Treinta y ocho

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Se quedaron un momento mirándose. Zamasu con serenidad,pues ya esperaba que su contraparte expresara algo así tarde o temprano,pero Black...Él no esperaba una declaración como esa.

-¿Qué tontería estas diciendo?-le preguntó tomándolo de la ropa con violencia-¿Cómo que quieres dar por terminado con el plan cero humanos? ¡¿Te volviste loco acaso?!

Con petulancia,Zamasu se soltó del agarre de su contraparte y tomó distancia.

-No quiero seguir con esto ¡No puedo hacerlo después de ella! Al menos...Quiero darles un tiempo para que intenten-la voz del dios fue perdiendo fuerza y bajo un poco la cabeza.

El rostro de Zamasu quedó oculto bajo ese mechón de cabello blanco,que a ratos le caía sobre la cara. Black lo miró un instante luego lo tomó por la nuca y lo obligó a caminar hacia el interior de la cabaña. Lo empujó con violencia contra el piso en el lugar donde Sora había  perdido la vida.En las tablas estaba aun la mancha de su sangre y los ojos de Zamasu quedaron fijos allí.

-¡Ella está muerta!-le dijo Black-La mataron ¿Y por qué? ¿Era Sora una amenaza para esos sujetos? ¿Ofreció resistencia? No...Nada de eso. Su delito fue tener un poco más que ellos en época de crisis. Podrían haberle solicitado que compartiera con ellos,pero lo querían todo y la mataron. Sin piedad,sin remordimiento y sintiéndose superiores por hacerlo. Lo hemos visto antes y lo seguiremos viendo mientras existían los humanos. No pueden modificar su naturaleza y su naturaleza es destruir no sólo el medio ambiente y a otros,sino también a ellos mismos...

-Ella creía que tenían bondad en su corazón y he visto algunos gestos de eso-declaro Zamasu.

-¡No todos son terribles!-lo interrumpió Black-Supongo que deben haber unos menos nefastos que otros,pero y eso qué...Incluso si esos menos ominosos son más, caen en una actitud pasiva ante los otros. Miran a un costado para no ver la injusticia,la depravación y todo lo demás. Deciden hacer nada y dejar que los más detestables hagan de las suyas para no buscarse problemas ¡Son egoístas y cobardes! En esa pasividad miedosa dejan al mal triunfar. La humanidad no cambiar,Zamasu. La humanidad es indigna de cualquier benevolencia y estamos en todo el derecho de exterminarlos. Somos dioses...

-Ella era humana-le señaló Zamasu levantando el rostro.

-Sora...Era una excepción-musitó Black bajando la mirada.

-¿Por qué no aceptas que todo esto es solo la respuesta a tu frustración al ser derrotado por ese humano?-le dijo en tono incisivo.

-¿Qué dices?

-Te entiendo,debió ser duro vivir una derrota a manos de un humano como el que describes, pero ¿No crees que ya fue suficiente de tu rabieta?

El puño de Black se hundió en el abdomen de Zamasu y lo mando a volar varios metros más allá de la cabaña.

El dios de caballo plateado terminó contra el suelo y cuando se estaba incorporando recibió una patada en el costado que lo mando contra el lago. Estaba algo aturdido,pero pudo distinguir a Black sumergirse en las aguas con intenciones de seguir golpeandolo,solo que está vez él le sujeto la pierna cuando Black le aplastó con el pie y le estrelló una esfera de Ki en la cara, logrando poder escapar hacia la superficie. Apenas se había elevado unos metros cuando una lluvia de pequeñas esferas de energía le cayó encima,algo que sólo fue una distracción,pues Black apareció tras él y aunque pudo advertirlo con el rabillo del ojo,Zamasu no logró evitar el impacto y término en un pequeño cráter en la ribera del lago. Su contraparte descendió sobre él y le aplastó el cuello con el pie. Era inútil,Zamasu no tenía la fuerza para quitárselo de encima. Si bien Black no podía matarlo,el hecho de no poder respirar era desesperante y no ser capaz de escapar de esa situación era humillante.

El dios oscuro apartó su pie de él para apoyar una rodilla en el suelo y comenzar a descargar su puño sobre Zamasu sin piedad, cual si lo hiciera sobre un enemigo cualquiera. Una y otra vez la mano cerrada de Black terminó contra aquel rostro que lo miraba indignado. Las manos de Zamasu se aferraban al brazo que lo mantenía en esa degradante posición,mientras la sonrisa burlona de su contraparte le hacía hervir la sangre. Así les encontró el ocaso, para entonces Zamasu sabía sido asesinado muchas a golpes y por su inmortalidad ni siquiera lo noto.

-Basta-le dijo cuando había entendido el punto tácito que Black le estaba exponiendo de forma bastante ilustrativa-Ya entendí...Ya entendí...

Black lo tomó por la ropa y lo puso de pie.

-Pero aun así creo que deberíamos...

No término la frase. Black lo mando de cara al suelo con un puñetazo.

-Si hay humanos gentiles ¡Bien! que los juzguen en el otro mundo y los envíen al paraíso-le dijo Black-¡Pero que dejen este mundo de una buena vez!

Zamasu se quedó en el suelo un momento,luego se limpió la boca con el dorso de la mano. La sangre le brotaba del labio roto y el sabor salino de esta le inundaba lengua.

-Ellos la mataron injustamente, fuiste tú quien lo dijo ¿Vale la pena salvar a una raza como está? Quieres darle más tiempo ¿Para qué? ¿Para que sigan cometiendo actos como ese? Velo de esta forma si te hace sentir mejor...Piensa que los estamos salvando de ellos mismos-le dijo Black y se fue volando hacia alguna parte.

Zamasu lo miró irse algo molesto y luego volvió a la cabaña. Restaurar el muro fue sencillo. Caminó hacia la sala y como entro por el hueco que antes había en la pared,paso delante de la habitación de Sora y no pudo evitar asomarse. Ese espacio antes cálido y perfumado ahora estaba vacío,helado. Retomó sus pasos a la sala y al pasar por ese sitio donde la encuentro se sintió deprimido. Se recostó sobre la mancha de sangre y se quedó allí quieto.

"Sora,cielo amplio y despejado.
Cielo de un mundo perdido para los humanos... Cielo de inalcanzable hasta para los dioses" 

Cubrió su rostro cruzando los brazos el y se quedó reflexionando.

Black había ido al pantano donde  crecían aquellas flores. Acarició una de ellas con sutileza y recordo ese momento en que robo un beso de la muchacha. Le hubiera gustado robarle otros, pero no quería verla asustada por su causa nunca más. Él la amaba,pero ella nunca siquiera pareció entender ese amor que le tenía. Pasó por alto esos detalles que escapaban a su control y él en pos de ese amor terminó sometido a la voluntad de ella. No le molestaba sentir que le permanecía a ella;le molestaba no poder cumplir su cometido.

Fuera por la humillación o por sus férrias creencias respecto a los humanos él,había hechado a andar el plan y había sobrepasado el punto sin retorno hace tiempo. No podía retractarse,era tarde para eso. El día anterior había tenido un enfrentamiento con Trunks y en medio de la pelea le hizo una pregunta ¿Dime por qué debería perdonar a la humanidad? Trunks le dió motivos que él refutó fácilmente y pronto ese híbrido se quedó sin argumentos.La única persona que le presentó razones fue Sora, pero también fue a la única que le permitió tal cosa ¿Cómo no iba a hacerlo? Lo atrapó desde la primera vez,desde ese encuentro casual en el bosque. Pero todo eso era pasado y ella no estaba más.

"Espero me perdones,Sora"

Por la mañana volvió a la cabaña y Zamasu lo esperaba en la terraza. Se miraron y se entendieron de inmediato y como la primera vez,sellaron aquello con un abrazo.

"Los humanos son sólo una plaga voraz que debe ser erradicada. Están podridos y sólo continuaran deteriorandose. Su moral esta en el apogeo de la degeneración. Son egoístas, indolentes y soberbios. Su maldad no se seguirá extendiendo.Sus días están contados..."

Los ojos de la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora