Algún lugar en New York 3:30 p.m:
Sus ojos se movían con desgano, estaban tratando de identificar el lugar donde se encontraba. Después de un rato se rindió, así que decidió dejar que su cuerpo de aferrara al calor de las cobijas o eso pretendía hasta que no escucho un ronquido.
-Oh dios- Sus manos fueron directo a su boca y su cuerpo se giró buscando al dueño de aquel ruido, removió las condiciones cobijas hasta que encontró un cuerpo desnudo a su lado -Ay no... Karlie- Murmuró.
Si, la persona entrando en pánico era nada más y menos que Taylor Swift.
Sus ojos volvieron a cerrarse con fuerza, deseando que al abrirlos todo fuera un sueño, pero no lo era, de ella sentía como las sábanas tocaban su piel desnuda, una sensación bastante placentera aún en ese momento tan incómodo.
Tan pronto como salió de su trance se puso de pie y comenzó a buscar su ropa, la cual aparentemente se encontraba regada por toda la habitación. -Ay dios pero ¿Que pasó aquí?- Tan rápido como se vestía, trataba de recordar, pero su cerebro no le ayudaba.
Termino de ponerse sus zapatos y busco su bolso, pero al menos dentro de la habitación no se encontraba.
Miro a Karlie, la chica seguía durmiendo y Taylor sintió ternura y culpa al ve como era que su rostro reflejaba tranquilidad y sobre todo, le parecía adorable verla dormir abrazada a la almohada, pero un golpe de realidad le llegó y en ese mentó ya se estaba dando una idea de lo que había sucedido y realmente no quería encontrar algo que le reafirmara que en efecto si había sucedido.
Salió por la puerta y busco rastros que dijeran donde estaba su bolso, pero todo era ropa de Karlie tirada por el pasillo.
-Ay dios- La rubia se estaba dando una tremenda reprimenda mental, pero se olvidó de ello cuando escuchó el timbre de su celular, entonces se percató de que seguía dentro de la habitación -Mierda- Camino lo más rápido que pudo, pero al entrar se encontró con una Karlie somnolienta.
-Hey Tay- La voz de la más chica aún sonaba torpe, sus ojos permanecían aún cerrados, pero de todo aquello ese no era el problema para Taylor.
Karlie se había sentado en la cama y al hacerlo, todas las cobijas cayeron dejando ver sus pequeños y perfectos pechos o al menos eso estaba pensando Taylor.
-Olvide mi teléfono- Taylor no pudo decir otra cosa que esa.
Karlie se volvió a desplomar sobre la cama y sin abrir sus ojos -Ah creo que está abajo, anoche algo cayó al suelo- Sus manos volvieron a tirar de las cobijas para cubrir su desnudo pecho.
Taylor no dijo nada y solo se puso a buscar su teléfono debajo de la cama... Bingo ahí estaba.
-Creo que tú bolsa está en la cocina- Eso se sintió como si Karlie le hubiese leído la mente -Las llaves de tu auto se quedaron pegadas-
Taylor se puso de pie -Gracias- Sacudió sus manos y se acercó a Karlie -Nos vemos pronto-
Y en ese momento quiso morir, algo en ella le hizo darle un fugaz beso en los labios a la aún adormilada chica. No espero respuesta, simplemente camino rápido fuera de la habitación, llegó a la cocina y busco su bolso, no sin antes darle algo de comida al perro viejo que estaba recostado en un viejo tapete.
-Swift este no es tu perro, sal de aquí ya- Se dijo a si misma, pero sentía como si algo la anclara a aquel lugar. -¿Que mierda hice?-.
Salió de aquel lugar, para al final darse cuenta que se encontraba en casa de Karlie, subió a su auto y se quedó ahí por un rato.
-¿Que he hecho?-
Su teléfono no paraba de sonar.
-¡¿Que quieren?!- Finalmente terminó pegando el grito de su vida, tomo el teléfono y finalmente respondió -Lauren no estoy de humor, no sé qué demonios hice anoche-
Todo habría estado excelente para ella, pero entonces escucho la risa de Lauren al otro lado.
Lauren dejo de reír -Hey rubia, solo revisa nuestra conversación de anoche- La ojiverde no dijo nada más, así que colgó la llamada.
Taylor decidió ignorar eso y decidió arrancar su auto, entre más lejos de ahí, quizás más rápido bajaría su dolor de cabeza...
Casa de Karlie 5:15 p.m:
Karlie finalmente estaba despertando, sentía como si un camión le hubiese pasado por encima, pero poco le importó cuando un pequeño recuerdo cruzó por su cabeza.
-Por dios- Karlie soltó un pequeño gritillo -La mejor noche de mi vida-
Sin esperar más, se puso de pie y cuando lo hizo, pudo reafirmar que en efecto su cuerpo dolía, pero dolía en la mejor forma posible.
Camino directo al espejo frente a su cama, ella necesitaba comprobar algo. -Ahí están- Sus ojos verdes se habían encontrado en el reflejo de su piel, pequeñas marcas por todo su cuerpo.
A diferencia de Taylor, ella recordaba parte de la noche/mañana que pasaron juntas, podía recordar cómo la ojiazul la besaba y decía "No soy lesbiana, no lo soy".
Karlie pasó sus dedos sobre una parte en específico de su cuerpo -Demonios-
Durante la noche, escucho a Taylor decir que le dejaría una marca con la forma de su inicial y no le creyó, pero en ese momento la estaba mirando cerca de su ombligo, una pequeña y perfecta "T"...
-¿Quién te atropelló?-
La voz de Sophie hizo que Karlie pegará un salto -¡Sal de aquí!-
-No, aquí huele a sexo salvaje y yo quiero saber- La rubia no iba a perder oportunidad de molestar a su amiga -Además me gusta tu nuevo look-
-¿Cómo entraste?- Karlie bufó -¿Quieres salir de aquí? Me incomodas-
Sophie salió de la habitación -¡Y te aviso que tu perro dejo un pastel gigante en las escaleras!-
-Lo que me faltaba- Espero la ojiverde tomando ropa que tuviera a su alcance...
Minutos después Karlie bajo las escaleras para poder hablar con su amiga, amiga que ya se encontraba sentada en un sofá mientras bebía café.
-¿Me dirás qué ha sucedido?- La chica alzó sus cejas sugestivamente.
Y entonces Karlie hablo -Perdí mi virginidad con Taylor Swift-...