XVI | Larga vida al rey

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        JUGANDO CON UN PELOTA, REBOTÁNDOLA CONTRA LA PARED, Lyann hizo caso omiso a la riña entre Rhoedy y Sam, ambos discutiendo sobre quién está del lado de quién en cuanto a la situación de los Acuerdos

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JUGANDO CON UN PELOTA, REBOTÁNDOLA CONTRA LA PARED, Lyann hizo caso omiso a la riña entre Rhoedy y Sam, ambos discutiendo sobre quién está del lado de quién en cuanto a la situación de los Acuerdos. Y, honestamente, a Lyann no podría importarle menos, no cuando tenía el estómago vacío y tenía un antojo de ese brownie de chocolate que Wanda hizo el día anterior.

Un aperitivo que es muy posible que Tony Stark lo encontrara y lo devorara.

—Tengo algo que decir —anunció Visión, callando a los dos hombres en la habitación completa que discutían.

—Ah, claro, tiene que ser él quien hable por nuestro mundo —refunfuñó Sam.

—Luego de que el señor Stark le revelara al mundo su identidad como Iron Man, ocho años después el número de personas alterados han crecido potencialmente, y durante el mismo periodo el número de amenazas creció por igual.

—¿Entonces es nuestra culpa? —quiso saber Steve. Hasta Lyann se encontró quieta, escuchando atentamente las palabras del hombre místico.

—Intento decir que es posible que haya una causa. Nuestra fuerza impulsa a los demás a retarnos y ese reto da lugar al conflicto, y el conflicto crea catástrofes —Visión los observó a todos—. Ser vigilados tal vez sea una idea que todos tomemos en cuenta.

—Estoy segura que el Fantasma habló con más inteligencia que cualquiera de nosotros —Lyann sonrió—. Y lo irónico es que ni es de este mundo. Ja.

Steve la miró.

—La pelota. Dámela.

La sonrisa de Lyann se borró.

—¿Y yo qué hice?

—Golpear una pelota contra una pared de vidrio. Dámela y ven a sentarte, Lyann.

—Pero...

Steve le dio una mirada que le dijo a Lyann que era mejor no oponerse y hacer caso, sabiendo lo estricto que el Capitán América tiende a ponerse con ella. Así que suspirando le lanzó la bola, la cual Steve atrapó como si nada, y se tiró en la silla giratoria a su lado. Literalmente.

Natasha trató de ocultar la sonrisa ante la escena y para hacerlo desvió la mirada, posándola en el multimillonario tumbado en el sofá.

—Me sorprende que aún no nos hayas honrado el día con tu voz, Stark.

—Sí, eso es porque ya decidió cómo votará —dijo Steve.

—Me conoces muy bien, anciano —masculló Tony, levantándose del mueble con una mueca—. En realidad tengo una jaqueca y es por eso que no he dicho nada, por el simple dolor de cabeza y la incomodidad... ¿Quién rayos pone restos de café en el triturador de basura? ¿Les parece esto un hotel para pandilleros?

Lyann rodó los ojos y puso la cabeza sobre la mesa, sin quitarle los ojos de encima al señor Stark, quien colocó un portador de hologramas sobre el desayunador y lo hizo funcionar, proyectando una foto de un joven de color sonriendo.

[1] Banshee | Civil WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora