Y así fue como te perdí

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El salón se quedó en completo silencio, de pronto una suave voz rompió la quietud del lugar. - Acepto Hokage-Sama, por favor Kouto-kun cuide de mi a partir de hoy.

Quede estupefacto ante esas palabras, ¿Cómo era posible que accediera ante semejante locura? ¿Realmente estaba Kakashi de acuerdo?, ninguno de mis cuestionamientos se podía responder de forma lógica, pero de todas maneras tampoco es que tuviera mucho tiempo para asimilar la situación.

- ¡Que la princesa Ioe bendiga esta unión! - Exclamó el líder de los comerciantes quien a ese punto se veía claramente feliz por el compromiso de MI esposa con ese sujeto, algo en todo esto sigue sin terminar de cerrar en mi mente.

- ¿Quién es la Princesa Ioe? - Cuestioné sin verdadero interés al mismo tiempo que me acercaba a Sarada y colocaba mi mano sobre su hombro. En los ojos de mi hija se podía observar claramente la confusión y el enojo que se estaba comenzando a remolinar en su interior. Debía tranquilizarla no quería que sus emociones se salieran de control y nos terminara delatando. A estas alturas Kakashi ya había comenzado a vernos con desconfianza, no había espacio para equivocaciones ni en el más mínimo de los detalles, mi maestro era un verdadero genio y a pesar de estar seguro de que algo en nosotros no era normal, tampoco actuaría sin tener pruebas de ello, definitivamente debía recuperarme pronto para poder volver a nuestro tiempo.

Pero ¿Qué sucederá cuando volvamos a nuestra línea temporal? ¿Sakura estará casada con otro? ¿Y qué sucederá con Sarada? ¿Nuestra familia no existirá más?, no recordaba que en algún momento al encontrarme con la pelirrosa en mi viaje ella me contara sobre este suceso, tampoco lo hizo Naruto al volvernos a ver o cualquier otro en la aldea, mi mente se volvía un verdadero lio hasta que escuche al jefe de los comerciantes responder directamente a mí.

- La Princesa Ioe fue una de los primeros monarcas de nuestra tribu, que vivió hace más de 500 años, a ella y su sacrificio le debemos la prosperidad de nuestra comunidad, nuestros antiguos relatos la describen como una hermosa joven, de piel tan blanca como la nieve, ojos de un profundo verde capaz de comparase con la más bella joya preciosa y cabello similar al tono del árbol de cerezo. - Contestó tranquilamente.

- Siento como si estuviera describiendo a Sakura-sama. - Interrumpió rápidamente Boruto. - Así es, se dice que existen pocas personas que compartan las mismas características de nuestra Princesa y todas ellas han sido mujeres llenas de cualidades, de corazones nobles con la capacidad de liderar a la aldea de Mata air. De allí nuestro principal interés en que la novia sea esta bella joven. - Dijo emocionadamente aquel anciano para luego proceder. - Claro que también estamos tomando en cuenta sus excepcionales capacidades como médico, que nos ayudarían mucho ya que solemos ser atacados por bandidos en los caminos. Si todos están de acuerdo me gustaría poder realizar la boda en tres noches justo cuando la luna este llena y nos brinda su mayor bendición. - Concluyó, era realmente posible lo que estaba escuchando, en solamente tres días más la mujer que había amado por tanto tiempo se casaría y sería llevada lejos de Konoha.

- Sakura-sama, por favor acepta este prendedor de cabello y este espejo como símbolo de devoción por usted y sobre todo como muestra que definitivamente le garantizo haré todo lo posible para llevarla por el camino de su felicidad. - Escuche al tal Kouto decirle a Sakura mientras se acercaba a ella y extendía ambos presentes para ser aceptados con timidez por parte de la aludida.

- Muchas gracias es un gusto recibirlos y pongo en sus manos mi vida. - Respondió con su suave y avergonzada voz, mis ojos no terminaban de dar crédito a lo que veía, sus mejías estaban tomando un tono carmesí ante las palabras de ese sujeto.

