Pequeño e Inocente

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En un costado de una enorme cascada, vive una omega muy hermosa... Quién lleva el nombre Kuchel Ackerman, un Ángel de 20 años, quién dio a luz a un pequeño Ángel, al quién llamó Levi.

En el cielo, donde todos los Ángeles son muy cuidadosos por los del infierno; se preguntarán ¿porque? Pues porque si un Ángel se descuida por unos míseros segundos, un demonio se lo puede llevar en un dos por tres, y ahí si no hay quién se salve. Los demonios son toda clase de bestias enormes y obscuras, no hay ser a quién trate bien; es por eso que los Ángeles se mantiene más al centro de las nubes, especialmente los omegas. Razón por la que los demonios suben, en busca de algún omega; pero es complicado, ya que ellos se mantienen asegurados, y rodeados de Ángeles Alfas.

En ambos mundos, tienen a sus propios Reyes; quienes en el cielo son los Reiss, y en el infierno los Jaeger's. Ningún Ángel a visto a un demonio, y a quién lo haya hecho, jamás regresa para contar... algunos.

De vuelta con Kuchel, ya después de siete años, su pequeño Ángel Levi, le están creciendo sus alas; en donde viven, deben tener mucho cuidado, ya que están a unos pasos al borde de caer al otro mundo. Es por eso que está en busca de un nuevo lugar donde vivir, y es ahí, donde recurre con su hermano mayor, Kenny Ackerman, quién es un Alfa.

-ya verás Kuchel, ese lugar está más habitado, los demonios no pueden atravesar más al centro.

-lo sé, pero es mucho el bullicio, sabes que a mí no me gusta.

-que prefieres más... ¿El maldito ruido o que pongas en riesgo tanto tu vida como la de Levi? .

-bueno, es más que obvio ¿no?... No quiero que nos pase lo mismo que, ah...

-lo sé... Era un buen alfa. Pero piensa por Levi, es un omeguita apenas, y muy lindo de hecho, una presa fácil para esas malditas bestias, y que te lo arrebaten, será el adiós para siempre.

-sabes que no quiero eso... Esta bien, mañana nos cambiaremos de lugar, debo hablar con el abuelo, hoy.

-traete a Levi. Debemos irnos

-Levi se aburre rápido. Mejor lo déjo aquí, igual no le pasará nada, está seguro.

-esta bien. Vamos que el abuelo no acepta retrasos... Nos vemos pequeño- le acaricia su cabello. Y sale de aquel agujero.

-Levi, mi amor... ¿No quieres ir con nosotros?

-no. Quiero quedarme.

-bien... No salgas ¿si? Ya sabes. Te amo muchísimo. Adiós, regresaremos pronto. -le besa la frente.

-bien.

Luego de ello, Kuchel salió volando de su hogar dejando a su cría dentro.

Levi es un pequeño omega, uno muy bello para todos quienes lo vieron; con unos ojos muy rasgados y finos como su madre, al igual que el color... Un color azul plateado; piel blanca, digno de un Ángel puro, cabellera oscura y liza. Una pequeña cría que no se expresaba tanto. Heredado de su padre, quién murió al salvar a su esposa Kuchel, quién iba a ser llevada por los demonios. Desde ese entonces ella se arrepiente demasiado, por estar cerca del borde; pero aquel alfa cuyo nombre desconozco, dejó parte de él, en el vientre de la omega. Siendo Levi, el producto de su esencia.

Ya había pasado una hora; eran las dos y media de la tarde; el pequeño niño, estaba sentado, apreciando sus alas, de como estas se movían con corde el niño quería.

Fuera de ese agujero, se escuchaba el canto de las aves, el sonido de la catarata chocando con el resto de agua que al final iba callendo hacia el otro mundo. Nada fuera de lo normal. Levi en verdad era muy educado; ya sabía perfectamente, porque no podía salir de su casa; por los mismos de los demonios.

Mi Pequeño ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora