Reencuentro

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Un fuerte y desagradable olor despertó a Marcos, solo para encontrarse en completa oscuridad. Notaba bajo su cabeza algo sobre lo que estaba recostado. También notaba otro olor algo fuerte pero a diferencia del otro, no era desagradable, es mas se podría decir que le gustaba. Ademas podía oír una suave respiración cerca suyo.

Cuando intento incorporarse noto como algo le impidió hacerlo, tenia un tacto algo frio y suave.

- Por favor no te muevas, tienes que descansar -le dijo una voz familiar.

- ¿Nerea? ¿Eres tu?-pregunto el joven aliviado de volver a oír su voz.

- Si soy yo Marcos -al confirmarle que era ella, el joven la hizo caso y se recostó otra vez.

- ¿Donde estas?

- Aquí contigo, estas sobre mi regazo.

- ¿Y donde estamos?

- En un cajón... -dijo la joven con un tono triste- Yo desperté aquí y poco después ella te arrojo aquí. Dijo que gracias a ti sigo viva, pero que te ha costado mucho...

- Bueno... no pasa nada...tranquila. Lo importante es que estés bien.

Ante esas palabras unas gotas cayeron sobre las mejillas de Marcos, mientras oía como Nerea intentaba mantener la compostura. De pronto noto como las manos de Nerea envolvían su cara, eran suaves y estaban un poco frías, ademas noto algo en su frente que hizo que se le erizase la piel, era un beso de los labios de Nerea acompañados por otras dos gotitas provenientes de sus ojos.

- Gracias... -dijo la joven con un nudo en la garganta.

Instintivamente Marcos giro la cabeza avergonzado solo para notar que el segundo olor el cual si le agradaba se hizo un poco mas intenso, acto seguido le vino a la mente cuando Nerea le dijo que estaba sobre su regazo. Tardo un poco en percatarse pero en cuanto se dio cuenta se incorporo de golpe hasta quedarse sentado, rojo de vergüenza y dando gracias de estar completamente a oscuras.

- ¿Estas bien? -pregunto asustada la joven.

- Esto... si, si, estoy bien, no te preocupes -contesto Marcos intentando disimular- es solo que necesito estirarme.

- Ten cuidado cuando te levan... -las palabras de la joven fueron interrumpidas por un golpe seco-¿Estas bien?

- Si... -dijo el joven que acababa de estampar su cabeza contra el techo del cajón, mientras intentaba no chillar ni maldecir.

- Hay que tener cuidado con el techo, esta muy bajo

- Ya me he dado cuenta... -contesto con un tono sarcástico.

El comentario de Marcos provoco que Nerea se echase a reír, a lo que el joven no pudo hacer mas que acompañarla debido a lo contagiosa que era la risa de la chica. Estuvieron un buen rato riéndose, mas de lo normal, tal vez demasiado, pero les hacia falta.

- Pensaba que nunca mas volvería a reír -dijo la joven mientras se secaba las lagrimas de la cara, esta vez causadas de tanto reír.

- Yo tampoco.

Al parar de reír y se hizo el silencio. Ninguno de los dos se atrevía a decir nada. Así estuvieron unos cuantos minutos. No querían estropear el buen rato que habían pasado. Pero Nerea no pudo aguantar mas.

- ¿Que te ha hecho...?

Hubo unos segundos de silencio antes de la respuesta de Marcos.

- Prefiero no hablar de ello...

- Por favor... necesito saber que te ha hecho por mi culpa...

- Nada.

- ¿Como que no te ha hecho nada? -pregunto Nerea enfadada.

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