Maddy y yo, volvimos a entrar en mi casa y todos se nos quedaron mirando. Fred se acercó a mí y me tocó el brazo delicadamente.
- ¿Cómo estás? – me preguntó y pude ver el arrepentimiento en su mirada – lo siento.
- No pasa nada – dije y le sonreí.
Erik me miraba desde su asiento expectante, me acerqué a él y le cogí por el brazo, le levanté de la silla y le conduje a mi cuarto. Una vez dentro le solté y cerré la puerta.
Me senté en mi cama y me pasé las manos por mi cabellera pelirroja, Erik se sentó a mi lado y colocó su mano en mi espalda y comenzó a acariciarme.
- Sophie –dijo y respiró hondo – Quiero que sepas que estudiar en Columbia, siempre había sido mi sueño pero eso era antes de conocerte a ti – me giré bruscamente y el apartó su mano de mi espalada sobresaltado.
- Erik, no te voy a permitir que seas un infeliz por mi culpa –le dije furiosa – Tienes que ir a Nueva York.
- No.
- ¿Cómo que no? –le pregunté un poco desesperada, ya que toda esta situación del ¿te vas o te quedas? Me estaba consumiendo.
- Te quiero, Sophie – dijo y me recogió el rostro con sus manos – Y ahora tu eres mi sueño, eres la chica de la que estoy profundamente enamorado y no pienso abandonarte – al oír aquello mis ojos comenzaron a empañárseme –Te quiero- dijo y me besó.
Mientras me besaba, no pude contener las lagrimas y estas empezaron a salir por mis ojos y recorrerme todo el rostro. Pero esto no pareció importarle a Erik, porque siguió besándome.
Erik era todo lo que siempre había querido. Y aquel beso me hizo darme cuenta ,por muy cursi que suene, que era un beso de amor verdadero. Ese tipo de besos que haría que la princesa despertase.
Me aparté lentamente de Erik y me limpié las lágrimas con la manga de mi jersey. Me quedé contemplando los ojos de Erik, su boca, sus pecas alrededor de la nariz y ese lunar tan mono que tenía en el cuello.
- Te quiero Erik – le dije y jamás me arrepentiré de haberle dicho te quiero, porque por primera vez sabía que era de verdad – por esa razón quiero que seas feliz y que te vayas a la universidad de Columbia.
- Pero...yo –le mandé callar con el dedo y no terminó su frase.
- ¿Me quieres no? – el asintió – Yo a ti también y por esa razón te pido que seas un poco egoísta por una vez en tu vida y estudies en Columbia y sé que lo harás porque me quieres y sé que como yo, tú buscas en mi que sea feliz. Te aseguró que si te marchas a Columbia y cumples tu sueño seré la chica más feliz de este planeta –le sonreí y le di un besito en los labios.
- Está bien, iré a Columbia –dijo e intentó sonreír – Pero que va a pasar con nosotros dos.
- Supongo que disfrutaremos del tiempo que nos queda juntos - le abracé y comencé a tocarle sus preciosos mechones rubios.
Erik comenzó a darme besitos en el cuello y yo seguí tocándole el pelo, disfrutando de la suavidad de su cabello y el tacto de sus labios en mi piel.
- Disfrutaré como un niño pequeño de los días, horas, minutos y segundos que nos queden juntos – me susurró al oído.
- Yo también –dije y le empujé de forma que se quedo tumbado boca arriba, me puse encima de él y vi como sus pupilas de dilataban - ¿Qué te parece si empezamos ya? –dije y me reí.
El también se rió pero su risa era de puros nervios. Tragó saliva y abrió la boca para decir algo pero yo presione mis labios contra los suyos.
- Tus padres están ahí fuera, Sophie – consiguió decir. Estaba rojo como un tomate.
ESTÁS LEYENDO
Mi amor de intercambio(Cooper#1)
Teen FictionSophie es una chica Irlandesa de 17 años , que vive con sus 2 padres en el centro de Dublín. La relación que mantiene con su madre es mediocre. En su último año de instituto sus padres deciden mandarla de intercambio a Australia . La idea no le conv...