¿Mamá se casa y no es con mi papá? - Finalizada (En corrección)

¿Mamá se casa y no es con mi papá?

Sasuke acababa de terminar con una de las misiones que el séptimo le había encomendado, así mismo se le pidió que permaneciera en la aldea algunos días más ya que pronto tendrían la visita de los delegados de otra aldea con quienes tenían buenos tratos comerciales desde hacía unos años. A pesar de no estar del todo conforme con esto, a Sasuke no le quedo más que aceptar, aunque para él era una clara pérdida de tiempo.

El pelinegro iba caminando hacía su casa cuando se encontró con Sarada, Chouchou y Boruto, el trío se veía claramente felices al saber que el Uchiha retrasaría su viaje unos días; lo primero que Boruto pudo pensar es que aprovecharía esta rara oportunidad para que su maestro lo pudiera entrenar. Chouchou ya había pedido permiso para poder quedarse esa noche en casa de Sarada y ante tal oportunidad el chico tuvo que autoinvitarse para cenar.

Iban llegado a casa cuando, Sakura salió a recibirlos, su sorpresa fue mayúscula al ver que su esposo también se encontraba junto a los chicos.

Sarada siempre había pensado que su madre era hermosa, pero al ver el brillo que sus ojos reflejaban al ver a su padre para ella se volvía la mujer más bella de la aldea, no, mejor dicho del mundo. Pero a pesar de que Sasuke en su momento le confirmó que también la amaba nunca notaba un cambio significativo en su rostro ni en su manera de actuar y por más que lo intentaba no podía dejar de pensar que los sentimientos no eran ecuánimes y eso le dolía por Sakura.

La cena fue de lo más agradable y divertida, al terminar los chicos aprovecharon para salir a entrenar, Sarada y su fiel amiga los observaban queriendo participar, mientras Sakura leía la última investigación que presentaría ante el Hokage para implementar un nuevo procedimiento quirúrgico en el hospital.

- Vamos Boruto, déjame probar mi puntería contra ustedes dos, estoy segura de que es mucho mejor que la tuya ¿No es así papá? - Exclamaba la pelinegra a punto de saltar sobre su compañero de equipo.

- Hmp eso quisieras, pero estoy con "MI" maestro tu lo tienes siempre para ti. - replicó el niño mientras se acercaba orgulloso al maestro que tanto admiraba. En ese momento Sasuke sintió un cambio dentro de las dimensiones y sin ser capaz de detenerlo un portal se abrió justo a sus espaldas, siendo los cuatro absorbidos en un instante.

El sol brillaba intensamente causando molestias en sus ojos, los arrugó para poder acostumbrar su vista a la luz del día, giro su vista buscando desesperadamente a los chicos que habían caído junto a él, allí se encontraban todos inconscientes pero juntos. Sasuke se acercó a uno a uno para poder despertarlos.

¿Qué nos pasó? ¿Ya es de día? ¿Por qué estamos en el bosque? - Esas eran las interrogantes que todos se hacían. Sasuke giró su cabeza para contemplar el panorama y exclamo. - Estamos en el bosque de Konoha pero la atmósfera es diferente a la usual, me recuerda a esos tiempos. - Justo al terminar su oración, el pelinegro sintió un chackra conocido, muy conocido para él de hecho.

-Usen sus Jutsus de transformación para cambiar su aspecto. - Ordenó a los tres chicos, los cuales sin entender el por qué, obedecieron sin decir ni una sola palabra al mismo tiempo que Sasuke también tomaba otra apariencia.

En ese preciso momento una dulce voz inundó el ambiente. -Hola, ¿Qué hacen aquí? ¿Se encuentran bien? - Esa voz todos la pudieron reconocer, era un poco diferente pero imposible que no supieran de quien se trataba. Todos giraron sus rostros al lugar de donde provenía la voz para encontrarse con la persona que les hablaba con tanta preocupación.

Sus rostros cambiaron notablemente al comprobar de quien se trataba, no lo podían creer, esa persona era Sakura, definitivamente era ella no había error, esos ojos verdes esmeralda y cabello rosa como el cerezo, no habían conocido nunca a otra persona que tuviese esas características que hacían resaltar su bello y fino rostro. Pero era diferente, se encontraron con la angustiada mirada de una joven que no pasaba de los diez y nueve años mientras que la persona que los niños conocían era una mujer que rondaba los treinta. A los ojos de Sasuke tampoco había duda, era la misma joven que había dejado una vez para que no sufriese del castigo por sus pecados durante aquel viaje de redención.

- ¿Qué está sucediendo? - Exclamaron los tres shinobis al unisono; mientras que Sasuke intentaba que su rostro no reflejara la confusión que sentía en ese momento.

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