Esas inexplicables sensaciones que me provocaba, que me hacen perder la razón, experimentar cosas que jamás creí, que me lleve hasta tocar el cielo, que me pierda en él, en sus manos que recorren con descaro mi cuerpo, que sus labios abusen de los míos, que marque mi cuerpo como si le perteneciera, lo odio, lo detesto, no lo aguanto, odio que él me provoque esto.
De un momento a otro y sin tener en cuenta cómo y cuando ya se veían nuestros cuerpos desnudos sobre la amplia cama, unas blancas manos viajaban por todo mi cuerpo, acariciando mis piernas hasta llegar a estrujar mis pechos, hundiendo su rostro en mi vientre descargando un sinfín de besos. Los gemidos que tanto me esforzaba por reprimir, a cierto punto se hicieron presentes, mantenía mis ojos cerrados, tratando de no aceptar lo que ocurría, mis manos aferrándose a la sabana en un intento de soportarlo todo.
Lo sentí descender, deslizando hacia abajo su húmeda lengua por mi vientre, pasando por mi ombligo mientras sus manos abrían mis piernas, ahí lo sentí, me estremecí al contacto, su lengua lamiendo mi intimidad
-¡No! Espera, eso no
Sentía mis mejillas arder no solo por el calor que ya en si envolvía mi cuerpo, también se le sumaba la vergüenza de lo que estaba ocurriendo, parecería normal en actos como este pero, es algo muy fuerte, el que este entre mis piernas practicándome sexo oral me parece otro nivel. No puede ser peor, extrañamente en esta ocasión me siento más húmeda, me enloquecía a más no poder sentir su lengua moviéndose en círculos sobre mi clítoris provocando un cosquilleo en esta área, hundiendo su lengua en mi entrada sin pudor alguno. Delirante, ya no podía más, mi cuerpo se sentía al sentir las oleadas de placer sofocándome, un fuerte rubor cubría mi rostro, mi respiración descontrolada y el sudor se hacía presente en nuestros cuerpos.
De un momento pauso su tarea oral dejándome jadeante pero sin perder la atención de la zona ya que continuó masturbándome con su mano, movía sus dedos ágilmente sobre mi entrada.
Me miro atento, disfrutando las reacciones de mi cínico cuerpo ante sus caricias, viéndose satisfecho por la vista que solo aumentaba su orgullo-No importa lo que digas o cuanto te niegues, siempre disfrutas esto- Sonrió de lado- Masoquista
-Cállate... Yo no...
-¿Desearías que fuera Sam quien te hiciera esto?- Me interrumpió- ¿Qué fuera el que te tocara de esta manera?
-Estúpido... Si, desearía que fuera él quien me tocara, que me hiciera perder la razón, que me follara tan fuerte hasta no poder mas- Le dije entre gemidos y jadeante.
Le molesto, mi declaración le molesto al grado de que la sonrisa que antes estaba formada en su rostro de borro de golpe, aunque, no creo que fuera buena idea decirlo. Me jalo con brusquedad, ambos ya de pie, sometiéndome frente a la puerta de la habitación, la cual tenía un largo espejo de cuerpo completo, apoye mis manos en este para evitar algún tipo de accidente, justo después de eso lo sentí, sentí como entro en mi de una sola, con una fuerte embestida, a la cual le siguió otra, una y otra vez entraba con fuerza sin darme un respiro siquiera
-Sam...- Susurre por lo bajo imaginándome que esto ocurría con él y tratando de pisar el orgullo del Holland mayor
-Lastima -Me tomo por lo cabellos de mi nuca jalándolo hacía atrás causando que viera directamente al reflejo en el espejo- Mira tú expresión, realmente disfrutas esto.
Mis mejillas se veían rojizas, mi boca entreabierta, gritando y gimiendo por dicho placer, ¿Realmente lo disfruto? Cerré mis ojos con fuerza, no soportaba ver esa humillante imagen de mi misma. Tenía razón, de alguna forma el me cambia, el es el culpable de lo que sucede, el es el responsable de todo esto.
Las embestidas continuaban mientras mis ojos se mantenían aun cerrados, sin lugar a dudad una y otra vez me provocaba un placer delirante. Se detuvo, hubo un cambio de posición, sin preocuparme por saber cómo ambos quedamos en el piso, sentado con las piernas flexionadas, mientras yo me veía sobre el apoyando al suelo mis piernas y sujetándome por su cuelloEl movía sus caderas hacía arriba mientras yo lo ayudaba en una especia de sentadillas alcanzando algún punto más profundo en mi interior. Ya no era si negarme o no, si lastimar su orgullo o dejar que se burlara de mi, solo importaba el momento, esa situación orgásmica y llena de depravación.
Lamía mi cuello, mordía con fuerza mis hombros, nuestros cuerpo se veían envueltos en una capa de sudor, pequeñas perlas saladas se deslizaban por mi cuello hasta perderse en el escote de mis senos
-Dilo... Hazlo de nuevo, di su nombre, eso no cambiara nada
Aún a este punto seguía de orgulloso, no cambiara nada, lo sé, no espero que cambia algo, pero, aunque quisiera decirlo, algo me lo impedía, una presión en mi pecho, un nudo en la garganta, en un intento de decirme que no arruinara las cosa
-Vamos- Susurro contra mi cuello- Dilo...
- Lo sé, se lo que quiere escuchar.
Cerré mis ojos dejándome llevar, me aferre a su espalda con fuerza enterrando mis uñas con fuerza, deje que mi razón hablara y mi garganta dejo escapar esas palabras
-T-Tom - Gemi- Tom... Tom...
¿Qué extraña satisfacción provoca el que tu amante diga tu nombre en el acto? Te lleva a sentir diferentes cosas en el momento, porque de alguna formar ese hecho te une con el otro, tan satisfactorio que solo eso basta con llevarte al éxtasis, no podía reprimirme, tenía ganas de gritarlo, cansarme gimiendo su nombreLa sensación, la posición, el momento, todo estaba en mi contra llevándome al momento del éxtasis donde mi cordura se iba perdiendo, era excitante, fascinante, erótico, jamás pensé que tantas cosas me fueran a llevar a este momento, mi vista se nubla y las sensaciones que me provocaba me llevaban al máximo
-Tom... Me vengo- Susurre entre gemidos.
Con una última embestida que me provoco aferrarme a él, abrazar sus caderas con mis piernas juntando nuestros cuerpos, ambos jadeantes a causa de tanto placer, dejando descargar todo su liquido en mi interior, caímos exhaustos por lo ocurrido, una experiencia demasiado satisfactoria para seguir quejándome, seguí abrazándolo, no quería dejar de sentir ese calor que envolvía nuestros cuerpos, de igual forma sentía sus brazos oprimiéndome contra su cuerpo
-Se solo para mi... Por favor- Soltó en un susurro con un toque de ternura
-Si...- Susurre sin tener en cuenta la magnitud de lo que significaba esa sencilla palabra, no lo pensé, fue un impulso, solo me deje llevar, tal vez fue lo único que logre responder debido al gran cansancio que me atrapo en ese instante.
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Asfixia (Tom Holland) *Hot*
Fiksi PenggemarUna noche sin sexo y parecería que se le termina la vida, como si no hubiera cosas más importantes por las que preocuparse, pero una persona como Tom que esta tan acostumbrado a tener relaciones cuando él quiera siente que se le viene el mundo encim...