El sonido del móvil y la vibración del aparato encima de la mesita de noche de madera, despertaron a una muy cansada Meghan. La rubia abrió los ojos con pesadez mientras escuchaba su móvil sonar, con pereza estiró su mano para cogerlo y sonrió al ver el nombre de su novia en la pantalla :"😍 😘 🥰Lisa❣️ 💕 💞".
- ¿Elisabeth? ¿Sabes la hora que es aquí?- Preguntó con la voz ronca y cansada.
- Mmmm... ¿Sabes que me encanta que me hables así?- Rió, como respuesta solo recibió un gruñido de parte de la menor.-Sabes qué son las dos de la tarde por ahí donde tú habitas, ¿verdad?- Se burló la rubia oxigenada.
Los ojitos marrones de Meghan se abrieron como platos en cuando escuchó la hora, normalmente ella se levantaba a esa hora los fines de semana, pero su madre le pidió que hiciera ciertas tareas de la casa y amenazó con quitarle el mòvil si no obedecía. Rápidamente Meghan se levantó de la cama con prisas y se fué al baño con torpeza llevándose el móvil con ella.
- Lisa, tengo que dejarte si quiero conservar nuestra relación, te amo, adiós.-Habló rápidamente.
- Pero...- La rubia oxigenada de ojos azul claro no pudo terminar su frase antes de que Meghan colgara.
Meghan fué al baño a mear a toda velocidad, luego se marchó corriendo para ir a la cocina y encontrarse con el fregadero lleno de trastes para limpiar. Suspiró y miró con pereza el fregadero, luego posó su mirada en el lavavajillas averiado y volvió su vista al fregadero. Suspiró de nuevo, cogió el jabón para lavar los platos y una esponja, echó unas gotas del líquido verde en la esponja y empezó a enjuagar los platos.
Después de pasarse media hora pensando en sus cosas y tratando de no dormirse mientras lavaba los platos, Meg despertó abruptamente al girarse y ver la hora que indicaban las manitas del reloj de su cocina. Entró en pánico y fué al cuarto de la lavadora a toda velocidad, cogió (mejor dicho tiró al suelo) la cesta de la ropa para tender y la llenó con la ropa húmeda de la lavadora, tirando la mitad al suelo y teniendo que recogerla, perdiendo más tiempo y poniéndose más nerviosa.
Mientras carreteaba la cesta abarrotada de ropa por el pisito dónde vivía, el teléfono fijo de su casa sonó, asustó a Meghan y esta tiró la cesta. Enfadada y estresada, La rúbia fué a coger el teléfono.
- Meghan, hija, ¿porqué tu móvil está apagado?- Interrogó su madre desde el otro lado de la línia.
Meghan recordó que lo había apagado para evitar distraerse mientras trabajaba.
- Es que no dejaba de sonar y me estaba desconcentrando.
- ¿Porqué no lo has puesto en silencio? - La pregunta hizo que Meg soltara un gruñido por no haber pensado antes en eso.- Bueno da igual, Solo quería avisarte, no voy a llegar hoy para cenar contigo. Por eso debes comer tu sola y dejarlo todo limpio,¿Vale?
Meghan suspiró aliviada- Perfecto, ningún problema.
Se despiden y Meghan se tira encima del sofá, suspiró agotada, si su madre no puede venir ni a comer y normalmente comen a las nueve eso significa que tiene un poco de tiempo libre... <<Tiempo libre...¡Para ya, Meghan! No te puedes distraer, acaba tu trabajo y luego ya harás honor al nombre con el que te agregaron tus mejores amigas en Whatsapp>>- Se autocontrola la rubia, pues ella era una persona que se distraía con enorme facilidad, por una vez en su vida "la chica p*rno" quería ser responsable.
Meghan,haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad, se levantó del sofá y recogió la cesta y toda la ropa que cayó en el suelo, fuera de la cesta, y la tendió para luego seguir con la no tan larga lista de tareas que su madre le había encomendado.