El silencio reinaba en el coche. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
Matt e Isabella se dirigían a la casa que él había alquilado en la pequeña ciudad, en el maletero del coche iban cargadas las cosas de ella que ambos habían cargado al auto. Después de una gran discusión entre ambos, una que Isabella había empezado y Matthew quería terminar, ella accedió a irse a vivir con él. Irse, pensó Isabella, se dejaría custodiar y eventualmente le diría donde se encontraba cuando saliese pero ella no conviviría con él y no jugaría a la familia tampoco.
Matthew se encontraba serio. Sus ambas manos duras en el volante indicaban que se encontraba tenso y su desalineado traje indicaba mucha frustración. Isabella iba mirando por la ventana, con el fin de mantener el menor contacto posible con él. Se sentía derrotada a pesar de que la postura de Matt no era de victoria. Ninguno había ganado la puja con totalidad.
***
La casa, como no, era excesivamente grande para los dos. Isabella rodó los ojos apenas verla, Matt por mucho que se negase definitivamente lo llevaba en la sangre. Tiempo después, desempacando en el que sería su cuarto, agradeció la grandeza. No había necesidad de que se encuentren en aquel mausoleo a no ser claro, que se busquen.
Abrió el gran ventanal que poseía su habitación y suspiró. El aire le chocó en al cara como una extraña sensación e instintivamente, se llevó una mano al vientre. A pesar de haber tenido tiempo para asimilarlo, el hecho de estar lejos de su pasado, no hacía parecer tan real lo que ella fue, lo que vivió y de dónde venía. Pero al verlo, a Matthew, al innegable padre de su bebé, todo se hizo más real para ella, más palpable y también más extraño. Se había creado una burbuja mental y no pensaba demasiado en el estado en el que se encontraba ¿Era un poco negligente? Tal vez ¿Era poco consciente? Demasiado.
Su vida, una vez más, se había puesto patas arriba.
***
Matthew se encontraba en su alcoba, bebiendo un trago. Se sentía demasiado malditamente frustrado. En el momento que él se enteró de que ella cargaba a su hijo, la debería haber secuestrado, puesto en un maldito avión y se la tendría que haber llevado a la otra punta del planeta. Pero sin embargo, acá estaba él. Había negociado un escaso acuerdo que no lo complacía en absoluto. Isabella seguiría haciendo su vida, con normalidad, pero viviendo en la casa que él había alquilado y no en ese cuadrado que llamaba piso. Eso, era lo único que había ganado. Ella especifico que él estaría como mucho una semana al mes y frente al reproche de él, que ella le avisase sus movimientos, ella se negó rotundamente, a tal punto de no aceptar mudarse y Matt no podía perder eso. Aceptó a regañadientes, intentando aparentar desinterés y naturalidad, pero lo único que quería era romper todo.
El único sentimiento bueno que albergaba era el alivio de saber que ese niño era suyo. Hubiera matado al responsable y a él, le hubieran desgarrado la poquísima alma que le quedaba.
Apoyó el vaso sobre la mesita de luz y se deshizo de su camisa. Pensaba bajar a la cocina y prepararse algo para comer. Además entre sus ideas estaba obligar a Isabella a comer un gran plato de comida y esa probablemente seria la ultima puja antes de irse a dormir. El siguiente día sería largo y por la noche, la dejaría y partiría a las sedes centrales de la empresa. Dejaría listas las cosas más importantes y volvería a vivir con ella los meses que quedaban. Él sabía que no era lo pactado pero le importaba una mierda. En menos de cinco meses ambos serían padres y ese lazo los uniría para toda la vida...
***
#MATBELLACapitulo corto, lo sé!
Mañana nueva actualización, perdonen la gran demora.
La historia recién empieza!
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Vivos Deseos (SD #2)
RomanceLibro segundo de la saga Deseos, continuación de Oscuros Deseos #SD2 Isabella afronta una nueva realidad sola, lejos de lo conocido, que pone en perspectiva sus mayores miedos y sus deseos mas ocultos. Mientras tanto, Matthew se sumerge cada vez más...