Parte 17

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polipop, se encontraba feliz ateniendo el café, había recibido las llamadas perdidas de jennie que no le había dado tiempo a responder, y al momento de devolverlas, simplemente el teléfono de su niña estaba apagado. 

con una taza de café en la mano y un platito de loza en el otro, observaba las calles muy ruidosas de seul en esa noche fría; mientras la esperaba recordó a su natal shangai, lugar donde fue feliz, pero que por necesidad de trabajo, tuvo que abandonarlo; Poli, se sentía feliz, y animosa, tarareaba una canción que había marcado su niñez, y que le había enseñado a las únicas niña que había amado como si fuesen suyas.

tenia 35 años cuando llegó, chaelin era una pequeña niña de 10 años risueña con grandes sueño, la había amado con total entrega para después verla crecer desarrollando en el proceso el amor de madre que jamás pudo experimentar al no tener hijos propios, aquel amor le fue correspondido, por lo que cuando chaelin llegó a casarse con la persona que ella denominaba el amor de su vida, también fue feliz, pero fue infeliz poco después de que aquella relación fue basándose en apariencias. 

De esa relación había nacido una pequeña niña de tes canela clara, aún tenia meses de nacida y comía como si fuesen dos.

cuando tuvo un año, la escuchó balbucear y poco después decir su primera palabra. 

cuando tuvo cerca de dos años, empezó a dar sus primeros pasos, jennie era floja, prefería gatear o estar en brazos a caminar.

su primer día en el pre escolar, su niña estaba emocionada, siempre decía que sacaría las mejores notas

su primer día en el high school, empezó revelarse, sentir tristeza, llorar, e incluso maldecir su existencia. en todos esos momentos ella estuvo allí incluso cuando decidió escapar de nueva Zelanda y volver a seul. 

 poli, la vio crecer con limitaciones, y ahora, convertida casi en una mujer independiente, le alegraba. pero le alegraba mucho más que aquella relación que tienen, sea muy real, aquel amor de abuela y nieta que poco puede ser reparado era firme.

sorbió de su taza, mientras calientes lagrimas rodaban por las mejillas de la pequeña y anciana mujer, tenia total pena de jennie. Hubiese deseado ser más joven para poder cuidarla, e incluso encaminar a su madre que después de tanto daño hacia su hija, se supo arrepentir, y la permitió volar con ella.

poli, dejó su taza aún lado, y lloró, lloró con total pena en su corazón, deseaba amor para sus dos hijas, deseaba que jamás se sintiesen heridas nuevamente, deseaba que incluso aquel joven de prominente altura, sea el indicado para su Jenn que tanto amor le hacia falta, no solo para tener una vida feliz, sino también para hacerle ver que lejos de todo merecía un amor real, un amor incondicional para hacerle ver que ella era real y valía mucho más que un diamante comercial. 


❝❞


— no entra la llamada, joder—  

Chanyeol se encontraba perdiendo la cabeza cuando el buzón de voz le había respondido ya por cuadragésima vez, la llamada nunca ingresaría, lo sabia bien.

sehun lo observó con total pánico, jamás lo había visto de ese modo. 

— calma, debe estar tomándose el tiempo. 

— ¿tiempo? ¿casi cuarenta y ocho horas? que te den por el culo.

— debe estar tomándose mucho su tiempo.

— vete a la mierda.

— si vas conmigo, sí.—  chanyeol lo miró con furia, no estaba de ánimos, jennie no había vuelto, nadie le había visto, incluso sus amigas de la universidad, ninguna sabia donde podría estar, aunque le habían señalado que posiblemente con su nana, pero había pasado por el café al salir de casa, pero no divisó más que la figura de la mujer y dos de sus empleadas.   

Fairy ⊰᯽⊱ JenYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora