LAVSKRA I: La cuna entre los astros © |✔|

9. Primera Luz · · ·

Contemplar el cielo en instantes de soledad ha sido uno de mis ocios favoritos durante mucho tiempo. Me relaja de la rutina de encierro en los laboratorios de mi padre, analizando señales extrañas, proveniente de otros rincones de la espesa galaxia que nos acoge entre sus miles de millones de estrellas.
Las he nombrado y anotado a cada una. Aunque mi padre crea que es una pérdida de tiempo, pues según él, son incontables.

Desde la muerte de mi madre, para él todo es una pérdida de tiempo. Porque ella murió joven, 176 años para nosotros es ser una adolescente. Yo tengo 231, y apenas estoy entrando en la adultez. Mi padre, con 622 ya es casi un anciano. Alcanzar los 1000 y seguir vivo es todo un milagro, son considerados Numens.

Los Numens son los seres que alcanzaban y superaban dicha edad, eran sagrados y grandes filósofos que ayudaban a Corvan a mantener armonía, disciplina, comprensión y nociones científicas en todos los campos.

Corven era un planeta alejado de toda galaxia, en Encuadre Tercero 180. Teníamos dominio sobre 74 planetas y planetoides -planetas pequeños como el tal Plutón-, conquistados en la Guerra de los Mundos hace poco más de una daida -son diez años terrestres creo-, al igual que los otros tres Encuadres: Encuadre Primero 0, Encuadre Segundo 90 y Encuadre Cuarto 270. Son las cuatro divisiones del universo en toda su extensión, marcadas fríamente por cinturones de asteroides o barreras de algún tipo.

En el primer Encuadre dominaban los Thargout, una raza polímera coloidal bípeda bastante compleja de describir respecto a una imagen que los defina. Porque las nuevas razas -mutágenas que surgieron de alguna hibridación- en ambientes dotados de oxígeno excesivo, su piel perdía toda visibilidad, perdías hasta la capacidad de verlo con luz natural. Sin dudas, ese era su punto fuerte. En el vacío esa cualidad no funcionaba, pero funcionó en algunas de sus muchas conquistas. Derrocaron reinos ricos en materias primas y fuentes de energía natural. Se especializaban en trabajos más cerebrales, significa que ellos se basan en planificaciones e ideas para suplantar cosas por ejemplo. Al ser incapaces de trabajos de carga, debían valerse de su brillantez literal y mental.

En el segundo Encuadre estaban los O'Orham, una raza de naturaleza violenta. Enormes en altura, de fuerza sobrehumana, valores grabados a golpes y dolor. Ellos abastecían de materia sólida que era extraída con ayuda del Encuadre Primero, gran parte de esos materiales servían de pago a los Thargout. Otra parte, ya trabajada y transformada a medias se repartía a los restantes Encuadres.

Nosotros, el Tercero 180, transformábamos lo previamente trabajado en útiles finales. Ya sean herramientas, electrónica y hasta en sistemas. Podría decirse que somos el software -¿se escribe así?- que muta constantemente para darle utilidad a lo que crean los demás encuadres.

Pero la mejor y más rica parte de toda esta cadena se la llevaba J'Athannia. El dominante en el Encuadre Cuarto 270.

Poco tiempo después de finalizada la Guerra de los Mundos, J'Athannia recibió una Rebellis -golpe de Estado- a traición de parte de Serk, el hermano mayor de Athioos, rey en ese entonces. Serk, derrocó el reinado de Athioos y asesinó a cada integrante de la familia real. Se decía que anteriormente, había asesinado a sus padres con el fin de perpetuarse en el trono.

Tan egoísta y sediento fue su ansia de dominio, que cuando se enteraba que alguna de sus amantes quedaba encinta, él en persona la asesinaba para evitar la descendencia y mantenerse por siempre en su reino.
Para resumir esto, los tres Encuadres producíamos para él por haber atacado J'Athannia durante su jugada final. Es que sí lo hicimos, porque fuimos provocados a propósito y sólo fuimos piezas en su juego macabro. Así que nos vimos obligados a pactar con J'Athannia un tratado en el que toda nuestra materia y producto de todo tipo y mejor calidad iría a su reino. Nuestros habitantes eran reclutados a servir en sus expediciones mineras, para explotación energética. Imagínate cualquier labor de peso, humillante y desagradable... pues a eso enviaba hombres y mujeres.
Quienes abordaban el Solsticer, no regresaba jamás. Sin importar la edad del recluta.