Capítulo 12: Libre... seré libre

438 17 0
                                    

No te diré que no entendía lo que pasaba, que tenía miedo y esperaba a que alguien me rescate. No pensaba jugar el papel de damisela como una tonta inocente de "por favor, no me lastimes". Nadie intentó ayudarme, nadie me dijo nada y eso es porque ellas estaban en el mismo hoyo, no intentan salvar a alguien porque no pueden salvarse a sí mismas. 

Levanté la cabeza, sacudí el polvo que cubría mi vestido negro, arreglé mi cabello y joder quería echarme a llorar. Tampoco iba a engañarte haciéndome la diva, la potra y digna siempre. No, quería llorar y escapar pero de impotencia, de rabia, toda enojada.

Caminé hasta el sillón negro ignorando sus miradas con el ceño fruncido, no sé si era porque estaba caminando como un ganso, no mejor un pavo, sí un pavo real cuando debería estar pidiendo por ayuda como cualquier persona normal. Me senté a su lado y de forma casi automática, le eche un vistazo al lugar. 

Espejos, luces, maquillaje, vestuarios y música suave. Como es obvio, me encargué de analizar cada rincón, el techo y me di con la sorpresa de que aquí no habían cámaras. Eso es un punto a mi favor.

- ¿Quién eres? ¿Le debes algo? - Preguntó una chica que salió, imagino que del baño. 

Tenía demasiado labial y muchos kilos de maquillaje tapando sus rasgos juveniles. Pero esa mirada era dura, fría y desconfiada. Es increíble lo que la vida puede hacernos, en un momento fuimos inocentes y en otro insensibles.

- Sí, le debo demasiado. - Solo pude decir eso, la seguridad aún estaba en mi voz pero por dentro buscaba salidas. Su mirada me indicó que no me había presentado. - Soy Kate, y tú eres...

No me importaba pero, ya saben, las formalidades.

- Clarisa. ¿Ese es tu nombre real?

Idiota.

Tarde me di cuenta que todas ellas tenían nombres falsos. Por dios, Kate esto era un prostíbulo o algo peor, como la trata de personas. Pero como era buena escapando, solo pude negar con la cabeza, a este paso parecía un conejito indefenso.

- Imaginé que no todas dan su verdadero nombre, ya sabes por protección.

Eso estuvo cerca.

- Sí, que inteligente. - Asintió. Era culpa de las chicas, tanto tiempo con ellas contagia. - Deberías cambiarte, ya casi empieza la función.

- Así estoy bien.

- Dudo mucho que tu atuendo les guste, esto no es un convento. - Eso último fue con ironía, sacó un vestido rojo, uno de espalda descubierta hasta la zona lumbar y escote atrevido. 

Ay no.

Madre hermosa, haz que el diseñador de esta cosa pague, por favor.

- No me voy a poner eso.

- Entonces púdrete aquí y no grites si te dan una paliza.

Me tiró el vestido rojo antes de irse a retocar el maquillaje como las demás chicas. No pienso usar ropa atrevida, no entiendo la necesidad de mostrar los pechos o resaltar el trasero. ¿Para qué? Para que los hombres en este lugar miren, supongo, exhibiéndonos como si fuéramos objetos. Llámenme anticuada, infiel, traidora pero jamas me puse estos modelitos.

- Es mejor que cooperes, el jefe puede ser muy agresivo y Kate, por si no lo sabes, tienes más posibilidades de salir de aquí que cualquiera de nosotras. - Me quedé mirándole sin entender. Era nueva, no iba a salir sin un plan. ¿Sabían que estaba tramando algo? - Eres bellísima, me sorprende que el jefe no te haya lastimado...

- O tal vez tiene otros planes para ella.. - Una rubia muy bonita se sentó a mi lado, no pude evitar mirar sus grandes pechos que trataban de escapar de su pequeño escote.

Mientras seguía hablando, no ignoré que su mano estaba avanzando de mi pierna hasta mi ombligo. Tragué grueso, sostuve su mano con fuerza y me alejé al lado opuesto. No soy lesbiana y no tengo nada contra ellas, pero eso no estuvo bien. 

- Esa actitud no te ayudará aquí, pequeña. 

- ¡Las quiero en la pista, ahora! - Gritó, Stan. - Te conviene salir, bonita.

¿Esta era la única solución? ¿Podía romper mis reglas, o tal vez fingir una enfermedad? 

- Es solo una prenda, mojigata. - Se burló, Clarisa. - Hazlo o te arrepentirás, la última vez que alguien se negó, acabó en el cuarto oscuro, no la volvimos a ver.

Sabía que no hacía este drama solo por la ropa, era la incertidumbre de no saber lo que pasaría en la pista, las cosas que podrían pasar, no sabía que pasaría conmigo y eso era desesperante.

Soy una chica fuerte, soy valiente, soy Kate. Libre... seré libre, después de conocer la salida.

- Lo haré.





TÓXICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora