IV

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Oficina de Taylor día miércoles 11 a.m:

Taylor trabajaba como corredor de bolsa, si bien la gente creía que era pan comido, pues no, no lo era y ella podía reafirmar que llegar a ese punto en su carrera, le había costado ya que para una mujer nunca era fácil ascender de puesto. Pero ella era inteligente y sabía mover sus cartas, por eso ahora ella tenía su propia oficina.

-Soy tu amiga desde hace diez años ¿Y así me lo pagas?- Lauren siempre encontraba como acabar con la paz de Taylor.

-No sé de qué hablas y no quiero saber- Taylor mantuvo su vista sobre su ordenador.

-Tienes lo que querías y no me lo dijiste- Lauren estaba ofendida -¿Por qué?-

Taylor dejo de hacer su trabajo -No entiendo la necesidad de...- Algo cruzó por la mente de la rubia, una sonrisa se formó en su rostro -Jauregui, he ganado la apuesta-

-¿Que? Claro que no- La ojiverde se negaba a creerle.

Taylo se puso de pie y camino hasta donde Lauren se encontraba -Dame tus manos.

-NO- Lauren retrocedió.

-Dame tus manos- Taylor extendió las suyas con las palmas hacia arriba.

Lauren rodó los ojos y termino dándole las manos.

-Así me gusta- Taylor apretó las manos de su amiga y tomo una gran bocanada de aire -Yo he ganado la apuesta, la joven mesera me ha hecho el favor de ser mi novia falsa- La rubia dijo aquello con una tremenda sonrisa en el rostro.

Lauren se soltó de agarre -No sé cómo demonios lo haces, no sé si tienes pacto con el diablo- La ojiverde estaba tratando de no gritar.

Taylor comenzó a reír -Así que por favor ve a traerme un café americano combinado con café de vainilla-

La más chica iba a renegar, pero si de algo estaba segura era que Lauren Jauregui cumplía su palabra y en ese momento era lo que haría -Enseguida-

Lauren salió de la oficina, Taylor regreso a su asiento para continuar con su trabajo y mientras eso sucedía, en el otro extremo de la ciudad una joven castaña tenía problemas para continuar con su mañana...

Trabajo de Karlie 11:15 a.m:

Karlie iba con una hora de retraso a su trabajo, la castaña sabía que eso le costaría gran parte de su sueldo.

-Lo siento, en serio ya llegué- La chica corría apresurada entre la gente que se encontraba en el establecimiento, camino hasta adentrarse en la cocina.

-Sabemos que ya llegaste, no grites- Uno de sus compañeros de mofó -Solo ve y di que llegaste tarde allá en China, creo que no te escucharon-

-Eres un idiota Joshua ¿Por qué no vas y sacas la basura? Quizás el del camión finalmente quiera llevarte con el- Una chica más alta que el salió en defensa de Karlie -Y tu Kloss, es la última vez que llegas tarde-

-Si su señoría Turner- Respondió Karlie sin dejar de mirar a Joshua que salía por la puerta de atrás.

-¿Ya se fue?- Pregunto la otra chica y Karlie asintió -Ok, Karlie tienes ya mucho retardos acumulados y tienes suerte de que sea tu amiga y tu jefa, pero si un día ese bocón habla con mis superiores, me van a patear el trasero a mi-

Karlie bajo la mirada -Lo sé Sophie, pero realmente no puedo con tanto, más encima la distancia que debo recorrer-

-Lo sé, lo sé y sabes que yo digo que deberías vender esa vieja casa y venir más hacia el centro- Sophie tenía tiempo insistiendo con eso -Tus padres te la dejaron para eso-

-Es lo único que me queda de ellos- Karlie no podía desprenderse de ella tan fácil -Bueno la casa y ese gordo y viejo perro, que hoy se comió mi último buen par de zapatos- La castaña amaba a ese perro, era su única compañía.

-Ven a vivir con Joe y conmigo, tenemos mucho espacio- Sophie no se rendía -Vende la casa y paga la escuela-

-Ya viene Joshua- Murmuró Karlie, evadiendo las sugerencias de su amiga.

Para pronto Sophie se transformó en la jefa mala -Y que sea la última vez que llevas tarde, esto será descontado de tu salario- Doña mentiras a todo lo que daba.

-Si jefa- Karlie bajo la mirada y salió de la cocina, nadie ahí sabía que ella conocía a Sophie desde niñas, nadie ahí sabía que ella realmente nunca era reprendida por llegar tarde...

Para la hora del cierre, Karlie se quedo a esperar a que Sophie dejará bien asegurado todo como se suponen que debía ser, ella se balanceaba sobre sus pies, porque aparte sabía que Sophie era la única capaz de llevarla de vuelta a su casa.

-Has estado muy trabajadora hoy ¿Hay algo nuevo que contar?- Y Sophie no lo iba a pasar por alto, ella conocía a Karlie.

La castaña ladeó su cabeza -¿Nuevo de que? No hay nada-

Sophie termino de cerrar el establecimiento y se giró para ver a la chica -Oh venga ¿No me vas a decir?- Ella conocía a Karlie como la palma de su mano.

-Conocí a alguien- Dijo sin más que rodeos -Pero no sé cómo tomar la situación, porque me favorece mucho, pero sigo creyendo que es mala idea-

Sophie comenzó a caminar -Okay te escucho-

Durante el camino a casa, Karlie le contó las cosas tal cual eran.

-Entonces úsala a tu favor, no vas a perder nada, solo aclararle que no habrá contacto más íntimo que el de un agarrón de manos y uno que otro beso en la mejilla- Sophie no tenía mejor consejo que aquel -Así te evitas salir herida-...

Una hora había pasado desde que Sophie la dejo en su casa, Karlie se encontraba sentada en el comedor, mientras cenaba un simple tazón de cereal, su viejo perro Toby, le hacía compañía.

-Solo somos tu y yo, pequeño costal de arrugas- El viejo Bulldog solo ladeó su cabeza -Nos parecemos en algo- Ella continuo cenando, su vida era simple, pero muy exigente, ella debía cargar con todos los gastos de la casa, extrañaba a sus padres, extrañaba las noches donde ella se colaba en la habitación de ellos dormida en medio de ambos.

Antes de que ella pudiera llorar, su teléfono comenzó a sonar, dejando ver el nombre "Taylor Swift" en la pantalla, antes de contestar miró a su alrededor y de pronto aquella jugarreta, ya no le parecía tan mala idea.

-¿Karlie?- La voz de Taylor se escuchó al otro lado.

-La misma- En definitiva a la castaña, ya no le parecía en lo más mínimo una mala idea.

*Hello:

Espero que les guste esta historia, estoy algo oxidada, así que paciencia, esto se pondrá bueno.

Bad IdeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora