Desde que la guerra ninja había terminado, todo estaba algo movido en la aldea, había personas corriendo de un lado para el otro reconstruyendo todo, atendiendo enfermos y heridos en el hospital, creando nuevas formas de vivir todos en paz y armonía.
Después de que alcanzamos la paz me he dedicado a estudiar más y más, he entrenado cada día para poder mejorar mis habilidades como ninja médico, después de todo en momentos como estos realmente se necesitaba. Cada día tengo nuevas experiencias que me llenan y me hacen sentir útil para mi aldea. Pero, mi felicidad no podía ser aún completa, no existía día en que no pensara en él. La persona dueña de mis pensamientos, de mis constantes suspiros, aquel capaz de teñir mis mejillas de un no tan sutil color carmesí cada vez que recordaba su suave piel, aquellos labios en los que pocas veces había visto una leve sonrisa, sus ojos oscuros tan profundos como el mar, él era mi viejo compañero de equipo, mi Sasuke, como quisiera que fuera mi persona predestinada por obstinado que esto pudiera sonar.
Hace cinco meses que Sasuke se fue a viajar por el mundo para poder expiar sus pecados, me habría encantado poder acompañarlo, tanto que a pesar de saber cuál sería su respuesta me atreví a preguntarle si podía ir junto a él. Como lo supuse me dijo que no, me dio un leve toque en mi frente exclamando que nos volveríamos a ver y se marchó. Ahora no puedo hacer nada más que esperarlo, pidiendo a Dios que siempre este salvo y sano.
Esta mañana que pintaba para ser una más en realidad se sentía distinta, no sé cómo explicarlo, pero algo en el viento susurraba que un gran cambio podía llegar.
- ¡Sakura-chan buen día! - Escuché que me gritaban por la espalda, giré rápidamente para encontrarme con un par de ojos azules que venían corriendo haciendo notar que nuevamente iba tarde a algún lugar.
- ¡Naruto buen día! Veo que otra vez vas tarde a la reunión con Kakashi-sensei. - dije en mi típico tono burlón que solía utilizar con el rubio.
- No, esta vez te has equivocado, voy tarde para encontrarme con Hinata. - Naruto comenzó a contarme que después de su boda tenía que visitar la casa de su suegro para aprender cómo deben actuar los futuros líderes del clan Hyuga. - Suena aburrido, pero me ayuda mucho para llegar a mi meta de ser el próximo Hokage de Konoha. - Exclamaba mi amigo con su típico sonrisa bonachona y victoriosa.
De pronto nuestra conversación fue interrumpida por la algarabía proveniente de la entrada a la aldea, y pues como era de esperarse tanto Naruto como yo quisimos ir a observar que estaba sucediendo. Corrimos rápidamente y nos topamos con los guardias deteniendo el paso de un pequeño grupo de personas, los cuales no parecían provenir de ninguna de las aldeas aliadas, provocando la alerta de todos los Jounin del lugar.
Justo en ese momento el sexto Hokage Kakshi Hatake hacia su entrada precedido de un grupo no tan pequeño de ambus.
- ¿Quiénes son ustedes y qué hacen en este lugar? - Cuestionó sensei en un tono de voz amigable pero que también denotaba cierto atisbo de amenaza.
- Mi nombre es Akamai Meracan, soy el líder de esta pequeña comunidad de comerciantes, no hemos venido para ocasionar ningún tipo de problema. Quisiera pedirles ayuda, nos dirigíamos hacia nuestra ciudad cuando fuimos atacados por un grupo de ladrones, nos hemos quedado sin mucha de nuestras mercancías y algunos de mis hombres han sido seriamente heridos en su intento de protegernos. - Indicaba un anciano de amable pero angustiada mirada.
Kakashi-sensei relajó su semblante, él notó que las palabras del hombre eran ciertas y dentro de sus hombres no había uno solo que pudiera rivalizar con 6 de nosotros y 5 ambus. - Sean bienvenidos a Konoha no se preocupen nosotros los apoyaremos en lo que nos sea posible, por favor pase para que podamos atender a sus heridos. - Sensei se veía muy tranquilo y amistoso así que el resto de nosotros también decidimos bajar la guardia y ver en que podíamos ser útiles.
