Capítulo 13: el día antes del mañana.

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En en  la gran boda de Draven, Morando casi muere.

Entonces Zadra e Izita aparecieron, y Madre con los rebeldes llegó.

Vex y los Zerones atacaron, Tronos cumplió su palabra y ayudó.

Gum-Gums, ton-tones y Omens reprogramados, la Guerra por la galaxia una realidad se ha vuelto.

Y el Magmatrón,  se desactivo con el agua.


Las flechas de Draven se precipitaron sobre Morando. Seguramente le hubieran llegado a dar, de no ser porque Madre pareció de la nada y activó sus reactores para lanzarse hacia su general y apartarle de la trayectoria de los proyectiles disparados por Draven, los cuales impactaron sobre soldados amigos y enemigos.

- ¡Maldición! – se quejó Draven antes de desaparecer en el fragor de la batalla.

Mientras los omens que acompañaban al caudillo había sido destruidos por Aja y los demás. Una vez hubo caído el último de los robots la princesa se dirigió hacía su tío, el cual estaba ocupado levantándose con ayuda de Madre.

- ¿Te encuentra bien? – le preguntó Aja.

- Sí, – le confirmó. – pero no lo estaría de no ser por Madre.

- Es mi deber velar por la seguridad de la familia real mi general. – dijo ella.

Una enorme explosión cerca de ellos que levantó mucho humo hizo que se echaran de nuevo al suelo, cuando el humo se disipó se levantaron.

- Deberíamos plantear una retirada. – recomendó Madre.

- Retinarnos, ¿A dónde? – preguntó Aja. – Draven no nos permitirá huir.

- Mi sobrina tiene razón, debemos plantar cara. – sentenció Morando. – Pero tranquila.

>> - Hemos reunido un ejército de la nada, podemos luchar, podemos ganar.

>> - ¡Hay que ir juntos, hacía la victoria! – gritó levantando su serrator rojo bien alto.

El discurso fue inspirador e hicieron que las ideas de Madre de escapar se disiparan. A pesar de las fuerzas que habían reunido no llevaban las de ganar, y lo peor estaba por venir.

Esa mañana nublada el ejercito de Morando había lanzado un tremendo ataque relámpago épico que desarmó a las fuerzas de Draven, y les obligó a plantar cara en condiciones desfavorables.

Sin embargo, tras que el propio Draven huyera se encaramó en lo alto de la montaña que su ejercito usaba como base, y dio una orden de replegada. Sus soldados se echaron hacía atrás.

Todos pensaron que habían ganado la batalla, pero las apariencias engañaban. Los soldados de Draven se reagruparon al pie de la montaña, demostrando que aun eran más de dos mil luchadores.

Morando reorganizó sus tropas, y se puso al frente de ellas para lanzar un ataque total. Pero no fue el fuego de los yaris de los kudabots lo que hizo que el ataque fallara, sino el fuego procedente de unos cañones creados virtualmente por un grupo de omens que Draven había reunido junto a él en lo alto del risco. Eso combinado con el poder de las flechas de Draven provocó tremendas bajas en los rebeldes que hizo que se echaran atrás. Instantes después los kudabots y omens cargaron contra ellos.

Morando estaba perdiendo la batalla, iba a hacer falta un milagro.

- ¡Nos están rechazando! – gritó Vex, el cual interponía sus serrator en modo escudo entre él y dos omens que le disparaban sin tregua.

Larga vida al general Morando exiliado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora