Jungkook rodeó a su esposo con los brazos. Éste tenía un pequeño vientre de tres meses; la escuela terminaría en un mes y ningún humano sabia sobre el hermoso embarazado que era su Jiminnie.
Varios lobos de la manada, por no decir todos, paseaban de aquí por allá en su casa, festejando el cumpleaños número veintiséis de su líder.
El pastel que su pequeño le había hecho era condenadamente delicioso, y a pesar de que el rubio temía a que le sintiera el sabor a quemado, no lo sintió en absoluto.
Y aunque Jimin le había regalado un pastel, le encantaba la idea de un lindo moño sobre la cabecita de su esposo.
Puede que fue por ello que, aprovechando un momento de su fiesta, secuestró al pequeño hasta llegar al cuarto, ponerle un moño sobre sus rubios cabellos rodearle con dorados lazos y hacerlo suyo como tenía planeado.
Jimin había clavado las uñas en la piel de su espalda, dejándola con unas notables marcas rojas por encima de sus tatuajes, mientras gemía sobre sus labios y se corría entre sus vientres, contrayéndose de una deliciosa forma alrededor de su eje.
Cuando habían vuelto a la fiesta, Jimin estaba sonrojado, sus labios estaban hinchados y lucia rosadas marcas en su cuello, además de tener impregnado el almizcle de su esposo y estar meloso con el mismo.
Jimin suspiraba por él sin darse cuenta, pero mierda que Taehyung y Jin se miraban entre sí, riendo silenciosamente. Hasta terminar de igual forma por sus alfas.
Jin estaba abrazado al mayor, escondiendo su rostro en el cuello del alto y sonriendo como tonto, besándole la mejilla. Mientras que Taehyung besaba los labios de su esposo como si su vida dependiera de ello, empujándolo fuera de la sala, hasta encerrarse en su habitación, en donde no tardaron en escucharse sus gemidos, regresando casi una hora después, de igual forma que Jimin minutos antes.
🐾
Un pequeño copo de nieve cayó sobre la punta de su rosada nariz y se acomodó el gran abrigo que pertenecía a su esposo, mientras éste terminaba de cerrar la tienda.
Apenas eran las cinco de la tarde, pero no solían haber muchos clientes en diciembre y mucho menos a unos días de navidad.
‒Kookie... ‒llamó con voz suave mientras comenzaba a caminar.
‒¿Mhn? ‒cuestionó poniéndose a su lado y cubriendo su mano con la propia, entrelazando sus dedos.
‒¿Podemos ir a la cafetería nueva? ‒cuestionó con su labio inferior atrapado entre sus dientes.‒ Dicen que su pastel de queso es delicioso. ‒Jungkook le miró atentamente, deteniéndose y sorprendiendo al menor.
‒¿Entonces que estamos esperando? ‒cuestionó con una sonrisa, haciendo también sonreír al omega.
La cafetería le era realmente hermosa. Sus paredes estaban pintadas de unos lindos colores crema y había montones de mesas.
Se sorprendió al reconocer a las chicas que atendían.
‒¡Jimin! ‒sonrió la mayor.
‒Hola, Irene. ‒le sonrió de regreso.
Irene y Seulgi habían ido a su tienda hacia varios meses atrás. La castaña se tatuó cinco hermosas flores en su espalda, cada una simbolizando a sus cuatro amigas y ella. Mientras que Seulgi se había perforado la oreja, debido a su consejo.
Los meses siguientes las jóvenes habían regresado a la tienda, por él. Solían conversar cuando no había demasiados clientes o cuando su esposo estaba ocupado, terminando por volverse bastante unidos.
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Mi Omega: Mi Lindo Omega ||Kookmin||
FanfictionPrimer libro de la serie: Mi Omega. En toda manada la jerarquía consiste en los Alfas y los omegas, y las leyes consisten en que los omegas deben ser protegidos, ya que son los más débiles de la manada. Pero así no es como se maneja la manada de Bus...