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Jimin ingresó a la cocina a mitad de la noche por milésima vez en la última semana.

Lo único malo de todo esto era que, pasadas algunas horas, volvería a expulsarlo, junto con todos sus alimentos.

Se sirvió una porción de tarta y un poco de jugo. Fregó sus ojitos y caminó unos pocos pasos más, llegando al comedor.

El reloj marcaba las tres de la mañana, faltaban tan solo tres horas y media para volver a levantarse, y alistarse para ir a la escuela.

Había tomado una larga charla con Jungkook para que éste le dejara volver a sus estudios junto con Taehyung. Éste último no terminando muy bien con Hoseok.

Jimin sabia que no solo habían peleado por los estudios. Hoseok quería reclamarlo, diciendo que, de estarlo, podrían haberse comunicado como él y Kook. Pero Taehyung se negaba.

Acabó la tarta más rápido de lo que creyó y bebió su jugo, lavando todo lo utilizado antes de regresar a su habitación.

No había tenido relaciones con Jungkook desde que volvió a la casa, y aunque el mayor dijera que estaba bien con ello, sabia que no lo estaba del todo y no le culpaba.

Se moría de ganas por estar con su esposo, más que dispuesto a abrírsele de piernas, y dejando que hiciera con él lo que quisiera. Pero una frase regresaba a su mente, la misma que dijo quien solía ser su padre y que, aunque no le gustara, tenia razón, en cierta parte.

Él no había tardado en abrir sus piernas, dejando que Jungkook le reclamase y embarazase. No lo había planeado así y es que en realidad nunca había planeado nada.

Fue un golpe de suerte el encontrarse con la manada, encontrar a su compañero y que éste le cambiara la vida en un abrir y cerrar de ojos.

Tenia miedo por su cachorro.

No sabia si al tener relaciones le haría daño, aunque aún era muy pequeño o pequeña, tenía miedo.

Se había propuesto hablar con Mark pero, ¿cómo explicarle? No era muy fácil el dirigirse a uno de sus suegros y preguntarle si podía o no, tener relaciones con su hijo durante el embarazo.

Sintió la presencia de su esposo justo detrás de él, mientras limpiaba lo que había usado, por lo que no se asustó cuando sus brazos le rodearon.

‒¿Qué haces despierto tan temprano? ‒cuestionó con los labios apoyados en su cabecita.

‒Tenia hambre... ‒respondió con sinceridad.‒ Y comí una porción de tarta. ‒prosiguió, girándose entre los brazos, y rodeando a su esposo con los propios.

Jungkook inclinó la cabeza y besó su nariz. Jaló de su mano y apagó las luces, caminando escaleras arriba, de regreso a la habitación.

‒Debes dejar de hacer eso, bebé.

‒No puedo... ‒susurró en un tierno mohín.

‒¿Por qué? ‒Jimin se tensó, deteniéndose en el pasillo, confundiendo al alto.‒ ¿Minnie...?

‒N-No es nada...

‒Amor... ¿Dije algo malo?

‒No... No es nada. ‒respondió con una suave sonrisa y le besó castamente los labios, girándose hacia la habitación.

Jungkook hizo una mueca con los labios y observó el pasillo por unos segundos, antes de emprender camino hacia la habitación.

Jimin había estado comportándose extraño desde que regresó de Busán, y no entendía el porqué.

Mi Omega: Mi Lindo Omega      ||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora