Capítulo 5: en busca del troll embaucador.

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Morando y los chicos, se hundieron en la nave Zeron.

 Y lucharon valientemente, con un voltariano muy muy malo.

Zadra e Izita un mapa encontraron, que les llevará hasta su destino.

Loth una obra de teatro creó, y a los cautivos liberó.

Y la estrella, su amiga Davaros fue.


La cápsula de escape había aterrizado en una playa tropical, y tras unos breves instantes un rayo azul surgió de su interior y cortó la cápsula por la mitad en forma circular, separándola en dos y permitiendo que sus ocupantes salieran.

- ¿Dónde estamos? – preguntó Morando.

- En una playa. – le contesto Madre mientras acompañaba a los pequeños. – Un lugar al que los humanos van en tiempos de calor, a relajarse y divertirse.

- Bueno, nuestros amigos solían venir a casa a disfrutar de la piscina. – comentó Aja.

- ¿Piscina? – se extrañó Morando.

- Una fosa de agua. – le aclaró Aja, Morando no le dio más vueltas al asunto y se alejó un poco de la cápsula destrozada.

- ¿Pero por qué has sacado el tema de la piscina? – le preguntó Krell a su hermana.

- No sé. – le respondió su hermana. – Se me ha ocurrido así de repente.

Los cazarrecompensas y Varvatos salieron de la nave como pudieron.

- Deberíamos instalar un perímetro de seguridad. – pensó Varvatos en voz alta.

- Por una vez estoy de acuerdo contiguo. – murmuró el Zeron Alpha.

En ese momento se hoyó un grito, era la voz de Morando. Instintivamente todos fueron corriendo al lugar de donde provenía aquella voz para encontrarse a Morando rodeado de criatura pequeñas, rechonchas y verdes que le apuntaban con sus lanzas.

- ¡¡TÍO!! – gritaron los niños, pero cuando quisieron tomar represalias contra los captores del general Madre y Varvatos les agarraron para que no hicieran nada.

Los cazarrecompensas por su parte activaron sus armas holográficas y se prepararon para la batalla.

- Soltadle. – les ordenó Alpha. – O si no ...

Unos de los captares verdes emitió un sonido extraño, como sise estuviera quejando continuamente, y de pronto del bosque tropical continuo a la playa surgieron cuatro enormes seres cubiertos de barro que acarraron a Morando cada uno por una extremidad y lo levantaron en alto.

- Desarmaos. – contraordenó uno de los pequeños seres verdes con una voz ciertamente femenina. – O lo desarmamos.

- ¡¡TÍO!! – volvieron a gritar los niños debatiéndose pro escapar de sus protectores y acudir en ayuda de su tío.

Los cazarrecompensas se miraron entre sí, hasta que Halcón desvió la vista hacia Madre.

- ¿Cuántas probabilidades tenemos de salir victoriosos del combate? – le preguntó.

- De derrotar a estos seres tenemos un 100%. – le contestó la IA. De hacerlo y que el rey Morando siga vivo. Inferiores al 0.001%

- ¡Ni se os ocurra rendiros! – les prohibió Morando. - ¡Salvad a mis sobrinos! ¡Me matarán de todos modos!

- ¡Tirad las armas! – volvió ordenar la que parecía la líder del grupo de criaturas.

Los cazarrecompensas y Varvatos hicieron lo mandado, Aja y su hermano les siguieron depositando lo serratos en el suelo.

Larga vida al general Morando exiliado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora