Tendría un hijo. Eso era lo único que podía pensar mientras estaba sentado en la gran mesa donde se llevaban a cabo negocios importantes en la firma que él había elegido para cubrir su culo. Veía al Señor Jenner mover los labios pero él no estaba recibiendo ni una palabra de lo que decía. Tendría un hijo.No iba a negar que se asustó como la mierda cuando reconoció a la mujer embarazada como Isabella pero, su primer pensamiento, mientras caminaba hacia ella, había sido el hecho que ella estaba embarazada de otro hombre y que había seguido con su vida. Por un momento dudó en acercarte ¿qué mierda le diría? pero por un momento, albergó algo parecido a la esperanza, y lo mejor que podía hacer, era pedirle fechas
Y nunca, en su entera puta vida, le había vuelto el alma al cuerpo , si es que tenía una, cuando la reacción de ella le dijo todo lo que necesitaba y deseaba saber: ella cargaba a su hijo. Dentro de él, de la oscura persona en la que se había convertido completamente, algo prendió luz momentáneamente.
Tendría un hijo. Apretó la lapicera que tenía en su mano izquierda. Ahora estaba lleno de ira y enojo hacia ella ¿Pensaba ocultarle a su hijo? y por lo poco que vió donde vivía ¿Esa vida le daría a su hijo? ¿Se estaría cuidando adecuadamente? ¿Tendría dinero suficiente para permitirse un medico de verdad? Conociéndola, no y él necesitaba urgentemente salir de allí inmediatamente
***
Mientras el agua caía por su cuerpo, Matthew tenía las manos apoyada en la pared de la bañera. Suspiró. El día había empezado y terminado sin amoldarse a lo planeado y eso, lo hacía sentir demasiado derrotado. Momentos antes se había comunicado con su abogado personal para comentarle la situación y mantenerlo al tanto. Isabella, por su puesto, no se había comunicado. Su abogado rio frente a las expresas dudas que Matthew le confió, le había dicho algo así como que la señorita Isabella había allanado el camino de la custodia, definitivamente se la darían a él. Sus pocos recursos combinados con el hecho de que le había ocultado al bebé, serían todo lo que necesitaban y Matt se consoló con el hecho de que había ganado de antemano ¿Su familia lo sabría? ¿Serían ellos más dignos de tal noticia más que el padre? La sola idea lo enfurecía como la mierda
Tuvo que salir de la ducha cuando escuchó el constante golpeteo en la puerta. No tenía ganas de ver a absolutamente nadie y quien fuera la persona que lo molestaba, más le valía tener un buena maldita excusa. Había dejado expresamente claro que lo debían dejar solo.
Tomó la toalla y la envolvió en su cintura. Y caminó a la puerta, pero no tuvo tiempo de asimilar lo que sucedía porque una Isabella completamente alterada y mojada entraba en la habitación
— Tu maldito cabrón — Lo empujó e ingresó a la habitación, en la cual empezó a dar vueltas mientras soltaba una sarta de palabras y maldiciones — Te piensas que puedes aparecer en mi vida y amenazar con arrebatarme a mi hijo? El cual todavía no nació? No! No es tuyo, es mio nada más. No tienes malditos derechos con el. ES MI BEBÉ. Y para tu información, TODAVÍA ESTÁ DENTRO MÍO. Me iré y no me podrás encontrar, maldito. Y si tengo que hacerlo, te llevaré a juicio y diré como me amenazaste y mentiré tanto, que se apiadarán de mi y me lo quedaré. ES MIO. No tiene padre y si lo tuviera, yo lo elijaría — Isabella se detuvo un momento cuando notó que estaba agitada y le costaba un poco respirar. Por mucho que necesitaba seguir diciéndole todo lo que tenía dentro, sabía que seguramente eso no era bueno para el bebé. Localizó un sillón en la esquina de la habitación y se obligó a sentarse. La cama hubiera sido la opción más rápida pero ella se negaba a sentarse allí. Una vez que se sentó, tiró la cabeza para atrás e intentó respirar mejor.
A todo esto, Matthew seguía en silencio, no le había levantado nunca la mirada y mientras que ella hacia todo ese alboroto, solo había pensado una cosa: no se estaba malditamente cuidando. Estaba casi seguro que eso no era bueno para ella ni para el bebé. Ella seguía con los ojos cerrados, intentando regular su respiración.
— Estas mojada
Isabella rio — ¿Eso es todo lo que tienes para responder después de todo lo que acabo de decir?
— Y temblando — Añadió Matt. Mientras ella seguía con los ojos cerrados, el empezó a cambiarse mientras la ira empezaba a crecer en él. Intentó apiadarse de ella y le llenó un vaso con agua y se lo tendió — Mirame
Ella abrió los ojos y por primera vez desde que había ingresado, lo miró. El se alzaba en altura e impotencia y ella parecía un cachorrito asustado, mojado y miedoso. Aceptó el vaso e intentó concentrarse en tomar agua. Matthew se alejó y se sentó en la cama, él también intentaba tranquilizarse. estaba seguro que en cualquier momento la zamarrearía y rompería algo
— Mirate un segundo. Estas tiritando de frío, acabas de entrar en una habitación ajena sin permiso y tuviste un arranque de histeria con todas las letras — intentó parecer sereno y tranquilo pero sus palabras eran letales — eso nos deja claro dos cosas: no estas cuidándote, por ende no cuidas al bebé y no eres muy consciente. En el estrado, te destrozaría, por no recalcar el hecho de que no tiene como mantener un niño
— Me las arreglaré
— Uno no cuida exitosamente a un niño cuando se las tiene que arreglar para conseguirle medicamentos cuando esta enfermo, para alimentarlo y vestirlo
— Tampoco uno es padre cuando solo se encarga de esas cosas. Mirate.
— Touché — El se levantó de la cama y se acercó a ella — pero, igualmente, llevo las de ganar
Isabella lo fulminó con la mirada — Vete a la mierda — Isabella se levantó de la cama, con dirección a la puerta pero él la tomó de brazo, antes de que pudiera siquiera tocar la puerta. El contactó la perturbó por un momento y él, no parecía ni afectado. Negó con la cabeza.
— Lo que harás a continuación será sacarte ese vestido mojado — el desvió involuntariamente su mirada a sus piernas y a como la ropa se le pegaba — te tomarás un ducha caliente y te abrigarás. Luego, comeremos como dos personas civilizadas y veremos qué es lo que vamos a hacer de ahora en adelante
Isabella se soltó de su agarre — No, te diré lo que haremos. Yo me iré y tu nunca, pero nunca te acercarás a mi bebé. Seguirás tu vida como si nunca hubiesemos existido — Isabella tomó el pomo de la puerta y la abrió
— Te juro, Isabella, que como salgas por esa puerta nada sera amistoso entre nosotros. Te perseguiré con un ejército de abogados, te dejaré sin un centavo y me quedaré con el niño. Decide. Cualquiera de las dos opciones, estará bien para mi
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CAPITULO DOBLE
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#MATBELLA
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Vivos Deseos (SD #2)
RomanceLibro segundo de la saga Deseos, continuación de Oscuros Deseos #SD2 Isabella afronta una nueva realidad sola, lejos de lo conocido, que pone en perspectiva sus mayores miedos y sus deseos mas ocultos. Mientras tanto, Matthew se sumerge cada vez más...