Matthew sabía que algo dentro de el simplemente no se sentía bien. La impotencia le recorría las venas mientras miraba como el frágil cuerpo de Isabella tenía pequeños espasmos mientras devolvía todo lo que había ingerido tiempo antes.
— Cada cuanto, Isabella? — Sus espasmos ya habían cesado pero todavía se encontraba arrodillada frente al retrete, con su cabeza apoyada en la tapa cerrada. Ella levantó la vista y lo miró. El estaba parado, apoyado contra la pared, con las manos en sus bolsillos. Su postura podía indicar quietud pero su mirada destilaba ira. Matt le mantenía la mirada exigiendo una respuesta.
Isabella no tenía ni fuerzas ni ganas de contestarle. Se incorporó lentamente y prendió la ducha. La mirada de Matt seguía todos sus movimientos y la pregunta todavía flotaba en el aire, pero él no se la recordó, no era así. Ella le dio al espalda, se sacó el pantaloncito y el sujetador y todavía dándole la espalda y en bragas, ingresó a la ducha. Todo bajo su atenta mirada. A pesar de no ser una provocación directa, esperaba que él la tomase así.
Cuando el agua tocó su cuerpo, se sintió malditamente mejor. Dentro, se sacó las bragas y se duchó completa. El ambiente se había vuelto indudablemente intimo entre ellos y eso no sabía como la hacia sentir. A pesar de no querer admitirlo, en un momento tan horrible como eran las nauseas que sufría, él había sido de mucha ayuda para transitarlas de la mejor manera posible. Sabía que una vez que saliera, le pediría explicaciones e iniciarían una nueva disputa.
Matthew todavía tenía ganas de golpear algo, pero intentaba serenarse. El hecho de que ella le ocultaba cosas que debería saber lo enfurecía de pies a cabeza. Y había contado hasta diez, y con la voz más amigable que podía encontrar en ese momento, le había preguntado cada cuanto tenía estos episodios y qué había hecho ella? Ignorarlo y desnudarse, como si se hubiese olvidado que había debajo. Si no hubiera estado tan malditamente furioso, el ambiente se hubiese calentado y él debería haberse ido de allí sin ninguna explicación, tal vez eso era lo que pretendía Isabella con ese numerito pero no, no lo iba a controlar de esa manera.
Isabella salió envuelta en una toalla, otra se posaba sobre su cabeza sujetando su cabello. Él seguía ahí, parado, en dónde lo había dejado. Tenía la intención de caminar hacia su habitación e ignorarlo, pero justo cuando se vio triunfante, él la sujetó del brazo ejerciendo una fuerza controlada y la fulminó con la mirada. Ella sabía lo que le costaba mantener una expresión pacifica, de superioridad, cuando por dentro ardía de ira.
— Isabella... — demandó su nombre. Esperaba una respuesta.
— Qué? — Matt respiró hondo
— Cada cuánto? — Cuando ella hizo ademán de seguir, él la aferró más fuerte — Merezco saber
— No, no mereces saber — Él la reprimió con la mirada
— Es mi hijo
— Sí, tu hijo pero como transite el embarazo no es de tu incumbencia — que ella admitiese por primera vez que era su hijo también le produjo un fuego por todo el cuerpo, que no se dio tiempo a deleitar
— Si, lo es — fue tajante. Él la saltó y la siguió a su habitación. Cuando ella entró, el se quedó apoyado en la puerta abierta.
— Isabella... — él volvió a exigir por segunda vez pero, esta vez, estaba cargado de necesidad. Él quería saber, a pesar de la ira del momento porque ella le ocultase todo lo relacionado al embarazo.
— Vete, o soltaré la toalla — Matt levantó una ceja a la expresión desafiante de ella.
— No estoy para juegos — Se acercó lentamente, como quién se acerca a su presa y la sujetó suavemente por los brazos. Ella suspiró, odiaba el momento intimo que se estaba generando, y quería que termine. No lo miró.
— Algunas veces por semana, es normal — le sujeto la barbilla y la obligó a mirarlo.
— Por qué nunca me llamaste?
— No quería y algunas veces, no estas — Y era verdad. Se odio por completo. Mientras ella sufría por cargar a su hijo, él no estaba. Pero se le había hecho malditamente dificil tenerla tan cerca aunque no le gustase admitirlo y por eso, se quedaba hasta tarde con trabajo o en la empresa.
—Ahora, vete — Isabella se soltó de sus manos y se alejó buscando ropa. El momento la había dejado extremadamente más vulnerable de lo que ya estaba. Él asintió varias veces mientras se dirigía a la puerta y antes de cerrar, le dijo:
— Quiero cuidar de ustedes Isabella, no me apartes más
***
HOLA HERMOSOS SEGUIDORES DE MI HISTORIA!
Lamento haber tardado tanto tiempo en actualizar, empecé esta historia haces dos años y en un determinado momento de mi vida. Hoy, soy otra persona, y el camino por el que quería seguir esta historia, cambió conmigo y no sabía ni tenía ganas de enfrentarme y escribir. A parte, no tenía intención de darle una segunda parte a Oscuros Deseos pero todo simplemente surgió.. Y no era solo sentarme a escribir, porque a pesar de que tengo que darle una revisada porque hechos no concuerdan (jaja) me gusta que tengan una linda lectura, con una buena descripción de sentimientos y acciones y de dialogos, por que es asi como me gustan las historias a mi. Fueron bastante las veces en estos dos capitulos que escribi y borre porque no quería que sea el transcurso que siga la historia ni los sentimientos que tengan los personajes, asique entiendanme y no desesperen!! Espero que antes de que termine el año, tenga esta historia finalizada. Gracias por seguirla, significa mucho para mi !!
Lamento a todas haberles dejado tanto tiempo sin #MATTBELLA. Dejen sus comentarios siempre, a pesar de que muchos no contesto, LOS LEO TODOS y me encanta saber que se leen la hsitoria de un tirón o lo que opinan de la dinamica entre mis personajes
Muchos besos y abrazos
AAA Y VOTEN MI HISTORIA❤️❤️
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Vivos Deseos (SD #2)
RomanceLibro segundo de la saga Deseos, continuación de Oscuros Deseos #SD2 Isabella afronta una nueva realidad sola, lejos de lo conocido, que pone en perspectiva sus mayores miedos y sus deseos mas ocultos. Mientras tanto, Matthew se sumerge cada vez más...