🌻Capítulo 23🌻

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"Como amigos"

Después de todo un minuto rumiando la pregunta y el tono de voz de ____, me decidí por responder antes de querer encontrar sentidos que obviamente no tenía.
—No lo creo —contesté decidido y me pareció escuchar que ________ soltaba un suspiro.
Su mano revolvió las palomitas.
—Lo más seguro es que se haya conseguido otro. Uno que viera, antes que a este ciego inútil que no podría darle ni un poco de lo que ella quisiera...—versé simulando un pesar que en realidad no sentía, al menos no hacia Suni.
—¡Hey! —exclamó ____ dándome un golpecito en el hombro, exageré con una mueca de dolor como si me lo hubiera dislocado y ambos reímos.
—La última vez que nos vimos... —empecé tomando un puñado de palomitas, de fondo se escuchaba 'You're beautiful' y refrené las ganas de cantársela al oído—. En realidad, la última vez que me viste y fui a visitarte... —corregí, ella rió entre dientes—, parecías triste —sus risas desaparecieron de repente—, ¿estás mejor? ¿Puedo ayudar en algo?
La escuché masticar más lentamente y busqué a tientas su mano, deslizando la mía por el borde del sofá, hasta su rodilla... ella se tensó y subí un poco hasta encontrar sus dedos. Le di un apretón cariñoso intentando transmitirle tranquilidad.
—Me gustaría devolverte al menos un poco de lo que has hecho por mí —agregué al no escucharla hacer ningún sonido. Si no hubiera estado sosteniendo su mano hubiera jurado que había huido—. Puedes confiar en mí.
En todo momento traté de mantener la compostura, pero lo cierto era que por dentro me retorcía en ganas de saber qué era lo que velaba su voz la última vez que había estado con ella... si había sido culpa del tal Jimin, lo lamentaría.
Aquella vez parecía acongojada, como si le costara hablar de ello, quizás no era cosa de su ex, sino algún problema familiar... y ahora estaba en silencio, un silencio que me volvía loco.
—No es nada, Tae—dijo finalmente, apretando mi mano entre las suyas.
Me estaba mintiendo y no necesitaba ver para darme cuenta de ello, lo notaba en el temblor que dio su voz al pronunciar mi nombre.
Me sentí desplazado, sentí que ella no confiaba en mí. Pero la conocía, si no lo decía era porque no era nada grave y que fuera lo que fuera, pronto tendría solución. Si es que ya no estaba solucionado.
—Ok, voy a creerte. Pero sabes que voy a estar siempre ¿cierto?
—Sí, lo sé, Taehyung. Gracias.
—A menos que te canses de este estúpido ciego que no puede darte ni poco de lo que...
—¡Oye! ¡Es suficiente con los insultos!
—Ok, ok —dije riéndome.
No estaba seguro de haber pasado tan buenos momentos con alguien más que no fuera ____. Las sonrisas me salían solas, involuntariamente, incluso me hallaba tarareando alegremente canciones que hacía años no soñaría en susurrar siquiera.
—Y cuéntame, quitando la visita del tonto de Jimin... ¿Cómo te va en Urgencias? —quise saber tomando un poco de jugo.
________ largó un suspiro agotado antes de responder:
—Tenemos mucho más trabajo. El doctor Namjoon se fue a una conferencia o algo así a Alemania y los pacientes van directamente a Urgencias por cualquier cosa. A veces sólo necesitan una aspirina...
—Lamento oírlo.
—Sí, es difícil, pero todo es cosa de acostumbrarnos... aunque trabajar con Seok no es precisamente maravilloso —me explicó y me encantó oír que a ella tampoco le caía Hoseok... lo que me recordó...
—Así que soy un ejemplo a seguir —dije despreocupado, enarcando una ceja que esperaba ella notara bajo mis lentes.
—¿Te lo dijo Hoseok? —preguntó con la voz aguda.
—Sí, pero no entiendo por qué —acepté, ni que haya descubierto la cura para el cáncer.
—Eres demasiado humilde, Taehyung, eso es todo.
Me quedé pensando en esas palabras mientras la música sonaba de fondo.
Igualmente no encontré nada increíblemente valeroso en mí como para hacerme un ejemplo a seguir. A menos que cuente el hecho de enamorarme de la última persona de la que debería en el mundo, intentara olvidarla y aún así quererla como a nada en el mundo. Masoquista, en una sola palabra.

