Pasaron unos cuantos minutos y aun no había vuelto Patricia, Marcos y la otra chica ya se habían levantado, pero Nerea no, ella seguía arrodillada. El joven se acerco a ella y puso su mano sobre el hombro de la joven, en cuanto lo hizo todo el cuerpo de la chica tembló.
- ¿Estas bien?
- Ssi... -contesto Nerea mientras se reincorporaba un poco.
La otra joven se les acerco mientras Marcos intentaba consolar a Nerea, la cual estaba aterrada. Era algo mona, largo cabello rubio, ojos castaños y de piel blanca. Se les quedo un rato mirándoles en silencio hasta que Marcos la interrumpo.
- Creo que aun no nos hemos presentado, me llamo Marcos y ella es Nerea. -se presentó mientras se ponía de pies y se giraba para mirarla.
- Andrea... ¿Esta bien?
- Mas o menos... -contestó el joven mirando a Nerea, la cual pese a haberse reincorporado seguía de rodillas, tenia la mirada perdida- Ha sufrido mucho...
Antes de que pudiesen mediar mas palabras Patricia entro por la puerta, vestía una camiseta de pijama azul de mangas cortas, a juego con un pantalón de pijama largo, pero algo ancho, de color blanco con lunares azules y sus zapatillas de andar por casa de color marrón claro. Llevaba un plato en cada mano.
En cuanto la vieron los tres volvieron a adoptar sus posiciones de sumisión. Se acerco al sofá, en el cual se sentó y dejo los platos detrás de los jóvenes. Los platos al igual que esta mañana traían algo de agua y comida para sus mascotas.
- Que os aproveche. -dijo Patricia mientras miraba a los pequeños que no se movieron- ¿Que os pasa? ¿No tenéis hambre? Os he dicho que podéis comer.
- ¡Gracias Diosa Patricia! -gritaron Marcos y Nerea antes de levantarse y dirigirse hacia los platos.
- Gr...gracias Diosa Patricia -dijo Andrea un poco desconcertada mientras su estómago rugía.
Andrea se giro sobre si misma y se dirigió hacia los platos, de repente la mano de Patricia golpeo la mesa cortándola el paso. Esta se agacho asustada y se giro para mirar a Patricia.
- No no no no... -dijo la giganta mientras negaba con la cabeza y una sonrisa se le dibujaba en el rostro- Ellos pueden comer por que se han portado bien y no huyeron de mi.
El miedo se hacia ver en los ojos de Andrea mientras maldecía haberse dejado convencer de la huida. El silencio se vio interrumpido por el rugir del estomago de Andrea, la cual llevaba sin comer desde antes de ir a clase de ingles.
- Vaya, vaya. ¿Tienes hambre? -pregunto Patricia de manera burlona, a lo que Andrea no pudo mas que asentir asustada.
Marcos y Nerea no comieron mucho, ya que no tenían mucha hambre, por lo que se quedaron mirando la situación. Al ver que ya no iban a comer mas Patricia se quito la media que llevaba en su pie izquierdo, cogió el plato con el puré el cual dejo en el suelo y estampo el pie en el. Luego lo puso sobre la mesa, tenia cubierto todos los dedos de puré ademas de la planta adyacente a los dedos.
- Bon appétit. -dijo mientras hacia un gesto con las manos como si estuviese presentando un plato- Y mas te vale dejarlo bien limpio.
Andrea miro a sus compañeros asustada. Marcos le hizo un gesto con la cabeza para que fuese lo mas rápida que pudiese a "comer". Esta al ver el gesto de su compañero volvió la mirada a los dedos pringosos de Patricia, trago saliva y con una mueca de desagrado fue a darse un "festín".
Mientras la pequeña empezaba a lamer los dedos de su dueña y a comer el puré, Marcos pensó que debía de dar gracias de que Patricia no hubiese venido de correr como había hecho esa misma mañana.
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El nuevo curso de ingles
FantasyMarcos se prepara, después de unas relajantes vacaciones, para un curso más en la academia de ingles sin saber que este curso le viene demasiado grande.