¿Mamá se casa y no es con mi papá? - Finalizada (En corrección)

Dejavú

La tercera noche había llegado, todo estaba listo para la boda. En una de las habitaciones que se encontraban dentro de la torre del Hokage, las chicas estaban terminando de dar los últimos toques a la novia, Sakura estaba más hermosa que nunca, sus hebras rosas habían sido grácilmente peinadas en un moño decorado con la peineta que Kouto le había regalado a la novia, sus labios rosas ahora se teñían de rojo carmesí, el kimono blanco puro y elegante la hacía lucir como toda una princesa.

Normalmente una boda significa alegría en la aldea, pero ese día el sentimiento general era triste y desolador. Ino y Hinata habían ayudado a la pelirosa con su arreglo, mientras que Sarada había permanecido junto a su madre en todo momento, la adolecente estaba notablemente preocupada, la boda estaba a punto de comenzar y su padre no había vuelto aún.

- Sakura, ¿Estas segura de lo que haces? - La voz de Ino rompió el silencio de la habitación. - No tienes que hacerlo si no quieres, si nos lo pides te ayudaremos a cancelar con esta locura.

- ¡Basta Ino! La decisión ya fue tomada, decidí casarme por el bien de la aldea, es mi deber como shinobi hacer todo lo que está en mis manos para ayudar a Konoha.

- Sakura - Chan. - Ahora era la tímida esposa de Naruto quien se animaba a dar su opinión. - No sabemos exactamente donde esta Sasuke-kun, pero no perdemos nada con avisarle, ¿Quieres que le enviemos un mensaje? Tal vez está cerca y al verlo cambias de opinión.

- Sasuke. - Su voz comenzó a quebrarse solo con decir su nombre - Él es la última persona que deseo ver en este momento, les agradezco a ambas por su preocupación y sobre todo por su ayuda, pero, me podrían dejar a solas.

Ninguna de sus dos amigas quería dejarla sin embargo comprendían que ella necesitaba tiempo para asimilar lo que estaba a punto de hacer, ambas la abrazaron y salieron de la habitación sin decir ni una sola palabra más. Sarada al escuchar la petición de su madre a las tías, también se paró para dirigirse a la salida.

- Yukiko, espera por favor. - La voz de Sakura atrajo la atención de su hija. - Por favor no te vayas, quédate conmigo hasta el último momento. - Dos pequeñas lagrimas amenazaban con escapar de los ojos de Sakura. - ¡Por Favor!

A Sarada se le partía el corazón, ella jamás había visto a su madre así, sabía que en ocasiones su mamá se podía sentir triste o nostálgica por la ausencia de su padre, pero nunca lo demostraba, pasara lo que pasara en su vida Sakura siempre era fuerte y le mostraba su más cálida sonrisa, era la primera vez.

Sin pensarlo Sarada corrió hasta quedar hincada frente a Sakura, tomo sus manos mientras lloraba con el mismo desconsuela como cuando era una niña que buscaba el calor de su madre para sentirse segura y a salvo.

- Ma... Digo Sakura, vayámonos de aquí, escapemos juntas yo te ayudare a salir de este lugar, a ir en busca de Sasuke... Yo- Yo te ayudare para que seas feliz.

Sakura, no comprendía como aquella niña le generaba tanto cariño y dulzura, colocó la cabeza de la azabache sobre sus piernas, sin importarle que kimono pudiera mancharse y acaricio lentamente su cabello con el mayor cuidado del mundo, como si tuviera entre sus manos al ser más preciado del mundo.

- No llores pequeña, todo estará bien... - Con esas palabras el corazón de Sarada se estrujo por el dolor, pero al mismo tiempo sintió tranquilidad, tranquilidad al escuchar a su mamá como muchas otras veces lo había hecho con pequeñas frases podía darle paz a su mente, corazón y alma.

- Te agradezco con toda el alma lo que quieres hacer por mí, porque a pesar de no conocerme hace tanto desea mi felicidad. - Lleno sus pulmones de aire para sentir que con ello tomaba un sorbo de valentía. - Pero la decisión ya está tomada, se la responsabilidad que asumo y estoy dispuesta a hacerlo dando lo mejor de mí. - Con sus pulgares limpio el camino húmedo que las lágrimas habían delineado en el rostro de quien no sabía era su hija.