- Sakura, atiende a los heridos de gravedad mientras comenzamos el traslado de los demás. - Me ordenaron mientras con la mirada buscaba quien podría ser la persona más necesitada en ese momento. -Como ordene - Exclamé justo en el momento que mis ojos se posaron en mi objetivo.
Caminé rápidamente hasta topar con un joven que venía siendo cargado por dos de sus compañeros, pedí que lo acostaran en el suelo y comencé a tratar sus heridas. Me tomó un tiempo, pero al final había terminado, baje mi mirada para observar el estado de mi paciente, cuando me cruce con unos intensos ojos grises y una dulce sonrisa.
- No tengo palabras para agradecerte lo que has hecho por mí princesa, mi vida está en tus manos hasta que pague mi deuda contigo. - expreso el joven que me miraba de una forma extraña, pero nada incomoda incluso había logrado que mis mejillas se tornaran rojas ante la mención de la palabra princesa en esa oración.
- No te preocupes por eso, solo cumplo con mi deber. - Me apresuré a decir sin dejar de sumergirme en esa mirada. No me mal interpreten, no he caído enamorada de un completo extraño, pero esta persona me hace sentir como si estuviera conectada de alguna forma a él.
- Mi nombre es Kouto kanaka y tú ¿Cómo te llamas? - Cuestionó sin apartar ni un segundo su vista de mí, sin dejar de sonreír. - Me llamo Sakura Haruno, me alegra que ya te sientas mejor. - Respondí sintiéndome muy tranquila y serena ante la presencia de aquel individuo.
Después de ese breve cruce de palabras me levanté y continúe con mis labores ya que había un gran número de personas heridas en el lugar, pero seguía sintiendo esos ojos grises siguiendo cada uno de mis movimientos y no me molestaba.
Al terminar el día estaba muerta del cansancio, di una última revisión a los pacientes y decidí irme, cuando salí del hospital la luz del sol encegueció mis ojos, ya que sin percatarme había pasado un día completo en el hospital atendiendo a aquellas desafortunadas personas.
A pesar de mi cansancio decidí ir primero al bosque para buscar una hierba medicinal que podría ayudar a nuestros visitantes a relajar un poco sus nervios después de semejante experiencia, para las personas normales es muy difícil lograr asimilar situaciones como la que acababan de vivir.
Caminé un rato, cuando de pronto sentí una fuerte concentración de chakra, un chakra que se me hacía muy familiar, corrí con todas mis fuerzas para poder llegar al lugar donde lo sentía. Y justo en el claro del bosque se encontraba la concentración de energía que me había hecho pensar que él había vuelto. Pero no era sí, en ese lugar logre divisar a un hombre junto a tres adolescentes que nunca en mi vida había visto por aquí. ¿Serán parte de los comerciantes que llegaron hasta nuestra aldea?
Desde mi posición pude notar que el hombre tenía una cantidad muy baja de chakra, se veía supremamente agotado, sin si quiera pensarlo un momento me acerqué más al grupo y de mi boca salieron palabras que no pude detener. - ¿Qué hacen aquí? ¿Se encuentran bien? - Les pregunté con mucha angustia al ver el estado en que se encontraba ese misterioso hombre que se notaba cuidaba de los tres chicos.
Noté que los jóvenes abrían los ojos desmesuradamente y por un momento el hombre me vio como si quisiera decir algo importante, sin embargo, en un segundo su rostro se volvió sereno.
- ¿Qué está sucediendo? - Fue todo lo que esos chicos alcanzaron a expresar, parecía que me habían leído la mente y acababan de decir lo que yo misma me cuestionaba.
ESTÁS LEYENDO
¿Mamá se casa y no es con mi papá? - Finalizada (En corrección)
RomanceSasuke, Sarada, Boruto y Cho cho caen en un misterioso portal, llegando al Konoha del pasado, encontrando a la bella Sakura a punto de casarse con un extraño, ¿Qué hará Sasuke ahora? ¿Perderá a su familia? ¿Qué es lo que realmente siente por su e...