Después de una larga vista por la ciudad de Perth ofrecida por mis mellizos preferidos, llegamos a casa y por lo menos a mi me dolían los pies una barbaridad , entre en mi cuarto y mis zapatos salieron disparados de mis pies a la alfombra, mientras que mi cuerpo se dejaba caer lentamente en la cama y de un plof me quede tumbada.
Mis parpados querían todo el rato cerrarse, pero yo me resistía para no quedarme dormida, que al parecer lo más productivo que había hecho desde que llegue a Australia fue dormir, pero las ganas de dormir se apoderaron de mí y me dormí en un profundo sueño.
Al cabo de un rato me desperté y escuche un ritmo que me resultaba familiar, pero yo la había escuchado en un instrumento de cuerda no en uno de percusión. Me levante de la cama y me peine con los dedos unos mechones rebeldes que caían por mi cara, me mire en el espejo del baño y vi que el maquillaje seguía intacto, que buen ojo tenía mi padre Fred para los cosméticos , no como Will que una vez me compro una mascarilla de café comestible, que tonto, la primera regla para comprar cosméticos es no comprarlos comestibles.
Bueno estoy segura que esa mascarilla no era tan terrible como la de caca de murciélago que utiliza mi madre, no se de que la sirve porque siempre va con la misma cara de bruja, yo creo que nació con ella y en ved de llorar ella al nacer lloro mi abuela.
Salí de mi cuarto y entre en el de Erik que era de donde procedía el sonido, Erik estaba tocando la batería metido en su mundo, yo me senté en su cama y me le quede mirando, cuando se percato de mi presencia se puso nervioso y se le cayó una baqueta al suelo.
Me levante de la cama y se la alcance, el me sonrió y continuo, me dio tiempo a ver que en su cuarto aparte de la guitarra y la batería también tenía un piano, me acerque al piano y me senté en la butaca, pensé en que canción tocar y me decide por tocar another day of sun del musical la la land.
Al verme tocar Erik paro de tocar en la batería y se puso a mi lado para ver más cerca como tocaba, desde pequeña me ha encantado tocar el piano y mi padre Fred es un genio tocándolo así que él me enseño todo lo que se a día de hoy de piano. De vez en cuando dejaba de ver las teclas del piano y veía que Erik me miraba sonriente mientras yo tocaba el piano.
- Wow Sophie, ¿hay algo que se te de mal?-pregunto asombrado.
- No sé de qué te sorprendes rubiales –dije y le giñe un ojo.
- De verdad que eres impresionante eres un genio de las ciencias, sabes hacer karate, tocar el piano y...
- También soy campeona de gimnasia rítmica bueno lo fui durante 3 años.
- Y lo que más me gusta de ti es que eres muy segura siempre confías en ti misma-dijo sincero.
- Bueno todo se lo debo a mis 2 padres, Will es un respetado doctor y mi padre Fred es abogado, pero siempre me han apuntado a clases extraescolares, Fred me metió en karate porque decía que una chica tenía que saber defenderse y me enseño a tocar el piano porque si hubiese podido escoger le habría gustado ser pianista profesional, mientras que Will cuando era joven era animador en su universidad por eso yo soy animadora, gracias a él me apasionan las ciencias y...la gimnasia rítmica en verdad fue cosa de mi madre porque ella de pequeña le encantaba ir a gimnasia rítmica. Creo que es lo único bueno que he sacado de ella.
- Ya veo que una vida normal normal que se diga no has tenido.
- Claro que no pero me gusta ser peculiar, la gente normal es muy aburrida, como tu –dije de forma divertida.
- Ja Ja Ja, que graciosa –dijo con sarcasmo.
- Lo se me lo dicen mucho –note que Erik se reía pero muy poco ¿le pasaría algo?-¿ Te pasa algo Erik?
- No nada.
- Muchacho que sepas que yo no me chupo el dedo ¿Qué te ocurre?
- Nada déjalo –dijo y se sentó en la cama, yo no pensaba dejarlo, me senté a su lado y clave mi mirada en la suya –vale tu ganas...Lidia no me habla desde que se fue el día de la barbacoa, debí de acompañarla a la puerta, pero no lo hice me quede jugando en el agua tranquilamente-dijo y hundió la cabeza en sus manos.
- No tendría que haber preguntado-dije entre dientes- pues Erik lo siento mucho pero no te puedo ayudar, esto es asunto tuyo –dije y me levante de la cama el levanto la cabeza y me miro apenado.
- Ya lo sé...bueno pensé que tendrías algún consejo.
- ¿quieres un consejo? Qué te parece ir a su casa y hablar con ella en persona y no por un dichoso móvil.
- Tienes razón...debería ir a por ella.
- Claro que la tengo yo siempre la tengo.
- Pero...no sé si me atrevo su padre me da miedo.
- Deja de comportarte como un niño por una vez Erik- aquí venia la pregunta que no tenía muchas ganas de preguntar pero tenía que hacerlo - ¿quieres a Lidia de verdad?
- La...la quiero- sentí una punzada en mi corazón ¿ pero por qué? Tal vez porque Erik Xavier comenzaba a gustarme y yo no quería admitirlo.
- Ve, ve con ella Erik –dije y me dirigí a la puerta para marcharme.
- Sophie –dijo Erik, yo me gire y le mire.
- Dime
- Antes de irte puedes hacer algo por mí.
- Puff, mira que eres pesado chico, ¿Qué quieres?-cogió aire y estiro sus brazos
- ¿me das un abrazo?-dijo con una pequeña pero sincera sonrisa.
- Vale –dije y rompí la distancia que nos separaba, alce mis brazos para abrazarle y los dos nos fundimos en abrazo.
Aquel abrazo fue la clave para que comprendiese que Erik Xavier me gustaba y no podía evitarlo, yo pensaba que el abrazo solo respondió mi duda pero, tiempo después me daría cuenta que también había despejada la cabeza de Erik y su corazón. Ese abrazo fuer el primero de esta historia de amor odio.
ESTÁS LEYENDO
Mi amor de intercambio(Cooper#1)
Teen FictionSophie es una chica Irlandesa de 17 años , que vive con sus 2 padres en el centro de Dublín. La relación que mantiene con su madre es mediocre. En su último año de instituto sus padres deciden mandarla de intercambio a Australia . La idea no le conv...