—Prometo volver pronto —musitó ____ mientras nos dirigíamos hasta la puerta—... si quieres— agregó.
—No, quiero que desaparezcas de mi vida —dije en broma, una broma que sentí como si un cuchillo revolviera mi corazón de sólo imaginármelo.
—Si es así, no volverás a verme —dijo con fingido dolor.
—Técnicamente nunca te veré —pronuncié sintiendo como un peso se acomodaba en el fondo de mi estómago.
—Nunca se sabe, Taehyung—dijo ella acariciándome el cabello —. Entonces, vuelvo en cuanto me haga un lugar en mi horario.
—Estaré aquí, así que no te preocupes.
—Sé que no he de hacerlo —susurró con una sonrisa en su voz.
Nadie confiaba en mí como lo hacía ________, y eso, sólo hacía que mi amor por ella creciera.
Sentí que sus labios se posaron en mi mejilla por un instante, los tenía fríos por haber bebido el jugo de naranja, pero aún así pareciera que un calor recorriera todo mi rostro descendiendo hasta mi pecho. Cobijándome. Cerré los ojos intentando sentir con más intensidad aquel roce.
—Hasta pronto, Tae—dijo ella alejándose.
—Hasta pronto, ____.
Nunca lograría acostumbrarme al sentimiento de pérdida que sentía cada vez que sabía que se iba, era rememorar una y otra vez aquella partida de casa que tanto dolor me provocaba. Sin embargo, no podía dejar de sonreír cuando recordaba todo lo que habíamos hablado. Como un adolescente de doce años después de despedir a la chica que le gusta.
Me dirigí hasta la cocina para preparar la cena ¿mientras hacía qué?, sí, tarareando.
Mamá volvería pronto y si estaba en mis manos, quería que descansara un poco de tanto trabajo. Además, hacía que me sintiera útil en aquella casa.
Mientras rebuscaba en el refrigerador algo que pudiera acompañar a las pechugas de pollo que estaba cociendo recordé a papá. Él no había dado señales de de vida desde que nos había abandonado a mamá y a mí en el peor momento de nuestras vidas, y mucho me temía que su partida era algo que tenía planeado hacía tiempo y que lo único que le faltaba era una excusa. La encontró de inmediato en mi accidente sin siquiera preocuparse en saber si sobreviviría.
De igual modo, no podía imaginármelo ayudándome en cosas como al lectura o la cocina, ni siquiera estuvo cuando aprendí a andar en bicicleta por mí mismo. En una bicicleta prestada, obviamente. Por lo que pensaba que, prácticamente, estábamos mejor sin él, mamá ya no se entristecía al no haber con quien discutir y por consiguiente, yo tampoco.

El timbre sonó en la casa a mitad de semana, interrumpiendo la lectura del nuevo libro regalo de mamá.
En primer momento, pensé que sería ____, pero luego recordé su visita de la noche anterior –con la sonrisa correspondiente- después de su turno en el hospital, por lo que era demasiado pronto para que volviera.
Doblé la esquina superior de la hoja en la que iba y me levanté del sillón para atender.
—¿Quién es? —pregunté antes de abrir con la mejilla muy cerca de la puerta.
Era obvio que si fuera un delincuente no se presentaría como tal, pero no estaba de más.
—¿Desde cuando pides contraseña, Kim? ¡Somos nosotros! —dijo medio indignado una voz grave que enseguida ubiqué con el rostro de Yoongi.
Abrí la puerta sonriendo, no hablaba con ellos hacía semanas.
—¡Hey, Tae! —me saludaron todos: Yoongi, Jin y Jungkook, abrazándome y dándome palmadas en la espalda.
—Hola, chicos, pasen —invité, señalando hacia donde estaba sentado.
Mis amigos sabían que ya no necesitaba ayuda para moverme así que me trataban como si no estuviera ciego, y se lo agradecía con el alma.
Sabía que tenía enfrente una tarde de lo más amena y tan divertida que sólo podría comparársele con una al lado de ____, sin las restricciones y el exceso de concentración para no abrir la boca en momentos que debería estar cerrada.
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-Ade 💖

"Luz de Media Noche" ~KTH [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora