La cita soñada

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Sentada frente al espejo, mientras me maquillaba me preguntaba si a Erik le gustaría que llevase tanto maquillaje, es decir...si le gustaba al natural. Menuda tontería yo nunca me e maquillado para los demás siempre me he maquillado para mí. Termine de maquillarme y guarde el estuche de maquillaje en la maleta, mire hacia la ventana del cuarto y recordé como fue i primer encuentro con Erik, sin darme cuenta esboce una sonrisa que se apago de inmediato, me encontré con él la primera noche que pase aquí y ahora esta va a ser la última noche que pase en Australia con la familia Xavier que rápido pasa el tiempo. Note como mis ojos comenzaban a empañarse pero yo no pensaba llorar, solo lloran los cobardes o es lo que siempre me ha dicho mi madre. Mi madre...puede ser que incluso la eche de menos, no que tontería.

Me mire al espejo y observe mi cuerpo el vestido que llevaba me resaltaba los ojos, bueno es que era rojo pasión, me toque el pelo, lo llevaba suelto, no quedaba bien, busque en mi mochila de accesorios un coletero bonito y me hice una coleta alta. Volví a mirarme al espejo y me di por satisfecha. En ese momento justo llamaron a la puerta, debía ser Erik, abrí la puerta y vi que estaba en lo cierto. Erik llevaba unos pantalones blancos, una camiseta de color azul celeste y una americana negra, desprendía un fuerte olor a colonia, aun que el olor era intenso era agradable. Me extendió el brazo y yo lo acepte, cogida de su brazo, me imagine una vida entera a su lado, que idiota, eso era imposible. Yo no creo en el amor verdadero y menor si de la persona de la que me he enamorado vive en el otro lado del planeta.

Nos montamos en el coche de Clara y por fin después de un buen rato uno de los dos dijo algo.

- Estas preciosa –dijo Erik sonriéndome.

- Gracias, pero no te distraigas mucho mirándome no vaya a ser que nos estrellemos –dije mientras le devolvía la sonrisa, mi padre Will siempre dice que haciendo bromas se relaja el ambiente.

- De acuerdo, aun que me resultara complicado –dijo con una sonrisa picara, le mire maliciosamente y le saque la lengua.

Nos bajamos del coche y entramos en un local de al menos tres plantas, Erik me pidió que le esperase al lado de unas escaleras, mientras él hablaba con una chica en el mostrador, se acerco a mí con una amplia sonrisa y vi que en el brazo llevaba un pasamontañas negro.

- Vamos a atracar un banco y no me avisas para que me ponga mis botas negras hasta el muslo –dije extrañada, Erik se rió y negó con la cabeza –no, pues espero que ese espantoso pasamontañas no sea tu idea de regalo romántico.

- Cállate y ponte esto anda – dijo y me paso el pasa montañas.

- Está bien pero que sepas que hay formas más sutiles de decirme que me tape la cara para que los demás chicos no se fijen en mí –dije y le guiñe el ojo.

- Lo siento es que soy muy celoso –dijo entre risas. Note como ponía una de sus manos en mi cadera para girarme por la oscuridad.

Después de haber estado subiendo bastantes escalones para mi gusto y para el de mis pies, que iban adornados con unos preciosos zapatos de tacón como no. Me quito el pasa montañas de la cabeza y vi una terraza adornado con un montón de lucecitas de colores y una mesita redonda con dos sillas blancas y velas. Me acerque a la mesa y vi que en un cuenco negro reluciente había un mix de cosas, pero todas eran de pollo, no pude vitar soltar una risotada.

- Pollo...-dije entre risas.

- Creo que tienes que disfrutar un poco antes de marcharte no crees

- Si lo creo –dije y me gire para abrazarle.

El abrazo hubiese durado mucho más, pero entro un camero y nos interrumpió todo para tomarnos nota, que se vaya un poco a la mierda ese camero. Ya le había cogido asco. Nos sentamos para comer y estuvimos unos segundos mirándonos fijamente a los ojos, hasta que yo aparte la mirada y comencé a comer sin esperar a nadie. La cena fue estupenda, nos reímos, hablamos, nos dedicamos miradas cómplices y nos conocimos un poco más.

Mi amor de intercambio(Cooper#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora