Capítulo 12

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– Pov. Cristina –

10 de Julio, 2018

Ha pasado una semana desde que nos aventuramos en esta locura, en que nos decidimos a vivir este sentimiento que por años mantuvimos callados, que ambos no aceptábamos hasta que no pudimos más y era momento de vivirlo, de hacernos cargo.

Hoy, martes por la tarde luego de un fin de semana eterno sin verlo y un lunes feriado bastante complicado, al fin pudimos encontrarnos un tiempo para nosotros, para estar juntos, tranquilos, llenándonos de caricias y besos, esos que tanto extrañaba.

Durante todos estos días no tuvimos tiempo para los dos. Rodolfo el sábado y el domingo estuvo con sus hijos, se dedicó a ellos, como cada fin de semana, mientras que yo por mi parte hacia las mismas actividades, ir al gimnasio, al teatro, cenar con alguna amiga o incluso algún amigo, y obviamente ahora también intercambiar mensajes con mi amor. En ambos días, por la noche, una vez que sus hijos dormían, nos llamábamos, quedándonos hasta tarde, solo para oír nuestras voces.

Me era imposible no extrañarlo, habíamos pasado anteriormente una hermosa semana juntos. Si bien él no visitaba por las noches mi departamento, o yo el suyo, en esa semana, estuvimos o intentamos estar el mayor tiempo juntos, disfrutándonos.

Y esos momentos se daban en Martínez, en los edificios del canal, en nuestros camarines, antes de salir al aire, antes de continuar con los hábitos cotidianos que hacemos acá, allí nadie nos podía ver; esos instantes eran tan valiosos para nosotros, ya que luego no había oportunidad. Venían las horas del noticiero, yo salía corriendo para la radio, en fin no teníamos tiempo, y no quería que se arriesgara a pasarme a buscar todos los días a la salida de la emisora. Entonces por el momento esos eran nuestros encuentros, nuestras horas como pareja. Después ante el resto éramos solo compañeros de trabajo, amigos, aquellas mismas personas que seguían coqueteando y jugando tanto dentro como fuera de cámara. Nada fuera de lo ya veníamos haciendo. Nadie podía enterarse de lo nuestro, no por el momento.

Porque en eso habíamos quedado, en que nadie podía enterarse, puesto que primero teníamos que ver como esto avanzaba, esto que aún no tenía un título como tal, pero que tan bien nos hacía, y queríamos que dure para siempre o mínimamente el mayor tiempo posible. Esta charla la tuvimos el domingo pasado, el que pasamos juntos.

Debíamos ir con cuidado, cualquiera se podía dar cuenta, y todo estaría arruinado, sus hijos, su familia, mi familia, su reputación y la mía. Ambos temíamos a eso, sobre todo él. Rodo era quien perdía más, sus chicos podrían verse afectados por esto; él ama a sus hijos y jamás permitiría que eso sucedería, y ni yo misma dejaría que eso ocurra.

Si algo llega a salir mal, los dos concordamos que nos separaríamos, que intentaríamos convivir en paz a la hora de trabajar, aunque una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo, estar en esas circunstancias y actuar como si nada hubiera pasado, me sería muy difícil, porque realmente quiero que esto dure, sé que puede durar, no por algo pudimos mantenernos 16 años al mando de uno de los noticieros líder de país, si bien nunca anduvimos y hubieron miles de veces en donde se pudo haber dado, por obvias razones no hubo un click sino hasta ahora.

Hasta el día de hoy, donde él está separado hace ya un tiempo largo, divorciado recientemente pero separado hace mucho, y yo nuevamente sola, era hora. Era nuestro momento, confié y me impulse a arriesgarme a esto que me pasaba, a este amor que por años mantenía oculto, que dudaba entre sí o no, si era un afecto de una simple amistad, si era amor, el amor que tantas veces confundí y di a mis anteriores parejas.

Y valió la pena, porque me quería de la misma manera, me necesitaba tanto como yo a él, pero tenía miedo, ese miedo de no ser correspondido, tal vez si no me atrevía, nunca hubiéramos estado en esta situación, y seguiríamos ocultando nuestros verdaderos sentimientos, incluso podríamos estar saliendo con otras personas, evadiendo lo que deseábamos en realidad, extendiendo esto por otros meses o años.

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