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Jimin fue arrojado con fuerza a la cama, su ropa rasgada y tirada a un lado. Su respiración estaba agitada, no entendía lo que estaba pasando.

De momento a otro se vio con las muñecas juntas y atrapadas con la gran mano, quedando completamente desnudo frente, al contrario. Éste por su parte, tomó uno de los jirones y amarró ambas muñecas.

Sus piernas fueron separadas con brusquedad, sus pezones se pusieron erectos al instante y su entrada palpitaba de anticipación.

Mordió sus labios observando la gran erección que, sabia, le partiría en dos y que para su sorpresa, o no tanta sorpresa, se moría de ganas por tenerla muy dentro suyo, golpeando sin piedad su interior hasta llenarle del blanco y espeso líquido.

Su miembro estaba duro sobre su vientre bajo y sus ojos estaban fijos en los contrarios, los cuales estaban dorados y dilatados.

Ni siquiera había anochecido, apenas habían llegado a la casa y ni bien pasaron por la puerta de entrada, fue arrastrado a la habitación, donde Jungkook se encargó de dejarle desnudo, jadeante y sonrojado sobre la cama.

Jungkook le rozó la entrada con la cabeza de su miembro, ejerciendo presión hasta ingresarla y empujar con fuerza, embistiéndole hasta el fondo, en una sola estocada.

‒¡Dios! ‒gritó.‒ Joder, Jungkook... ‒se quejó en un gemido, siseando de placer ante los movimientos una vez se acostumbró.‒ Ah, si~

Jungkook le tomó con fuerza, embistiéndole rápido y profundo, duro y condenadamente caliente.

Tiró de sus ataduras, queriendo tocar al alto, queriendo besarle, sollozando al fallar y también debido al placer otorgado.

‒Jungkook... Ah, Jungkook. ‒gimió a la par que arqueaba su espalda.‒ Mierda, bésame. ‒pidió en un gruñido.

El mayor se inclinó, devorando los rosados labios del omega. Mordió y succionó sus mofletes, adentrando la lengua en su cavidad y saboreándolo a gusto, embistiendo salvajemente su estrecho interior.

Desamarró las ataduras y de inmediato las manos fueron a dar con su espalda, donde su piel fue marcada por las uñas del omega.

Jimin gemía sin pudor sobre sus labios, abriendo aún más sus piernas y sorprendiendo al alfa al girarles en la cama y comenzar a saltar sobre él, penetrándose a sí mismo con el gran miembro.

‒Sí, bebé, así. ‒dijo en tono grave, tomando la cintura del menor, ayudándole.‒ Muevete... ‒pidió, echando su cabeza hacia atrás al ser obedecido. Jimin saltaba sobre él, con sus manos apoyadas en su abdomen y uno de sus ojitos cerrados a la par que mordía sus labios.‒ Joder, que bueno. ‒gruñó.

La luna llena brillaba en el casi oscuro cielo, observando las parejas enlazadas comenzar sus, más de doce horas, de puro sexo.

Jimin abandonó toda esperanza de poder caminar en toda la puta semana, pero mierda que lo valía.

Quería más.

Fue girado, quedando nuevamente bajo el mayor, quien salió de su interior, poniéndolo boca abajo en la cama, haciendo que se levantara sobre sus rodillas y manos, quedando en cuatro, antes de volver a embestirle.

‒Mhn... Si~ ‒gimió y alzó más su trasero, recibiendo una palmada que le excitó aún más.‒ Tan bueno... Dios, no te detengas. ‒pidió en un jadeo. Movió su cadera a la par de la contraria, profundizando las embestidas.

Sus piernas comenzaron a temblar, lágrimas salían de sus ojitos y sus manos se aferraban con tanta fuerza a las sábanas.

Jungkook lamió desde su espalda baja hasta su nuca, inclinándose sobre él, haciéndole girar su cabeza hacia la izquierda y besarle.

Mi Omega: Mi Lindo Omega      ||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora