Jamás pensé sentirme así

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Por un momento no sabía exactamente qué hacer, frente a mí estaba mi esposa viéndonos de forma inquisitiva, bueno mi futura esposa, por su aspecto diría que estaba viendo a la Sakura que se encontraba apenas en sus 19 años.

- ¿Qué está sucediendo? - Exclamaron los chicos que se encontraban aún más aturdido de lo que yo estaba, estas palabras pusieron aún más en alerta a la pelirrosa, tenía que ver la forma de salir rápido de esta situación.

- Por favor, no se preocupe ni se asuste, somos unos viajeros que perdimos nuestro rumbo. - Explique mostrando mi rostro más confiable posible para crear algún tipo de empatía. Yo sabía que sería difícil, Sakura pudodía sentir Chakra y el mío no cambiaría con el tiempo, además de ser una mujer muy perspicaz.

- ¿Se encuentran bien? Puedo sentir que su... Energía se encuentra muy debilitada. - Cuestiono, lo sabía, engañarla no sería fácil. Pero, si ella ya sintió mi chakra débil ¿Por qué dijo energía? ¿Por qué no ha cuestionado nada?

- Si claro, únicamente descansaremos por un momento y seguiremos nuestro cami... -. No fui capaz de terminar la frase, mi vista se comenzó a nublar, sentí como mi cuerpo se tornaba pesado y empezó a caer poco a poco. Lo último de lo que fui consciente fueron unos delgados pero fuertes brazos que alcanzaron a sostenerme justo en el momento que perdí la conciencia.

Abrí los ojos para encontrarme en un lugar que era ligeramente conocido para mí, estaba en la habitación de Sakura, eso quería decir que me había llevado hasta su departamento. Me levanté lo más rápido que mi cuerpo me permitió, aun se sentía muy pesado.

Sabía que Sarada era una niña muy inteligente y astuta, aunque esta situación pudiese abrumarla; ella no sería capaz de revelar algo innecesario a su madre, pero no podía tener la misma seguridad de Boruto que tenía el ímpetu y la bocota de su padre por lo que puede cometer una imprudencia o Chouchou que para ser honesto a pesar de ser la mejor amiga de mi hija no tenía ni la más remota idea de cómo actuaba ante la presión.

Mis oídos alcanzaron a escuchar las voces de los chicos y de Sakura, así que me encaminé por el largo pasillo hasta llegar al lugar del cual provenía la algarabía. Sentí que la calma volvía a mi cuerpo cuando vi que todos estaban sentados a la mesa cenando tranquilos conversando de puras trivialidades. No cabe duda había subestimado a la nueva generación de Shinobis, ese era un error que no volvería a cometer.

- Veo que le hemos dado muchos problemas señorita, me disculpo en nombre de mis acompañantes y del mío propio. - Dije para llamar la atención de todos.

- Veo que ya ha despertado, no tiene de que preocuparse, para nada han sido una molestia, es más el pequeño Ryu fue de gran ayuda con las cosas de la casa que tenía pendiente de solucionar. - Contestó Sakura mientras señalaba a Boruto quien a su vez respondía con una enorme y satisfactoria sonrisa. - Además que Yukiko y Midori han sido una gran compañía mientras preparaba la cena. - En ese instante note que era de noche, al parecer había consumido más energía de la que noté al evitar que nos dispersáramos cuando caímos en ese extraño portal.

- ¿Takeshi se encuentra bien? ¿Ya se siente mejor? - Escuché a la ojiverde preguntarme mientras su semblante denotaba verdadera preocupación. He de suponer que por Takeshi se refería a mí al parecer alguno de los niños inventó nuevos nombres para cada uno, me impresionaba notablemente que hubiesen podido mantener las transformaciones por un periodo tan largo, de nuevo los subestime, esta sí será la ultima vez.

- Estoy un poco agotado eso es todo, únicamente necesito poder descansar y me recuperaré pronto. - Intenté parecer lo más calmado al decir esa frase. - Creo que debemos irnos, así podemos buscar un hospedaje para pasar la noche. - finalizó esperando que fuera suficiente para poder salir.

- Ese no es un problema, pueden quedarse aquí el tiempo que necesiten, precisamente hoy vino un grupo de comerciantes a la aldea así que ningún hostal tiene espacio disponible, por favor siéntase libre de utilizar mi departamento el tiempo que sea necesario. - Sakura parecía no estar del todo consciente de lo que significaba albergar personas extrañas, debería hablar con esa niña de sus malos hábitos después, pero por el momento realmente necesitaba descansar así que terminé aceptando su hospitalidad y jurándole que únicamente necesitaría tres días para estar de nuevo listo para continuar nuestro viaje.

- ¡Que bien! - Exclamó ella. - En ese caso déjeme que me presente mi nombre es Sakura Haruno, soy una médico ninja de la aldea Konoha, así que puede estar tranquilo se encuentra en buenas manos. - Extendiendo un plato con comida y continuó. - Esto es para usted, me dijo Yukiko que le gustan mucho las bolas de arroz que prepara su esposa, así que decidimos hacerle unas, probablemente no estén tan buenas como las de ella, pero espero las disfrute, también hay unos tomates rebanados con limón y manzanas para el postre, debe alimentarse bien para recuperarse como es debido. - Termino aquella oración con una sonrisa, esa sonrisa, solo con verla todo el malestar que sentía por esta situación se desvaneció.

- Están deliciosas, son iguales a las de mi esposa-. No mentía, sabían tan bien como siempre, tengo que admitir Sakura sabía cocinar muy bien. Vi como sus enormes ojos se abrían de la emoción al notar mi aprobación y justo a su lado Sarada mostraba el mismo gesto, hasta cierto punto poder verlas juntas es entretenido.

La cena terminó muy tranquila, el departamento contaba únicamente con 2 habitaciones, en una se quedaron Chouchou, Boruto y Sarada; y por más que insistí para que Sakura utilizara la otra, ella apelando a mi saludo me dejo pasar la noche en su cuarto. Mientras esperaba que todos se quedaran dormidos pensaba en qué podía hacer para salir de este embrollo.

A pesar de que los chicos habían podido mantener sus transformaciones hasta ahora, las mismas eran inestables e incompletas, aun poseían características muy notorias de sus verdaderas formas, ¿Qué pasaría si sus padres se topaban con ellos y de alguna forma los reconocían?, pero que tontería estaba pensando, como si Sakura, Naruto o los demás fuera si quiera a imaginar que ellos eran sus hijos. Sarada mantenía sus ojos y el color de cabello, pero Sakura en ningún momento hizo algún tipo de alusión a mí y debía admitir que por un momento sentí algo en el pecho que no sabría describir.

Las horas pasaron y comprobé que todos se habían quedado dormidos, a proveché ese momento para salir de la habitación y dirigirme hacía la sala, donde se encontraba Sakura durmiendo en el sofá, tomando en cuenta que ella era pequeña aun así se veía incómodo dormir en aquel sitio. La tomé con mi brazo y la cargue con la mayor delicadeza posible para que no despertara con el movimiento, caminé hasta su habitación y la coloque de nuevo con suavidad.

La tenue luz de la luna entraba por la ventana iluminando su rostro, era tan hermosa, no importa como la viera, en qué etapa de mi vida sea, siempre fue bella ante mis ojos. Su tez blanca como la nieve, labios rosas, sus ojos verdes incapaces de esconder ningún secreto y cabello rosa que igualaba a la flor que la nombraba, en mi travesía por el mundo nunca había encontrado otra mujer como ella, pero no era solo su físico lo que la hacía tan encantadora a mis ojos, también era su fuerza sobre humana, perseverancia, voluntad y sobre todo el amor incondicional que podía entregar, a su trabajo, amigos, familia, a nuestra hija y sobre todo a mí, no tengo forma de agradecer todo el amor que me entregó durante tantos años, incluso en mi momento más oscuro ella era un rayo de luz y esperanza, cuando me sentía lleno de odio y deseos de venganza al verla llorar por mí, tenía un sentimiento cálido que me hacía sentir que había alguien a quien en realidad le importaba. Sakura era única, inigualable, hermosa, perfecta y sobre todo mía.

Me sumergí en mis propios pensamientos y sin notarlo comencé a acariciar su mejilla, como la extrañaba cada vez que tenía que salir de viaje, pero todo es para que ella, nuestra hija y la aldea estén a salvo y puedan vivir vidas pacíficas sin preocupaciones.

- Sasuke-Kun. - Me quedé paralizado al escuchar su voz, por un instante pensé que la había despertado sin darme cuenta. Bajé mi vista esperando no encontrarme la de ella. Para mi fortuna aún seguía dormida, hablaba en sueños, acaso ¿Soñaba conmigo?

- Sasuke-kun, te extraño, vuelve por favor. - Limpié rápidamente la lágrima que rodaba por su mejilla. - También te extraño, espérame solo un poco más pronto estaremos juntos. - Susurré a su oído, pidiendo que no se despertará, atraído por la gravedad que solo podía envolverme hacía ella, mi cuerpo se fue inclinando hasta depositar un beso en en su frente, justo donde se lucía el emblema de su poder, con la esperanza que aun en sus sueños pudiera trasmitirle mis sentimientos y descansara con la misma tranquilidad que yo sentia cuando la tenía a mi lado.

¿Mamá se casa y no es con mi papá? - Finalizada (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora