El SECRETO[EDITADO]

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Me quede un rato observándolo, no podía creer que era él.

-Oye preciosa, no me gusta esperar, así que vámonos tu pequeña me tienes que dar un paseo por aquí.

Me pare sin decir nada, aún estaba en shock, él no podía ser Liam, aunque lo conocía tan poco tiempo estaba segura de que él no podía ser.

-¿Liam?-pregunte- ¿Qué te paso?

El me regreso a ver, se bajó los lentes de sol, pude ver sus hermosos ojos celestes.

-¿A mí?- preguntó, señalándose la cara.

-Si, a ti- lo señale -Estas raro, ¿Porque te vistes así?- le dije señalando toda su ropa.

Se puso incomodo un momento pero luego retomo la compostura y hablo.

-Yo me visto así preciosa. Deberías comenzar a acostumbrarte.

Vire los ojos, y seguí mi paso.

-¿Qué quieres hacer?- preguntó el cuándo estábamos parados enfrente de la puerta de su habitación.

-Tengo que ir a alistar mis cosas para mañana- Le respondí, no era verdad pero su nuevo estilo me impresionaba mucho y no entendía porque. Algo no me cuadraba.

-Bueno preciosa- tomo mi mano y la beso con delicadeza, podía sentir sus nervios y su fuerza de voluntad para hacerlo.

Se inclinó para darme un beso en la mejilla, pero quiso virar la cara. Pero yo me separe de él y vi cómo se relajaba. Estaba muy raro.

-Tal vez eso te enseñe a no besar a la que se te cruce- le dije.

Me di la vuelta y me fui directo a mi habitación, dejando a Liam parado.

LIAM

Estaba dolido, ella me había dejado ahí parado, y sin ninguna vergüenza se fue. Aparte de lo difícil que se me estaba haciendo esta, ella lo hacía más. Saque las llaves de mi pantalón y abrí la puerta de mi habitación, era la 416. Por suerte no me había tocado con nadie, o más bien no fue por suerte mi padre pago un "poquito" más de dinero para que me dejen la habitación sola para mí. Tenía que agradecer mucho a mi padre por eso o si no alguien podría descubrirme.

Me quite esa horrible e incómoda chaqueta de cuero, la colgué en un armador y la deje en el armario. Me saque también la camisa e hice el mismo procedimiento que la anterior prenda. Me puse una cómoda camiseta de pijama azul. Me saque esos estúpidos jeans ajustados que molestaban hasta el infierno y me puse el pantalón del conjunto de la pijama. Me saque los lentes de contacto, y me puse mis lentes.

Si lo admito era todo un sabelotodo. Pero si no lo hacía de la manera rebelde iba a terminar como en la anterior escuela que ahorita no quiero ni hablar sobre eso. Si alguien me descubre perdería todo lo que he conseguido en el anterior año de la universidad y el comienzo de este.

Pude conseguir amigos gracias a un cambio "pequeñísimo" en mi personalidad.

No era para tanto.

El Secreto del Rebelde [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora