Marcos se despertó asustado boca abajo sobre las sabanas blancas de la cama, estaba completamente empapado, intento levantarse pero su cuerpo dolorido no le respondía. Aun estaba un poco desorientado, seguía dándole vueltas a la pesadilla que había tenido, preguntándose el porque de aquel horrible sueño. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando las sabanas sobre las que se encontraba tumbado le envolvían. Rodeado por esas blancas paredes se percato que no eran las sabanas de tela de su cama, el material parecía mas bien algún tipo de papel suave.
Sintió que caía por un barranco envuelto en su blanca prisión, la caída parecía no tener fin. Un fuerte dolor le sacudió por todo el cuerpo cuando choco contra el suelo, tuvo suerte de que la caída fuese amortiguada por lo que el había confundió con sus sabanas. Al momento de impactar contra el suelo pudo oír unos gritos de miedo que provenían del exterior de su prisión.
Mientras Marcos se encontraba incapaz de moverse para salir al exterior las paredes que le rodeaban empezaron a alejarse de el, al mismo tiempo que oía personas hablando e intentando coordinarse. La luz le golpeo la cara impidiendo a sus ojos ver hasta que se acostumbraron a la claridad.
- ¡Madre mía! ¡¿Estas bien Marcos?!
- ¿Jon, eres tu? -pregunto el joven aun sin poder bien del todo
- Si soy yo, no te preocupes. ¡Ayudadme a sacarlo! -pidió a sus compañeros que estaban tratando de desenvolver a Marcos
Entre todos consiguieron sacar al pobre joven de lo que resulto ser un pañuelo de papel. Le colocaron en el suelo con cuidado y le dieron espacio para respirar. Marcos se incorporo con un poco de ayuda y apoyo la espalda en pared. Tenia todo el cuerpo dolorido, a nada que intentaba ponerse en pie el dolor le hacia caer rendido al suelo.
- No te esfuerces, ve con calma. -le dijo preocupada su profesora Silvia.
- ¿Se puede saber que te a echo esa psicópata? -le pregunto Jon asustado.- ¿Y por que estas calado? - la cara se le quedo en blanco- No me digas que esto es... saliva...
El silencio se hizo en el grupo. Todos se imaginaban el infierno por el que había tenido que pasar. De pronto y una sombra se proyecto sobre ellos, al mirar hacia arriba vieron a la joven tapando la luz que entraba en la habitación. Al verla todos se encogieron de miedo al pensar en que cualquiera de ellos podría ser el siguiente.
- Hola pequeños -les saludo con un tono dulce- Me temo que ahora no tengo un sitio mejor para vosotros, así que os tendrá que valer con esta caja de zapatos vieja. Que descanséis, hasta mañana. -se despidió la giganta.
Les lanzo un beso con la mano a la vez que les guiño un ojo para acto seguido tapar su cielo con la tapa de la caja. Completamente a oscuras empezaron a ponerse nerviosos y a hablar de que iban a hacer mientras a Marcos se le cerraban los ojos hasta caer rendido de puro agotamiento.
Cuando Marcos se despertó se encontraba solo, oía a sus compañeros al otro lado de la caja donde estaban así que decidió acercarse a donde ellos. Al levantarse el dolor en todo su cuerpo aun se hacia notar lo que le obligo a no poder separarse de la pared para poder apoyarse en esta mientras caminaba.
- ¿Que estáis haciendo?
- Oh Marcos por fin te has levantado ¿Que tal te encuentras? -pregunto preocupada Silvia
- Aun me duele pero sobreviviré, al menos por ahora... ¿Pero, que hacéis todos aquí reunidos?
- Te lo explicare -dijo Jon en voz baja mientras se acercaba a el- Hemos visto que en una esquina de la caja había una pequeña apertura así que la hemos agrandado un poco para poder huir de esta loca. Por lo que...
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El nuevo curso de ingles
FantasyMarcos se prepara, después de unas relajantes vacaciones, para un curso más en la academia de ingles sin saber que este curso le viene demasiado grande.