-Bueno, supongo que ustedes tienen mucho de que hablar antes del matrimonio y nosotros no queremos molestar así que aprovecharemos para salir a comprar algunas cosas que nos hacen falta a la aldea. - Dije para llamar la atención de los presentes especialmente de los tres jóvenes que tenían aún menos idea que yo de cómo actuar en este momento.

Nos apresuramos a salir del departamento, al cerrar la puerta no pude evitar voltear a ver la escena que se suscitaba en la sala, pero lo que más me impresionó fue toparme con los ojos verdes que tanto extrañaba viéndome con un pequeño dejo de tristeza y una sonrisa de resignación.

Sarada comenzó a reclamarme por no haber intervenido, pero se tranquilizó rápidamente al comprender que bajo la situación en la que nos encontramos no había otra opción. Les indiqué a mis acompañantes que fueran a los alrededores de la Aldea y yo iría al bosque para buscar una forma de recuperarme y poder irnos pronto. Mentí, necesitaba estar un tiempo a solas para procesar todo lo que estaba pasando y pensar en que debería hacer ahora.

Camine por alrededor de dos horas sin rumbo fijo, hasta que llegue a un claro dentro del bosque, escuche dos voces conocidas para mí, así que opte por quedarme detrás de un árbol donde ellas no pudieran notarme.

- ¡Felicidades Sakura! No puedo creer que te casaras en tres noches y con un hombre tan guapo como él. - decía muy animada la rubia, aun que rápidamente cambio su emoción al notar la expresión que se dibujaba en el rostro de su amiga.

- Gracias Ino, tampoco puedo creer que me casaré, pero estoy segura que es lo mejor que puedo hacer por la aldea y el Hokage. - Al terminar esa frase pude notar desde la distancia que tenía pequeñas lagrimas que luchaban por no escapar.

- Estas así por Sasuke, ¿Verdad? - Más que una pregunta estaba afirmando Ino - Tu sabes que lo he amado por más de diez años, estuve dispuesta a seguirlo en su camino de venganza, sentí que moría al llegar a su lado y verlo desangrándose por la pérdida de su brazo, escogí quedarme cerca mientras lo juzgaban por sus crímenes y cuando volvió a irse en su viaje de redención quise acompañarlo, pero respeté su decisión de ir por su cuenta y con esa pequeña esperanza que me dio decidí esperarlo una vez más. No puedo terminar de creer que debo renunciar a mis sentimientos, que después de tanto debo finalmente dejarlo ir y entender que por más amor que le profesara yo no era la persona con quien Sasuke pueda compartir su vida, reestablecer al clan Uchiha, que pueda intentar sanar su corazón roto por las desgracias de las circunstancias que afrontó. - Terminó mi amada de expresar mientras dejaba de ser capaz de contener sus lágrimas que comenzaron a brotar sin más.

Esas palabras saliendo con tanta sinceridad de ella mientras lagrimas rodaban por sus rosadas mejillas lograron estrujar mi corazón, ¿cómo era posible que entre todos los hombres del mundo yo tuviese la fortuna de haber encontrado a un ser que me amara así de incondicional? ¿Qué había hecho en esta o en otra vida para merecerla? ¿Cómo era posible que hubiera permitido que mi odio me cegara de tal forma llegando incluso a intentar acabar con ella? Solo de pensar en esa última posibilidad sentí escalofríos recorrer mi espalda.

Me quedé oculto un poco más de tiempo mientras escuchaba a las dos jóvenes conversar sobre la boda, que sería de la vida a partir de ahora sin Sakura en la aldea y consolar a esta última por su corazón mal herido gracias a mis acciones sin sentido.

Vi como la rubia se despedía agitando la mano y comenzaba su retorno hacia la aldea, al parecer Sakura quería estar un momento a solas contemplando el atardecer que se pintaba ante sus ojos. Sé que no debería haber hecho esto, pero no pude evitar salir de mi escondite y llamar su atención.

- ¿Puedo contemplar el atardecer a su lado? - Dije sin si quiera estar seguro como esas palabras habían salido de mis labios. Ella me volteo a ver sorprendida, volviendo a tomar su postura tranquila al notar que era yo quien le había hablado. - Por supuesto, quisiera poder conversar con alguien ajeno a esta locura un momento.

¿Mamá se casa y no es con mi papá? - Finalizada (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora