"Sorpresas"
—"...Me gusta cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos y mi voz no te toca, parece como que los ojos se te hubieran volado, y parece como que un beso te cerrara la boca..." —leía ____, sentada a mi lado en una de las bancas de aquella plaza.
Su voz parecía un arrullo y cuando no, mi cabeza de inmediato me transportó a otro mundo, a una ilusión, tan hermosa como increíble, tan perfecta como dolorosa. Me imaginé vagamente una escena en la que ella y yo estábamos solos, nos mirábamos a los ojos con cariño, ella me sonreía y yo le acariciaba la mejilla con mis dedos. La _______ de mi sueño correspondía a mis sentimientos, y yo era el hombre más feliz del planeta.
— ¿Taehyung? — su voz me bajó de mi nube—. ¿Qué sucede?— preguntó preocupada y colocó una de sus manos a un lado de mi mejilla.
Me quitó lentamente los lentes de sol que siempre tenía puestos con su mano libre, los ojos me ardieron como si el sol chocara contra ellos después de haberlos mantenido demasiado tiempo cerrados, sin embargo y obviamente no veía nada más que negro y más negro.
—Tienes los ojos empañados —señaló.
Malditas lágrimas.
No dije nada porque simplemente lo que debía decir no podía salir de mi boca, debía permanecer por siempre oculto en mi pecho, hasta que algún día desapareciera por completo. Porque en el fondo, muy en el fondo sabía que debía olvidarme de aquel sentimiento.
¿Cómo le iba a pedir que se quedara? ¿Cómo le iba a decir que la quería de una manera estúpida y que la necesitaba?
—Por favor, Taehyung— susurró, y me sonó a súplica.
De repente me abrazó.
¡No! ¡No podía hacerme eso! ¡Estaba mal!
Igualmente la estreché en mis brazos como quería hacerlo desde la noche anterior, hundí mi rostro en su hombro intentando no llorar y tratando de disfrutar de aquel abrazo, uno que venía anhelando desde hacía tiempo. Las ondas de su pelo me rozaron la nariz en una delicada caricia que sólo hacía que me sintiera peor.
—¿Qué pasa, Taehyung? — volvió a preguntarme después de separarse.
—Nada, es sólo... otro de mis ataques. No te preocupes —dije en una ridícula excusa, tan poco convencido que creía que ella seguiría preguntándome, pero se limitó a entregarme de nuevo mis lentes —. Caminemos un poco más —agregué para distraerla.
Ella no mostró más preocupación por lo que sea que estuviera rondando por mi cabeza, cuando en realidad, mi cabeza no tenía vela en ese entierro, todo era cosa de mi corazón, que una vez más se había equivocado de elección.
Una elección que estaba decidido no debía llegar más allá del tormento que hasta ahora me llenaba el pecho de una oscura sensación, lo soportaría todo, pero _______ jamás debería enterarse de mis sentimientos.Al día siguiente, había tenido mi primera clase para aprender a prepararme el desayuno. No había sido buena idea, y la presencia y el adorable perfume de ____ no ayudaban mucho a mi concentración.
—¡Ouch! —gemí por segunda vez esa mañana.
Mis dedos habían calculado mal el lugar donde se suponía estaba el asa de la cafetera.
—¡Ay, Taehyung! ¿Estás bien? —se alarmó ____, como siempre haciéndome sentir... extraño.
Tomó mi mano y la inspeccionó suavemente, tanteando con la yema de sus dedos dónde estaba esta vez la ampolla.
Había sido el turno de mi dedo índice de la mano derecha, anteriormente fue el medio y si seguía así terminaría con toda la mano vendada. ____ me sopló el dedo lesionado con su aliento y me sentí mareado, suerte la mía que no podía verla, pero sí sentirla... y eso era casi lo mismo. El corazón me latió tan fuerte que resultaba vergonzoso.
—¿Y si lo dejamos para mañana? Terminarás todo chamuscado como continuemos —propuso ella, reí por lo bajo, intentando calmar mis nervios de alguna manera y quitando mi mano de entre sus dedos antes de que el autocontrol me hiciera mandar todo al demonio.
—Ok —acepté.
Últimamente pronunciaba las palabras justas, que no pasaban de las dos.
Me sentía nervioso con ella presente, vulnerable y patético. Pensaba mil veces las palabras antes de decirlas por miedo a que saliera alguna estupidez fuera del filtro que me había colocado a mí mismo. No confiaba en mi boca desde que había establecido conexión directa con mi corazón.
