Capítulo 16

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– Pov. Rodolfo –

30 de Julio, 2018

Otra vez lunes, otra vez se vuelve a arrancar con la pesada rutina. Comienza la semana, pero este es un día especial, hoy vuelve ella, vuelve Cris. Después de dos semanas eternas viéndola solo a través de la pantalla del celular, hoy al fin la tendría frente a mí, hoy volvería a besar sus finos labios, a estrecharla entre mis brazos, acariciar su suave piel aquella que es tan blanca como la porcelana. Hoy la volvería a ver, haciendo que mi día empiece de la mejor manera.

La extrañe demasiado, no hubo día donde no pensara en ella, en abandonar todo por unos instantes e irme de viaje y alcanzarla, sin embargo, sé que no debía, porque primero no podría dejar mi trabajo, tengo un contrato que cumplir; segundo mis hijos están de vacaciones y mínimamente mis días libres, es decir, los fines de semana, tenía que estar con ellos, porque también quería estarlo, obviamente, los amo tanto como a Cristina y no podría estar mucho tiempo sin verlos. Y tercero pero no menos importante, nadie debía enterarse nuestro romance, por lo tanto no podía arriesgarme a intentar pedirme vacaciones para irme atrás de ella, aunque debo de reconocer que mi compañera no me dejaría cometer semejante locura, Cris me mataba si hacia algo así.

Cristina llego recién ayer a la noche de Ibiza, y solo me contuve para no ir a visitarla porque aún seguía estando con mis hijos, de hecho cuando me llego el mensaje de que había aterrizado en Buenos Aires, y ya se estaba tomando el taxi hasta Puerto Madero, yo estaba llevando a Dante y Beni de regreso a lo de su madre, ya que justamente hoy iniciaban las clases.

Además ella me pidió que nos veamos directamente hoy en el canal, puesto que ayer volvió cansada y solo quería dormir. Sin muchas ganas termine accediendo. Hicimos una video llamada rápida deseándonos buenas noches, entre otras cosas y nos dormimos, o por lo menos me yo me dormí.

Finalmente me encuentro llegando a Martínez, escuchando por el estéreo a Serú Girán, que banda, ¡eh!, que época de Rock nacional. Podría estar horas hablando del Rock, de su música, la poesía que se escribe en ellas, las melodías, sus significados, en fin. Es arte puro.

Estacione el auto, tome mis cosas, baje de él para luego pasar como siempre por el protocolo de seguridad a la entrada del edificio, pudiendo pasar. Fui directo al camarín a dejar las cosas. Deje todo y salí nuevamente, me dirigí al patio del canal, necesitaba calmar mis nervios, mi ansiedad por verla a ella, y que más que tranquilizarme con mi fiel compañero, el cigarrillo.

El cigarrillo, en realidad lo deje hace poco, no más de dos años aunque tuve un par de recaídas, debo admitirlo. Ahora estoy intentando fumar con el cigarrillo electrónico solo cuando estoy en estas instancias de necesitar apaciguar mis fieras, mis temores, mis nervios.

El cigarrillo lo que tiene es que al inhalar su humo, ya sea del tabaco o del artificial, te llena ese vacío que sentís en adentro, te sosega de una manera inexplicable. Obviamente el fumar no está bien, se lo que te provoca a futuro. Claramente recomiendo que no lo hagan. Por ello también intente dejarlo, para que mis hijos no adopten mi habito y solo fumo el cigarrillo electrónico en estas situaciones, que por suerte no me pasan seguido. Ya no es un hábito que necesite con urgencia.

Me encontraba apoyado en una de las esquinas del patio, solté el poco humo que mantenía en mi boca y me quede observando la estatua gigante de Bob Esponja por unos segundos, hasta que unas manos me cubren por completo mis ojos, nublan mi visión. Inevitablemente una sonrisa se forma de mis labios. Es ella, su perfume y sus suaves manos tapando mis parpados la delatan.

– Hola – Escucho detrás de mi oreja.

– Hola – Digo girando sobre mis pies para quedar frente a frente, haciendo que nuestras miradas se conecten y automáticamente ambos sonreímos.

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