"Lección"
_______ se había ido, y no debía afectarme tanto. Su tiempo conmigo había terminado, y yo sabía que se iría. Tarde o temprano lo haría, yo no era más que un trabajo que le había permitido llevar un poco de comida a su casa.
Pero ¿Cómo hacer entender al corazón que ella ya no estará cada mañana?
—Hijo, ¿estás bien? —preguntó mamá poniéndome las manos en mis hombros.
—Sí, mamá. No te preocupes. Voy a estar en mi cuarto si me necesitas.
Y caminé seguro hacia la dirección donde se encontraba mi habitación.
—Es por ____, ¿verdad?
Me detuve en seco, agaché la cabeza y sentí que el pecho me dolía como hacía un segundo. No respondí.
¿Qué decir? ¿Realmente importaba responder? Se había ido, que respondiera una pregunta no la haría volver.
Traspasé la puerta, destrozado, al menos no necesitaba de la ayuda de aquel bastón dentro de la casa, ya todo lo reconocía naturalmente. Ojalá pudiera reconocerme a mí mismo con la misma claridad.
Me tumbé en mi cama de cara a la almohada y pasé mis manos debajo de ella con la intención de estrujármela contra mi rostro como si así lograra asfixiarme, como si así pudiera ahogar el grito que pugnaba por salir.
De entre los pliegues de tela, sentí un objeto rígido que prontamente quité para palpar. No recordaba haber guardado ningún libro allí.
Me senté en el colchón, los ojos me ardían con las lágrimas esperando detrás de mis párpados, pero no las dejaría salir por nada del mundo. Llorar no la devolvería.
Aquello era una especie de cuaderno grueso y rectangular, con un espiral de plástico a un lado, gruesas tapas texturadas como fuera la corteza de un árbol, obviamente no lo era, y sus páginas estaban punteadas en esas letras que reconocía por instinto como si pudiera leer las palabras escritas con un lápiz sobre un papel cualquiera.
"Taehyung—comenzaba—. Me di cuenta de que estos últimos días me estabas evitando, no tengo idea del motivo. Si fue por mi culpa, lo siento. Me hubiera gustado tener una charla entre ambos como esas que hace tiempo no teníamos antes de volver a mi trabajo del hospital, que me resultará aburrido, tengo que aceptar.
Pero no te preocupes, era sólo otro de esos sermones que tú ya sabes y que estoy segura de que no necesitas, tal vez sólo quería dejarte unas palabras antes de irme.
También sabes que eres el mejor amigo que he tenido y agradezco infinitamente cada uno de los momentos que me has regalado. Como amiga, tengo una fe increíble en ti y me sorprendo de mí misma por sentirlo así.Tú bien sabes, y lo has experimentado en carne propia, la vida es dura, sabes que siempre intenta amargarte de mil y una maneras, pero tú has sobrevivido a todo eso y eso lo admiro de ti, Kim TaeHyung. Conociéndote de seguro dirás que todo fue por mi ayuda y no sé qué más, y sí, yo ayudé pero no era yo quien te impulsaba a levantarte de la cama todos los días, no era yo la que te metía a fuerzas la comida en la boca para que te la tragaras y no murieras de inanición, lo has hecho tú y eso en poco tiempo. Con mi tío tardamos meses antes de que volviera a decir una palabra y dejara de hundirse en su propia miseria, y tú pronto hasta sonreías y dejabas de insultarte e insultarme como lo hacías al principio.
Puedes contar conmigo siempre y lo sabes, sólo quería recordártelo, estaré dispuesta a ayudarte en lo que necesites y no como la enfermera que soy, sino como tu amiga.
Este cuaderno es un pequeño regalo para ti, porque compartes conmigo el mismo gusto por la lectura y el romanticismo y te lo imprimí con tus poemas favoritos. Espero te guste y que cuando lo leas al menos recuerdes que una chica te enseñó a leerlo.
Te deseo lo mejor. _______"
Las lágrimas cayeron en sorda agonía hasta la libreta en mis manos.
Y _______ decía que no había obrado el milagro de transformarme de lo que sea que haya sido después del accidente a un ser humano pensante y sensible, y que ahora lloraba por las palabras suyas en aquel papel.
La libreta estaba llena de mis escritos favoritos, los de Neruda en su mayoría.
____ me había demostrado una vez más que olvidarla sería casi imposible.Los días pasaban vacíos, las horas dolorosas y los minutos insoportables, jamás pensé que llegaría a sentirme tan necesitado de alguien, de un simple abrazo, de uno de sus simples abrazos.