—Este... ¿Taehyung? —susurró insegura ella antes de que partamos a nuestra caminata esa misma mañana.
—¿Sí?
—Me gustaría regalarte algo, si no te importa. Es sencillo y siempre puedes reemplazarlo por uno mejor —explicó ella y pude percibir algunos nervios entre las melodías de su voz.
—¿Un regalo? —pregunté sorprendido.
¿Un regalo de ______ para mí?
Tranquilo, Kim TaeHyung.
—Te escucho —la animé, lastimosamente escucharla era todo lo que podía hacer con ella.
—Ok —dijo y me tomó de ambas manos colocando mis palmas hacia arriba —. Te va a ser de mucha ayuda —agregó poniendo algo alargado y liviano sobre mis manos.
—Gracias, ¿qué es? —quise saber rozando la superficie de aquello delgado, consistente y largo, parecía estar hecho de plástico pero no estaba seguro, sea lo que sea estaba plegado varias veces sobre sí mismo, como en zigzag.
—Es un bastón blanco —dijo _______ tan cerca de mí que su aliento me rozó las mejillas.
Naturalmente y como si hubiera recibido una orden con aquel aire impregnado de su aliento e ignorando mis pedidos, mi corazón comenzó a latir aceleradamente. Rogué porque ella no pudiera oírlo.
—Era de mi tío... —contó mientras volvía a tomar mis manos y me mostraba cómo desdoblar aquel bastón —, así que es usado, y puedes cambiarlo por uno mejor.
No podía explicar las enormes ganas de abrazarla que me invadían, ella me estaba regalando algo que podría tener un significado especial, valor sentimental, como se dice, a mí, precisamente a mí.
Sin pensarlo por una vez y en un estúpido acto del que luego me reprocharía, la abracé con ternura. Ella tardó en devolverme el abrazo por lo que me maldije en mis adentros por haberme dejado llevar, pero pronto sus manos se posaron en mi espalda y su rostro descansó en mi pecho.
Hubiera dado cualquier cosa por tenerla así para siempre. No me importaba que ahora sí lograra escuchar lo nervioso que estaba con tenerla tan cerca, no me importaba que el tiempo siguiera pasando aunque a mí no me lo pareciera. ¡Qué el mundo se venga abajo! Tenía a ______ entre mis brazos.
—Bueno... —dijo ella y se aclaró la garganta. Debí saber que se sentiría incómoda —. ¿Qué te parece si damos nuestro paseo y te enseño cómo usarlo? —propuso tomando mis manos juntas entre las suyas y las mías en torno a un extremo de aquel bastón hecho especialmente para personas como yo.
—Genial.
—Ok, espérame un momento, me arreglo y salimos.
Sólo asentí y luego sentí un roce cálido en mi mejilla derecha.
¿Había sido eso un beso?
Me quedé congelado en esa posición, de seguro con cara de imbécil, embobado y estúpido, acaricie con una mano en la afortunada mejilla que había sentido los labios de ____. Lo más probable era que si pudiera verme a mí mismo, me reiría por lo estúpido en mi propia cara.
Un inocente beso suyo... como si no tuviera con qué torturarme.
No estaba seguro de cuánto tiempo permanecí entre las espesas aguas manejadas por los sentimientos cuya dueña se había marchado, intentando recordar una y otra vez aquel roce casi imperceptible, pero en algún momento me puse a jugar con aquel bastón que se había convertido en mi objeto favorito dentro de la casa.
Paseé por los pasillos e intenté encontrar gran parte de los lugares mientras esperaba que ____ volviera.
Hallé fácilmente la cocina, el living, incluso mi habitación y me descubrí sonriendo ante la habilidad que había descubierto. Al menos esto no parecía ser tan complicado como prepararme una taza de café.
Desde mi cuarto pasé al baño, debería aprender a hallarlo al igual que cada recoveco de la casa y me hallaba entusiasmado.
Abrí la puerta, con la punta del bastón hacia el suelo que pronto chocó con algo, que por cómo sonaba era la base del lavabo.
—¡Oh, Taehyung! —escuché en gemido de susto.
La sangre me inundó el rostro en el mismo instante.
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-Ade 💖
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"Luz de Media Noche" ~KTH [ADAPTACIÓN]
RomancePrólogo... La vida es dura, te quita todo hasta que la escuchas reír maquiavélicamente en tu cabeza, disfrutando de tu dolor. La vida es injusta, difícil, cruel y vacía... lo es cuando una oscuridad te cubre de pies a cabeza expandiéndose a todo cu...