miles de sensaciones. Steven Rogers jamás había sentido un sentimiento como el que describía su madre cuando hablaba del romance de juventud que tuvo con su pa...