Mi vida era normal, dentro de lo que cabía decir, había mejorado en la cocina y todo podía hacerlo casi tan bien como si mis dos ojos marrones siempre hubieran funcionado. Acompañaba a mamá a hacer las compras en el supermercado, a preparar la comida y a arreglar la casa.
No me sentía inferior por el hecho de ser ciego, si algo había aprendido era que esa no era barrera para hacer las cosas que quisieras hacer y yo lo estaba logrando todo lentamente.
Era verdad que me habían arrebatado aquel sentido tan bruscamente que me sentí pésimo al darme cuenta de lo mal que lo había utilizado cuando lo tenía, comprendí el significado de la frase: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Extrañaba ver, y esa sensación no parecía mermar con el paso de las semanas.
Antes, vivía quejándome de todo y sin apreciar los detalles que la vida nos tiene guardados. Ahora que nada veía... se extrañaba algo tan simple como ver un color diferente al negro.
Y, aunque la vida como ciego se me era sencilla gracias a la cantidad de tiempo invertido en práctica y gracias a las enseñanzas de... _______, seguía anhelando un día despertar, abrir los ojos y encontrarme con la brillante luz del sol entrando por la ventana, colándose por los espacios entre las telas blancas de las cortinas, quería acariciar el rostro de mamá y ver cómo su sonrisa se expandía a lo ancho de su cara iluminándolo todo y concediéndole ese aspecto angelical que recordaba, quería poder conocer la apariencia de la mujer que me había convertido en eso, quería poder hacer palpable el rostro adorable de ____, poder reconocerla por la calle y darle ese abrazo que tan merecido se tenía.
Sin embargo, había pasado un mes y no sabía nada de ella, y me había ordenado expresamente dejar de recordarla y que con el tiempo la olvidaría, solía funcionar.
Pero como no, conmigo nada de eso servía.
¿Cómo podía olvidarla si todo me lo recordaba?
Todo, desde el desayuno hasta mi baño nocturno, desde el Braille hasta el bastón blanco.
Había pasado un mes y aún sentía mariposas en el estómago cuando recordaba su nombre, sólo su nombre. Me reía solo por las noches recordando nuestros chistes y lloraba un rato después por saberme ajeno a esos momentos.
Mis días se repetían como una absurda rutina.
Por alguna fuerza lograba levantarme de la cama para prepararme mi desayuno, cuyo evento lo único que tuvo de novedoso fueron las pequeñas quemaduras que me había ganado los tres primeros días, luego ya formaba parte del aburrido rito de mis días.
Generalmente, pasaba las tardes perdido entre los acordes de mi guitarra, ya que había encontrado la manera de ejecutarla. De lo contrario, leía algunos de los libros que mamá conseguía para mí y para que mi aburrimiento no llegara a ser mortal. Ella había instalado una 'sección Braille' en su librería desde que le conté de qué se trataba y que se podían hallar libros con ese sistema.
Las noches eran espantosas, ya no tenía qué hacer después de mi baño nocturno y terminaba abandonándome a los designios de mi subconsciente, y eso era muy malo, ya que tanta soledad sólo me recordaba que olvidarme de ésa persona era más difícil que lograr vislumbrar un rayo de sol en medio de mi oscuridad.
Esa noche había soñado con ella, como todas las anteriores.
Un maravilloso sueño en el que ella y yo nos encontrábamos riendo en una banca blanca en el parque, yo la abrazaba y ella hundía su rostro en mi pecho con un sonoro suspiro. Yo le acariciaba el pelo y ella se aferraba a mi cintura como si temiera caer de un precipicio. En mi sueño podía ver, por lo que no podía ser algo más inverosímil.
Desperté en medio de la madrugada con un grito ahogado que interrumpía un beso entre ella y yo.
Estaba mal lo que iba a hacer, pero si no lo hacía me volvería loco.
La extrañaba demasiado como para hacer de cuenta que la había olvidado o que al menos hubiera logrado pensar en ella en una manera diferente.
Al día siguiente le haría una visita al hospital.
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-Ade 💖
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"Luz de Media Noche" ~KTH [ADAPTACIÓN]
RomancePrólogo... La vida es dura, te quita todo hasta que la escuchas reír maquiavélicamente en tu cabeza, disfrutando de tu dolor. La vida es injusta, difícil, cruel y vacía... lo es cuando una oscuridad te cubre de pies a cabeza expandiéndose a todo cu...